Название | Propios y Próximos |
---|---|
Автор произведения | Luis Íñigo-Madrigal |
Жанр | Языкознание |
Серия | |
Издательство | Языкознание |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9789560013286 |
Si, como algunos sostienen, “el sistema político chileno roto el 11 de septiembre de 1973 se basaba en el pacto sociopolítico nacido con el Frente Popular de 1938”, pues “más allá de las múltiples modalidades que ha tenido, el pacto tácito o explícito entre direcciones políticas obreras y burguesas ha sido la base fundamental de la famosa ‘democracia chilena’”36, la revisión de cualquier manifestación correspondiente al período frentepopulista es una tarea llena de sentido, dificultades y posibles desacuerdos.
1 Volodia Teitelboim, Intervención en el “Segundo Encuentro de Escritores”, Atenea, Universidad de Concepción, Nº 380-381, 1958.
2 La extracción social de la mayor parte de los escritores del 38 los vincula justamente a las capas medias; sin embargo, este dato no es, desde nuestra perspectiva, relevante.
3 Por los años de la aparición de la generación del 38 florecen en Chile tendencias gregarias como las del “verdadero cuento en Chile”, Mandrágora, etc., u obras aisladas cuyas diferencias con las características treintaiochistas son ostensibles.
4 Cedomil Goic, Historia de la novela hispanoamericana (Valparaíso: Ediciones Universitarias, 1972), 218; observemos que este catálogo incluye elementos éditos en la novela hispanoamericana anterior a la de la generación.
5 Las últimas citas corresponden respectivamente a: Cedomil Goic, “La novela chilena actual: tendencias y generaciones”, en Estudios de Lengua y Literatura como Humanidades (Santiago de Chile: Seminario de Humanidades, 1960), 43; Fernando Alegría, “Retrato y autorretrato de la novela hispanoamericana frente a la sociedad”, en Literatura y revolución (México: Fondo de Cultura Económica, Colección Popular, 1971), 38; Raúl Silva Castro, Panorama de la novela chilena (1843-1954) (México: Fondo de Cultura Económica, Colección Tierra Firme, 1955), 217; Cedomil Goic, Historia de la novela hispanoamericana, loc. cit. Aparte de esos textos he utilizado también: Fernando Alegría, “Nuevos novelistas chilenos”, en Las fronteras del realismo. Literatura chilena del siglo XX (Santiago de Chile: Zig-Zag, 1962), 113-132; Homero Castillo, El criollismo en la novelística chilena (México: Ediciones de Andrea, Colección Studium 34, 1962); Cedomil Goic, La novela chilena (Santiago de Chile: Editorial Universitaria, 1968); Yerko Moretic, “El realismo y el relato chileno”, introducción a El nuevo cuento realista chileno (Ant.), Moretic y Carlos Orellana, comps. (Santiago de Chile: Editorial Universitaria, 1962), 13-81; Francisco Santana, La nueva generación de prosistas chilenos (Santiago de Chile: Nascimento, 1949).
6 Cfr. Tulio Halperín Donghi, Historia contemporánea de América Latina (Madrid: Alianza Editorial, 1969), vid. esp.: “5. Madurez del orden neocolonial”.
7 Fernando Henrique Cardoso y Enzo Faletto, Dependencia y desarrollo en América Latina (México: Siglo Veintiuno, 1969), 55.
8 Ibíd., 82.
9 Ibíd., pássim.
10 Como escribe Hernán Ramírez Necochea en su Historia del movimiento obrero en Chile (Santiago de Chile: Editorial Austral, 1950): “…algunos políticos de extracción burguesa estimaron que sería más conveniente para los intereses de la clase a que pertenecían vincularse demagógicamente al pueblo y llegar a ser su caudillo o portavoz; tal fue, por ejemplo, la posición adoptada por Arturo Alessandri Palma en los tiempos en que fuera simplemente el León de Tarapacá” (200). La demagogia de Alessandri, que antes de ser elegido Presidente defendió, como abogado, a los dirigentes obreros del salitre, puede seguirse a un discurso que pronunció el 25 de abril de 1920 en la Convención Liberal de Santiago, y que constituye una suerte de programa presidencial. Dice allí, entre otras cosas: “De un extremo a otro del universo surge una exigencia perentoria, reconocida por todos los pensadores y por los más eminentes estadistas, en orden a resolver con criterio de estricta justicia y equidad los derechos que reclama el proletariado en nombre de la solidaridad, del orden y de la conveniencia social”. Los hechos posteriores de sus Gobiernos mostraron la falsedad de sus palabras.
