Psicología e hipnosis en el tratamiento del dolor. Martha Martín Carbonell

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Название Psicología e hipnosis en el tratamiento del dolor
Автор произведения Martha Martín Carbonell
Жанр Документальная литература
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Издательство Документальная литература
Год выпуска 0
isbn 9789587602609



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depende más de las habilidades, creencias e interpretaciones de la persona hipnotizada, que del uso de una inducción hipnótica, lo cual permite entender que las personas “entren” espontáneamente en hipnosis sin necesidad de las teorías ericksonianas o del concepto de “trance” propuesto por los Spiegel (Spiegel y Spiegel, 2004).

      Contra la consideración sobre la cual en la hipnosis se producen estados alterados de consciencia, se esgrimen casi los mismos argumentos que se usan para defender la idea opuesta; por ejemplo, si en la hipnosis no ocurre nada que no pueda ocurrir en otras situaciones psicoterapéuticas e, incluso, en la vida normal (Kirsch, 1993), a esto los defensores de la hipnosis como estado lo denominan “hipnosis espontánea” (Barabasz y Barabasz, 2015).

      Lo cierto es que: 1) todos los fenómenos y efectos producidos mediante la inducción hipnótica pueden producirse sin dicha inducción; 2) el incremento en el grado de sugestionabilidad hipnótica de una persona solo se puede ver ligeramente aumentado con el uso de la hipnosis, sin embargo, otros procedimientos no hipnóticos –como el entrenamiento en imaginación o el uso de placebo–, aumentan la sugestionabilidad hipnótica en una medida mucho mayor; 3) hay una descripción frecuente de las personas acerca de la experiencia hipnótica, no como un estado alterado o raro, sino como un estado normal, en el cual hay una mayor concentración de la atención en la percepción de una serie de estímulos y en la capacidad de imaginar sobre ellos; y 4) existe una gran similitud de los efectos y descripciones provenientes del entrenamiento en relajación con la hipnosis.

      Pueden enumerarse muchas situaciones habituales, que todos hemos vivido y que han sido consideradas como indicadores de estado hipnótico: ¿Quién no ha experimentado alguna vez un fenómeno de “sordera selectiva” mientras está concentrado en algo que le interesa mucho y ha dejado de percibir los ruidos que se producen a su alrededor?; ¿no es frecuente encontrar en la práctica clínica fenómenos de analgesia, o sea, personas que tienen una lesión y no reportan dolor? (recuérdese a los deportistas que sufren graves lesiones durante un evento deportivo y, sin embargo, siguen jugando sin percibir el dolor; o el caso todavía más frecuente, de quien sufre un esguince mientras corre, y no se da cuenta de que tiene el tobillo dolorido e inflamado hasta que pasa un tiempo); ¿quién no ha vivido la sorpresa de recordar de repente, bajo determinadas circunstancias, un número telefónico o un nombre que creía que había olvidado? (hipermnesia). Y, por el contrario, ¿cuántas veces no olvidamos cosas que estamos seguros de saber y que momentos antes recordábamos perfectamente? (amnesia); ¿no son frecuentes los reportes de personas que aseguran haber visto “cosas” (ovnis, santos, demonios, etc.) cuando simultáneamente otros observadores niegan haberlas visto? (alucinaciones). Finalmente, ¿cuántos de nosotros no hemos “soñando despiertos” con la persona amada, al mismo tiempo que caminamos, cruzamos la calle y hasta saludamos maquinalmente a alguien a quien después no recordamos que vimos? (disociación del entorno).

      La “tercera fuerza” reclama una mayor aproximación entre los teóricos del “estado vs. no estado” (Polito, Barnier y McConkey, 2014), conformando una versión débil de la controversia al plantear que, tan importante para definir la hipnosis es el producto (estado) como el procedimiento para alcanzar ese estado, en el que las variables sociocognitivas tienen un papel relevante.

      Recientemente, Wickramasera (2015) propuso una teoría (teoría de la implicación empática, eit por sus iniciales en inglés) que pretende conciliar los aportes del enfoque sociocognitivo y de los teóricos del estado especial, a partir de las potencialidades que tiene el concepto empatía tanto desde lo psicológico, como desde lo neurofisiológico, incluyendo también su valor explicativo para otros fenómenos (como los que se logran a través de la meditación, por ejemplo).

