Название | 180 días en Siria |
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Автор произведения | Fabricio Pitbladdo |
Жанр | Языкознание |
Серия | |
Издательство | Языкознание |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9789878715216 |
—Bueno... muy bien. —El profesor, aunque admirado, debía permanecer serio, tal como su fama se lo ordenaba.
Todos los demás alumnos aplaudían, estos no tenían que esconder nada pero tenían todo por demostrar. No podía afirmarse que el grupo "Los fusiles del saber" había sido el mejor, pero sin lugar a dudas el más aplaudido por sus compañeros. Había defendido todos los temas por tratar y explicándolos a la perfección, había pensado también en hacer una vuelta de preguntas, pero pensaron que ya sería demasiado.
—Descuelguen todo y acérquense, así hablamos de la nota que les toca. —En un tono íntimo, el profesor las llama a su escritorio —. Bueno, como supongo que ya les habré mencionado, mi manera de evaluar este tipo de presentaciones es con 2 notas, una grupal por el trabajo y la otra individual, según como se expresó cada una a la hora de la lección. ¿Están de acuerdo? —finaliza el profesor preguntándole a las niñas.
—Sí, sí —dicen todas al mismo tiempo, mirándose entre ellas y al profesor.
—Perfecto... Entonces la nota grupal es un 10. La verdad está todo muy completo, no omitieron ningún tema, y hasta los menos importantes fueron mencionados y explicados, incluyendo también la considerable cantidad de información que tienen. ¿Están de acuerdo con la nota?
—Obvio, sí —dice Farah.
—Por supuesto —dice Elif
—Buenísimo, en cuanto a la nota individual. Farah, de lo que te tocó hablar a vos, no sé si se lo dividieron así, o si simplemente sabés poco, pero hablaste de pocos temas, pero tengo que reconocer que de lo que hablaste, sabés bastante, por lo que mi nota para vos es un 8. O sea que a vos te toca un 10 del grupal y un 8 del individual.
—¡Ay, gracias, profe! —exclama Farah con toda la alegría, viendo su esfuerzos dar frutos.
—En cuanto a Elif, fuiste la que más hablaste y la que más se desenvolvió. Tu nota por el oral es un 10, o sea que te quedaría 10 y 10. Y Aysel, tu caso es similar al de Farah, solo que al revés, hablaste sobre muchos temas, pero poco en ellos, tu nota va a ser que la misma que tu compañera, un 8 en el oral. O sea que quedarías con un 8 en el oral y un 10 en el grupal.
Las 3 jóvenes intentaban esconder su felicidad, pero la verdad es que no les salía para nada bien, tenían una sonrisa de oreja a oreja, y esta era bien merecida.
—¿Están todas de acuerdo con las notas que les tocó? —preguntó irónico el profesor.
—¡Sí! —exclamaron todas.
Ya teniendo las notas y la aprobación de su tutor, ya no tenían nada que hacer en ese frío frente... lapidario, habían sido condenados tantos compañeros como ellas. Pero esta vez ellas se salvaron, sus cabezas no rodarán como el profesor quería. Retirarse sería lo más prudente, cada una a su silla, esperando que la clase terminara, en silencio esperaron y esperaron. A todos alguna vez nos ha pasado... No había más nada que decirse, solo verse la una a la otra y sonreírse tímidamente hasta que sea el recreo y puedan hablar libremente.
—¡Ay, al fin terminó la clase! —casi grita Farah.
—¡Aprobamos, chicas! Al fin nos sacamos de encima a este viejo decrépito. —Aunque se esforzaba, Aysel no podía contener su felicidad—. Ahora cuando llegue a casa, me voy a hacer la siesta de mi vida.
El día fue transcurriendo, pasó el recreo. Las chicas hicieron un brindis con sus jugos y Coca-Cola que se habían comprado, con motivo de celebrar, lo que para ellas había sido una gran hazaña. Luego llegó la profesora de Literatura, con sus pesadas obras y novelas para que se aprendas. Terminada esa materia, llegaría la de inglés. El terror de los alumnos, mujer más mala y exigente que esa no había, aún peor que el de historia, ya que este era solo exigente y estricto, pero no mala persona. En cambio la de inglés disfrutaba ver tristes a sus alumnos, siempre hacía preguntas traicioneras, con doble y hasta un triple sentido, era de tomar lecciones y exámenes completamente sorpresa y siempre se escudaba diciendo "Está en mis facultades". O también muchas veces mandaba a hacer trabajos o tareas realmente complejas y a la hora de la entrega no los aceptaba diciendo "el cometido era que te esfuerces y aprendas". Superado eso, y para sorpresa de varios, esta vez no había salido con nada raro, solamente explicó un par de cosas y mandó tareas. ¡Ya era hora de volver a casa! Y todos tenían que saber la gran novedad.
—Farah,