Название | Lo femenino en debate |
---|---|
Автор произведения | Patricio Álvarez Bayón |
Жанр | Документальная литература |
Серия | |
Издательство | Документальная литература |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9789878372464 |
Quiero referirme a un texto llamado El siglo, de Alain Badiou, un filósofo francés muy importante, al que personalmente valoro mucho. Él dice en este texto maravilloso, que fue un Seminario que dicto, que el escándalo freudiano sobre la sexualidad no es que los niños tienen sexualidad, ya que eso ya lo sabían los padres de la iglesia desde hacía mucho tiempo, casi era un comentario de época. Dice que lo inquietante de la sexualidad, de lo que produjo Freud, lo más inquietante de todo es que la sexualidad es inatrapable por cualquier concepto y la sexualidad femenina más aún puntualmente, no hay ningún concepto que pueda atraparla. Es estructuralmente, absolutamente, desfasada de toda posibilidad de ser capturada por un concepto.
Y, efectivamente, por eso Lacan nos va a formular y con esto voy a ir concluyendo, que la ética psicoanalítica es radicalmente hétero, pero no hétero en el sentido vulgar del término, como heterosexual, no tiene nada que ver con eso. Lo aclaro porque también hay críticas desde cierto sector del feminismo porque Lacan dice que la ética psicoanalítica es radicalmente hétero, no tiene nada que ver con lo que se dice normalmente, sentido común de heterosexual, es radicalmente hétero en el sentido del más absoluto respeto a lo radicalmente otro, a lo radicalmente diferente. Es poder respetar y, agrego, amar a lo radicalmente otro, a lo radicalmente diferente, a lo que es inatrapable, porque ahí hétero quiere decir “absolutamente inatrapable” por cualquier concepto, por cualquier cosmovisión y por cualquier formación cultural. Es poder entrar en una relación no hostil con lo radicalmente otro, porque el psicoanálisis, si es algo, es radical y absolutamente antisegregacionista. La ética psicoanalítica es radical y absolutamente anti segregacionista, en el tratamiento del mayor respeto hacia lo radicalmente otro. Hay, por otro lado, un tema especial que no lo voy a desarrollar aquí, ya que entraríamos en otro tema, pero lo mencionaré simplemente y es cuando lo radicalmente otro es un asesino. Eso es otra cosa, es un goce oscuro, sin límite.
Bibliografía
Badiou, A., El siglo, Manantial, Buenos Aires, 2005.
Freud, S., (1921) “Psicología de las masas y análisis del yo”, en Obras completas, t. XVIII, Amorrortu, Buenos Aires, 1992.
Freud, S., (1918 [1917]) “El tabú de la virginidad (Contribuciones a la psicología del amor, III)”, en Obras completas, t. XI, Amorrortu, Buenos Aires, 1992.
Freud, S., (1937) “Análisis terminable e interminable”, en Obras completas, t. XXIII, Amorrortu, Buenos Aires, 2010.
Lacan, J., (1969-70) El Seminario, Libro 17, El reverso del psicoanálisis, Paidós, Buenos Aires, 2008.
El falo y más allá: el devenir mujer Gloria Aksman
Acerca de la vida sexual de la niña pequeña sabemos menos que sobre la del varoncito. Que no nos avergüence esa diferencia; en efecto, incluso la vida sexual de la mujer adulta sigue siendo un dark continent (continente desconocido) para la psicología.
Introducción
El tema acerca de la sexualidad femenina cobra mayor énfasis en la última parte de la obra de Sigmund Freud “Algunas consecuencias psíquicas de la diferencia sexual anatómica de los sexos”, “33ª Conferencia: La feminidad”, “Sobre la sexualidad femenina” y otros), dado que Freud pone de relieve el haber dejado de lado la idea de un desarrollo de la feminidad en un “paralelismo uniforme con el desarrollo sexual masculino”, aquí sería la ausencia de pene, que se traduciría en el hombre por el horror de la castración y por el penisneid en la mujer.
