XII Simposio Bíblico Teológico Sudamericano. Carlos Olivares

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Название XII Simposio Bíblico Teológico Sudamericano
Автор произведения Carlos Olivares
Жанр Документальная литература
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Издательство Документальная литература
Год выпуска 0
isbn 9789877650525



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Pablo habla también de un servicio en el Espíritu Santo, “porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo. Porque el que en esto sirve a Cristo, agrada a Dios, y es aprobado por los hombres” (Rom 14,17-18). El autor opone a esta vivencia la reacción de los hombres egoístas y engañadores: “Porque tales personas no sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino a sus propios vientres, y con suaves palabras y lisonjas engañan los corazones de los ingenuos” (Rom 16,18).

      El temor de Dios

      Se habla del temor (φόβος) solo en Romanos 3,18 (en una citación de Sal 36,1). En el contexto de los hombres pecadores e injustos, se dice: “No hay temor de Dios delante de sus ojos”.

      Doblar la rodilla

      Mirando al pasado, el pasaje de Romanos 11,44 recuerda la descripción bíblica de aquellos que “no han doblado la rodilla (γόνυ) delante de Baal”. Y pensando en los tiempos escatológicos, vuelve a citarse la Escritura: “Porque escrito está: Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, y toda lengua confesará a Dios” (Rom 14,11).

      Algunas connotaciones teológicas y litúrgicas

      Dios es el Creador bendito y eterno que se ha manifestado

      Por otra parte, existe en Romanos una correlación entre la revelación divina, el conocimiento de Dios y la respuesta de adoración, que puede ser positiva y que muchas veces es negativa. “Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias...” (Rom 1,21). En la Epístola, se lee que Dios ha dado a conocer su carácter. Entre otros atributos comunicados por Dios, Pablo menciona su poder (Rom 1,20), misericordia (Rom 12,1; 15,9) y sabiduría (Rom 16,25-27). La adoración cristiana toma en cuenta estas cualidades divinas y responde a ellas.

      Jesucristo, el Salvador divino-humano

      En la teología paulina exhibida en Romanos, se hace claro que la adoración es una cuestión espiritual, vinculada al evangelio de Cristo (Rom 1,9; 16,25-27) y que resulta de la fe (Rom 4,20). La adoración, en suma, es fruto de la redención en Cristo (Rom 11,36; 12,1-2).

      La plenitud divina

      Hay una alusión a las tres personas de la divinidad en los textos sobre la adoración, como Romanos 14,17-18, donde se mencionan elementos como “paz y gozo en el Espíritu Santo”, en los cuales se “sirve a Cristo” y se “agrada a Dios”.

      Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios. Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.

      La plenitud humana

      Elementos litúrgicos imprescindibles

      He aquí una alusión a los elementos esenciales de cualquier liturgia, hallados en la Epístola en estudio. Romanos 8,26 muestra, por ejemplo, la ayuda y la intercesión del Espíritu Santo en los momentos de oración. De allí, la necesidad de ser constantes en la oración (Rom 12,12). Romanos 10,17 añade el rol significativo de la Palabra oída con fe, entre tanto Romanos 15,4 refuerza el papel de la Palabra: “Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza”. Alguna mención se hace de las ofrendas, tanto de las propias personas como de los recursos entregados para aliviar la carencia de los pobres (Rom 15,16.26).

      La iglesia como el cuerpo que adora

      Romanos 12,4-8 trata el tema de los dones espirituales, los que en los documentos del Nuevo Testamento siempre operan dentro del cuerpo eclesial. En esa asamblea de creyentes, todo se hace para edificación (Rom 15,2). De allí, la insistencia en la comunidad que promueve la gloria de Dios (Rom 15,5-7).

      Conclusión

      Sin dejar de reconocer que la intención de Pablo al escribir a los romanos era la de presentar de una manera sistemática la doctrina de la salvación por la fe en Jesucristo, puede la Epístola leerse con provecho al realizar cualquier estudio sobre la teología bíblica de la adoración. El vocabulario cúltico y litúrgico está presente con alguna frecuencia y deja claros algunos de los argumentos teológicos más significativos para la comprensión cristiana del culto, tanto como de la adoración personal y eclesial.

      Más allá de eso, también puede advertirse que la doctrina de la salvación y las nociones teológicas sobre la adoración están entremezcladas en la Epístola a los Romanos, no solo porque Pablo prorrumpe a menudo en bendiciones y doxologías al Señor, sino porque propone a los cristianos de Roma, a partir de Romanos 12,1, una existencia cúltica o doxológica de los creyentes para la gloria de Dios.

      Daniel Oscar Plenc

      Centro de Estudios White

      Universidad Adventista del Plata

      Entre Ríos, Argentina

      [email protected]