      La eit define la hipnosis como una experiencia en la que el sujeto hipnótico adopta de manera empática una perspectiva sugerida por el hipnotizador (o auto-generada), con el fin de experimentar cambios en sus sensaciones, afectos, comportamientos, pensamientos y/o modificar la experiencia de su relación mente-cuerpo. Afirma que la hipnosis es posible por la naturaleza empática de los seres humanos, y los procesos de yo/otro que subyacen a la forma en que experimentamos el mundo; sin embargo, como él mismo reconoce, esta teoría requiere de mayor investigación.

      Los aportes y debates actuales de las diferentes explicaciones teóricas acerca de la hipnosis tienen una serie de implicaciones clínicas, señaladas por Lynn y Kirsch (2006), que no deben perderse de vista en el manejo hipnótico del dolor:

      1 Los modelos psicoanalíticos recuerdan al clínico que no debe sorprenderse si emergen procesos primarios, afectos intensos y procesos de transferencia.

      2 Los modelos también alertan sobre los posibles falsos recuerdos.

      3 El observador oculto tiene valor en la práctica clínica, pero el paciente debe ser informado de que se trata de un fenómeno sugestivo.

      4 Los modelos sociocognitivos y fenomenológicos aportan: a) importancia del rapport y la alianza terapéutica; b) importancia de la evaluación previa de creencias, expectativas y actitudes; c) necesidad de corregir mitos; d) necesidad de evaluar la conciencia (awareness) y el diálogo interno durante la hipnosis; e) necesidad de ayudar al paciente a actuar de manera “voluntariamente involuntaria”.

      Agregaría que la concepción del estado hipnótico como meta es, a su vez, un camino para conseguir el éxito terapéutico. De igual forma, debemos prestar atención a los fenómenos de hipnosis espontánea de la vida cotidiana, así como al papel de la empatía para conseguir experiencias hipnóticas exitosas.

      Fenómenos hipnóticos

      No hay características ni fenómenos específicos de la hipnosis. De hecho, es imposible comprobar que una persona está hipnotizada, pues todos los fenómenos que ocurren en hipnosis también suelen ocurrir sin ella. Sin embargo, resulta útil con fines clínicos, comentar algunos fenómenos que se atribuyen a la hipnosis, ya que pueden ser utilizados para conseguir el alivio o eliminación del dolor y de sus correlatos psicosociales negativos, tales como los estados emocionales patológicos y la discapacidad.

      Una característica básica de la hipnosis sería el cumplimiento de las sugestiones. Recordemos que una acepción de sugestión es descrita como un proceso psicológico por el cual aceptamos una idea de manera acrítica, sin que exista ninguna razón lógica para hacerlo, o bien como una instrucción verbalizada de forma que se experimenta con un carácter de involuntariedad o reducción del esfuerzo percibido (Sociedad Británica de Piscología, 2001/2002). Yapko (2008), en concordancia con las teorías sociocognitivas de la hipnosis, considera que el cliente es alentado a esperar cambios en sus experiencias y tiene la expectativa de que esto ocurra. Es decir, una característica de la respuesta hipnótica, la cual de alguna manera admiten quienes la usan, es que se aceptan determinadas sugerencias que no están necesariamente fundamentadas en razones lógicas.

      Otra característica que debe tener una respuesta hipnótica –de acuerdo con la teoría dramatúrgica y la propia definición de hipnosis–, es que la situación haya sido rotulada como hipnosis, tanto por el hipnotizador, como por la persona (Capafons, 2001). En este último caso se presentan discrepancias, pues muchos profesionales utilizan procedimientos de inducción que consideran hipnóticos, diciéndole al paciente que se trata de “relajación” (Martínez-Perigod y Grenet, 1985). Así, es preferible proponer que al menos uno de los participantes rotule la situación como hipnosis. Esto tiene importancia a la luz de los estudios que demuestran que rotular la técnica como hipnosis incrementa su efectividad en el tratamiento del dolor (Schnur, Kafer, Marcus y Montgomery, 2008), aunque a veces no tenga tal efecto a corto plazo (Zitman, Van Dyck, Spinhoven y Linssen, 1992).

      Si nos atenemos a la definición de hipnosis de la apa (Elkins, Barabasz, Council y Spiegel, 2015), también sería imprescindible la atención focalizada y la conciencia periférica reducida, lo cual se expresa en que la persona deja de prestar atención a una gran cantidad de cosas, mientras se concentra en otras. Sin embargo, esto es también frecuente en muchas otras situaciones de la vida cotidiana que no tienen nada que ver con la hipnosis (estudiar, sumergirse en la lectura de un buen libro, concentrarse en una tarea, etc.) por lo que, a mi juicio, es más bien un requisito que una propiedad particular de la hipnosis.

      Otra