Lo femenino en debate. Patricio Álvarez Bayón

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Название Lo femenino en debate
Автор произведения Patricio Álvarez Bayón
Жанр Документальная литература
Серия
Издательство Документальная литература
Год выпуска 0
isbn 9789878372464



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y privada, el goce siempre queer.

       Bibliografía

      Bassols, M., Lo femenino entre centro y ausencia, Grama, Buenos Aires, 2017.

      Freud, S., (1933 [1932]) “33° Conferencia: La feminidad. Nuevas conferencias de introducción al psicoanálisis”, en Obras completas, t. 22, Amorrortu, Buenos Aires, 1979.

      Lacan, J., (1953) “Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis”, en Escritos 1, Siglo XXI, Buenos Aires, 1985.

      Lacan J., (1953) “Discurso de Roma”, en Otros Escritos, Paidós, Buenos Aires, 2012.

      Lacan, J., (1971) “Lituraterre”, en Otros Escritos, Paidós, Buenos Aires, 2012.

      Lacan, J., (1972-73) El Seminario, Libro 20, Aún, Paidós, Buenos Aires, 2011.

      Miller, J.-A. & Laurent, É., (1996-1997) El otro que no existe y sus comités de ética, Paidós, Buenos Aires, 2005.

      Miller, J.-A., (2012) “Anguila”, Página 12, edición del 26/04/2012, recuperado de: https://bit.ly/31usqbo.

      Buenos días, en principio, quiero decir muchísimas gracias a Inés Sotelo por la invitación. Muy agradecido, es muy importante estar aquí con ustedes para trabajar ciertas cuestiones de enorme importancia. Tan enorme importancia que justamente yo, por mi parte, considero a lo que se ha dado en llamar “los feminismos” la revolución cultural más importante de las últimas décadas. Es la revolución cultural más importante, felizmente.

      Es cierto que puede haber aspectos no deseados, ciertos excesos, ciertos desencuentros, ciertos malentendidos, pero así ocurre con todas las grandes transformaciones culturales. Es tan así, que uno hasta puede definir qué es y como es una sociedad de acuerdo al lugar que la misma le ha dado o le da a lo femenino.

      Y nos permite una orientación muy importante. Ciertamente, esto conmociona todo el cuerpo social, conmueve la teoría social y conmueve profundamente al psicoanálisis. Estas jornadas están a la altura de lo que está pasando en nuestra República Argentina con el movimiento feminista, Inés Sotelo lo nombraba antes. Y la Universidad tiene la obligación de estar a la altura de los debates sociales y culturales que se producen en la sociedad que habita. No puede estar desamarrada de eso, porque si lo estuviera, no sería una Universidad. Para que sea una Universidad viva tiene que estar inserta en los grandes debates de la época.

      Efectivamente, yo soy titular en tres Cátedras en la Universidad de Buenos Aires, entre ellas la Cátedra I de Psicoanálisis Freud, que es una de las primeras materias que los alumnos cursan y en la que se encuentran con ciertas lecturas que realiza Freud que producen cierto efecto, a veces, de desencuentro, de malentendido y de rechazo.

      Hay dos vertientes en eso que ocurre, una es que justamente Freud era hijo de su época, donde la moral victoriana era la que reinaba, muy lejos de nuestra actualidad. Y, en efecto, hay ciertos deslizamientos que deben esperar a Jacques Lacan para que se resuelvan. Es Lacan quien los va a resolver.

      Pero, también, hay otros desencuentros con la lectura de Freud que se producen por malas, muy malas, lecturas de Freud. Como tema de debate hace poco en el Consejo Superior de la Universidad se trató la propuesta de algunos sectores de quitar de las diferentes materias de la Carrera todo aquello que tuviera que ver con lo que Freud planteaba sobre la sexualidad femenina. Quitarlo directamente.

      Como Consejero Superior del Claustro de Profesores planteé que, en ese caso, entonces, como el neoliberalismo contemporáneo no es la economía capitalista fordista de la época de Carlos Marx, habría que eliminar también el concepto de plusvalía en la Carrera de Ciencias Sociales. Lo que sería una barbaridad.

      Aunque haya malas lecturas de su obra, yo les voy a decir algunas cosas de Freud que espero los sorprendan mucho.