11 La censura parlamentaria a los ministros de Alessandri produjo, entre 1920 y 1924, el cambio de dieciséis gabinetes; el 5 de septiembre de 1924 tiene lugar un pronunciamiento militar que hace aprobar al Parlamento diversas leyes sociales bloqueadas durante años (sesión del 8 de septiembre del 24); el 11 de septiembre se constituye una Junta de Gobierno de carácter militar y Alessandri presenta su renuncia (aceptada el 12 del mismo mes por el Parlamento); el 23 de enero de 1925 un nuevo pronunciamiento militar derroca a la Junta y solicita el restablecimiento de Alessandri, que vuelve al país en marzo de ese año; en él se dicta la nueva Constitución de Chile que establece un sistema presidencialista de gobierno, la separación entre Iglesia y Estado, instaura el sistema de elección directa y amplía las facultades de la Corte Suprema de Justicia; antes de terminar su período constitucional (cuya vigencia expiraba el 23 de diciembre de 1925) Alessandri renuncia nuevamente, siendo sustituido por su ministro del Interior, Luis Barros Borgoño. Para las elecciones presidenciales que se convocan, conservadores, liberales, radicales y demócratas proclaman la candidatura de Emiliano Figueroa, que triunfa, pero permanece solo dos años en el poder (1925-1927), pues, presionado por el coronel Carlos Ibáñez del Campo, ministro del Interior, se ve obligado a renunciar. En las elecciones realizadas para sustituirlo el único candidato fue Ibáñez, que obtuvo el 98% de los votos emitidos.
12 Celso Furtado, La economía latinoamericana desde la Conquista Ibérica hasta la revolución cubana (Santiago de Chile: Editorial Universitaria, 1969), 59.
13 Ibíd., 61.
14 Después de la renuncia de Ibáñez (derrocado, realmente, por un movimiento civil incruento) el 27 de julio de 1931, asumió la presidencia de la República el ministro del Interior, Juan Esteban Montero. Como este decidiera presentarse a las elecciones presidenciales que se convocaron, le sustituyó su ministro del Interior, Manuel Trucco (22 de agosto del 31), bajo cuyo mandato, entre otras cosas, se rebajaron los sueldos a todos los empleados públicos, incluyendo a los militares, en un 50%. Ello provocó una sublevación de los suboficiales de la Armada. Realizadas las elecciones y triunfador Montero, el flamante presidente fue incapaz de sobrellevar la crisis económica, manifestada en la creciente cesantía obrera y de las clases medias, el encarecimiento de la vida, etc. El 4 de junio de 1932 un pronunciamiento militar con participación de civiles lo destituyó, instaurando en cambio una Junta que, durante doce días, llevó adelante lo que se ha llamado la “República Socialista”; el 17 de junio del mismo año se produjo una nueva sublevación militar, formándose un nuevo Gobierno que conservó algunos miembros del anterior; tres Gobiernos más habría aún durante 1932, hasta que, hacia finales de ese año, fueron realizadas elecciones presidenciales y parlamentarias, triunfando en las primeras Arturo Alessandri Palma, abanderado ahora de una alianza de radicales, liberales y demócratas.
15 Cardoso y Faleto, op. cit., 94.
16 Ibíd.
17 Para Theotonio dos Santos (“La crisis de la teoría del desarrollo y las relaciones de dependencia en América Latina”, en Helio Jaguaribe et al., La dependencia político-económica de América Latina (México: Siglo Veintiuno, 1970), 147-187), “la ideología desarrollista y nacionalista ha asumido un carácter dominante en América Latina, particularmente en los países que se industrializaron con más rapidez… ese carácter dominante es resultado de los intereses de clase que ella refleja en sus formas más puras. Es decir, la clase burguesa industrial formada en los años 30 …se ha convertido en la clase dominante en nuestros países. Así, las clases medias (particularmente los técnicos y los intelectuales), el movimiento obrero… e incluso los movimientos campesinos. … y todas las clases sociales se mueven culturalmente en el cuadro