Es cuando empieza un debate para esclarecer la teoría partiendo de la clínica y sostiene que le es más sencillo a las analistas mujeres trabajar el tema dada la prehistoria de la ligazón con la madre que posibilita la transferencia con ellas. Freud se encuentra investigando la importancia de la fase fálica en la niña.
Inicia el debate situando que no siempre se verifica el complejo de Edipo, y de este modo le quita su carácter universal, al mismo tiempo que acentúa la importancia de la historia preedípica en la mujer.
Se trata, entonces, para nosotros de presentar algunos conceptos que marcan la posición de Freud en estos años (1932/33) y las perspectivas que se abren a partir de la enseñanza de Lacan. Evocamos aquí la frase que, a nuestro entender atraviesa la investigación freudiana y que subrayamos: “La mujer no nace, se deviene mujer”.
Las investigaciones freudianas que culminan en la pregunta acerca de ¿qué quiere la mujer?, es decir, la pregunta por su deseo, ha recorrido el camino por la diferencia sexual anatómica, el Edipo, el superyó y el complejo de castración situando cada vez su particularidad. Si bien Freud no lo ubica específicamente es cierto que la sexualidad de la que habla se encuentra alejada del campo de la biología. El hecho de que la sexualidad esté dirimida por atravesamientos simbólicos y castraciones imaginarias para finalmente quedar referida al símbolo fálico, más acá o más allá, posiciona la sexualidad del parlante más cercano a la sexuación, a lo que Lacan denomina asunción del sexo por parte del “Mensch” [persona].
En el texto “Inhibición, Síntoma y Angustia” de 1926, Freud ubica el lugar nodal que tiene el complejo de castración para ambos sexos. Siendo que para la mujer no es posible que pensemos en términos de angustia de castración, dado que no hay nada del orden del tener que la atraviese. Además, en la lógica que viene trabajando, si así fuese, la castración en la niña ya tuvo lugar. Lo que sucede en este tiempo y que se le juega verdaderamente como amenaza es la pérdida del amor del objeto.
En términos de Lacan, es el tratamiento que ella dará al “no tener” lo que está en juego en el hecho de devenir mujer. Dice Lacan que la mujer necesita perder lo que no tiene.
Lo que hay que destacar es que nos encontramos dentro de la lógica freudiana, en el terreno del falo que vale como punto de referencia sin distinción de sexos. Entiéndase bien, es el primado del falo, no es el primado del genital, sino del falo.
En la “Conferencia 33ª La Feminidad”, de 1932, Freud concluye que el enigma de la feminidad no ha podido ser resuelto y que definir lo masculino por la actividad y lo femenino por la pasividad basándose en nociones anatómicas y psicológicas es insuficiente. Finalmente, declara una tarea imposible: indagar cómo deviene la mujer a partir del niño de disposición bisexual. Y lo articula con distintos tiempos referidos a la castración y al Edipo.
Para Freud, el complejo de castración será fundamental para devenir mujer y es a partir de su descubrimiento que hay tres salidas posibles para la niña. La primera lleva a la inhibición sexual o neurosis por renuncia a su sexualidad fálica. La segunda puede conducir a la homosexualidad y la tercera a la feminidad normal, que establece las condiciones para la realización de la equivalencia hijo-falo. Es decir que la maternidad era en la época victoriana un triunfo de la feminidad.
Lacan
En el Escrito “La significación del Falo”, él sostenía como Freud que había una sola libido y que esta es masculina, pero en el texto de “Ideas directivas para un congreso sobre sexualidad femenina” comienza un camino distinto donde ubica un goce contiguo al masculino y que es propiamente femenino, dice: “la sexualidad femenina aparece como el esfuerzo de un goce envuelto en su propia contigüidad para realizarse a porfía del deseo que la castración libera en el hombre dándole su significante en el falo”.
También leemos allí su discusión tanto con Jones como Helene Deutch respecto al tema del tratamiento del clítoris como un pequeño pene.
Dice que ellos “han olvidado el consejo que Freud repite a menudo de no reducir el suplemento de lo femenino a lo masculino, al complemento del pasivo al activo”. La referencia al suplemento para lo femenino nos reenvía al tema de la posición femenina.
Es