      En las Cátedras I de Psicoanálisis Freud y Construcción de los Conceptos Psicoanalíticos estamos haciendo una investigación sobre feminismos y psicoanálisis, que no es sólo teórica. Acabamos de tener el día martes de esta semana la primera reunión en la Facultad de Psicología con la Asociación de Travestis y Transexuales, que es un acuerdo que la cátedra logró, que yo he firmado, para desarrollar conjuntamente con esta Asociación un trabajo de investigación y clínica. Comenzamos el martes pasado y ya tenemos un aula que nos cedió el Decano para que funcione como consultorio.

      Este lazo que hemos establecido implica también el trabajo y la redefinición de ciertos conceptos en intercambio con la Asociación. Efectivamente, hay ciertos conceptos de Freud que están muy mal leídos. Por ejemplo, en el Capítulo 8 de “Psicología de las Masas…” , Freud dice que amar es ubicar el objeto en el lugar del Ideal del yo, pero ese modo de lazo amoroso se vuelve superyoico en cualquier momento. En el Capítulo 12, del mismo texto, dice que existen en el mundo sólo dos cosas que no hacen masa, es más, que son disgregativas del efecto de masa, sólo dos cosas: una es el síntoma, ya que el síntoma neurótico es radicalmente singular, no hace masa. Esto ustedes lo saben, cada uno con su síntoma, como cada uno con su rasgo de goce, su fijación, diría Freud. Pero hay otra cosa, señala Freud, que no hace masa y que es absolutamente disgregativa del efecto masa, el amor por una mujer.

      Ese amor no tiene nada que ver con el Ideal del yo, sino que funciona como causa, atraviesa todas las limitaciones culturales, religiosas, ideológicas y de raza y es el logro cultural más importante de la humanidad. Estoy repitiendo a Freud.

      Por otro lado, otro texto que conocerán, “El tabú de la virginidad”, que siempre fue tomado y por Lacan también en el Seminario 17, respecto a la hostilidad histérica por la desfloración. Si ustedes recuerdan el cuentito de que, en pueblos primitivos, ante el casamiento la novia, era desflorada por el brujo de la tribu, una persona especial de la tribu, para que la hostilidad por la desfloración no recaiga sobre el joven marido. Es cierto que Freud dice esto, pero en el texto no hay una sola versión sobre la hostilidad, hay cuatro. Una de ellas, que es la que más nos importa, es cuando Freud dice lo siguiente: la mujer siempre ajena, inhallable, siempre con su incógnita, la mujer como tal, por esos rasgos, se nos presenta como sumamente inquietante. La ajenidad, la otredad de la mujer es absolutamente inquietante para el varón.

      A eso que es inquietante el varón, como defensa, lo nombra como hostil. Entonces, en vez de ser inquietantes, radicalmente des-semejantes, radicalmente otras, inatrapables por cualquier concepto, la posición masculina las nombra como hostiles. No es que son hostiles, sino que es una atribución desde la posición masculina. Lo vemos todo el tiempo. Por ejemplo, cuando una mujer osa dar lugar a su deseo y decir “no te amo más”, una respuesta es el asesinato. Como una de las tantas respuestas en la actualidad. Eso está en Freud.

      Cuando Freud se refiere a que la libido es masculina, no se está refiriendo a la teoría de género, él mismo lo aclara, dice: no encuentro un término mejor para referirme a este estado de la libido que masculino, lo que quiero formular es que la libido es siempre activa. No es “masculino” como en la teoría de género, no tiene nada que ver con eso, sino que es el modo que Freud encuentra para definir que la libido siempre es activa.

      Por otro lado, en su texto mayor que se llama “Análisis Terminable e Interminable”, Freud habla de la roca de base de la castración, la envidia del pene y la amenaza de castración en el varón. Pero, al hablar de complejo, está tratando a la castración de un modo muy particular. En verdad tanto lo uno como lo otro, tanto envidia del pene como hostilidad frente a la amenaza de castración, ambas son defensas ante la castración estructural. Ni los varones ni las mujeres quieren saber de la castración estructural y, desde una posición u otra, rechazan la castración estructural, que ahora les voy a decir cuál es, lo dice Freud, no yo. Rechazan la castración estructural, unos con la envidia del pene y otros con la amenaza, la hostilidad, la amenaza de castración. Luego de decir esto, en un Capítulo posterior, del mismo texto,