Название | XII Simposio Bíblico Teológico Sudamericano |
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Автор произведения | Carlos Olivares |
Жанр | Документальная литература |
Серия | |
Издательство | Документальная литература |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9789877650525 |
La verdadera independencia de la mente es un elemento enteramente diferente de la imprudencia. Esa cualidad de independencia que conduce a una opinión cautelosa, deliberada y con oración no debería ser cedida fácilmente, no hasta que la evidencia es lo suficientemente fuerte como para asegurarnos que estamos equivocados.19
Agrega, además: “Esta independencia… conducirá, a los que ocupan puestos de responsabilidad…, a no ser desviados por la influencia de otros, o por el ambiente, o a formular conclusiones sin un conocimiento inteligente y completo de todas las circunstancias”.20
La autoridad secular según Lutero
En 1523, Lutero escribió un documento titulado La autoridad secular, donde ensaya las siguientes respuestas al porqué se le debe obediencia al poder terrenal:
1.Porque la autoridad es de origen divino. Fundamenta esto con distintos pasajes bíblicos partiendo de Romanos 13,1: “Toda alma se someta a las potestades superiores; porque no hay potestad sino de Dios; y las que son, de Dios son ordenadas”. Con este pasaje, Lutero documenta la obligatoriedad de los cristianos a someterse en obediencia pasiva a la autoridad terrenal, pero no encuentra, o por lo menos no deja ver en sus escritos, el haber detectado en dicho pasaje el principio de resistencia, aspecto que veremos más adelante. Aborda, además, el caso de aquellos cuya profesión implica la portación de “espada terrena”, para lo cual presenta el caso de los soldados que, atendiendo a la prédica y al llamado realizado por Juan el bautista, expresan la inquietud sobre qué hacer. Lutero presenta la respuesta de Juan el bautista, que no les dijo que abandonen la función de soldados, sino que su respuesta estuvo relacionada con el abandono de las prácticas corruptas en dicha función al decirles: “… No hagáis extorsión a nadie, ni calumniéis; y contentaos con vuestro salario” (Lc 3,14). Así, Lutero explica que es voluntad de Dios tanto la espada como el derecho secular para castigo de los malos y protección de los buenos. Este razonamiento desde el análisis bíblico destaca que ante la pregunta de si un cristiano llevar espada, Lutero rescata en primer lugar que la respuesta queda liberada a la conciencia; y, en segundo lugar, advierte que los que se dedican a la espada espiritual deberían dejar la espada secular a otros.21 Es evidente que tenía muy presente la importancia de la separación de poderes ante la experiencia papal de la Edad Media.
2.Porque el cristiano no debe resistir al malo. Aquí Lutero interpreta los alcances del término resistir a partir de las enseñanzas de Jesucristo, cuando dijo: “Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo y diente por diente. Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra” (Mt 5,38-39; énfasis añadido). Resalta así la necesidad de comprender la diferencia entre el mal (aquello que es contra la voluntad de Dios) y el malo (aquel que ejecuta el mal). Evidentemente, Lutero interpreta que ceder a la tentación de resistir al malo no es otra cosa que pretender la venganza personal, que no es más que otra cara de este mal (ver 1 Pe 3,9). El malo es una víctima atrapada en el envoltorio del mal y solo con el bien se lo puede ayudar, aunque haciendo el bien, el justo pueda ser dañado por el mal. Sin embargo, como ya fue explicado, Lutero parece haber captado que cuando el malo abraza el mal, se convierte en mal pretendiendo que el justo haga el mal (ver Jos 7,11) y aquí es donde justifica la implementación del verbo resistir en relación con el mal y no con el malo. Es así como Lutero considera que
la perfección o imperfección no consisten en obras; no lo determina tampoco ningún orden externo especial entre los cristianos, sino… el que más cree y ama es perfecto, aunque exteriormente sea varón o mujer, príncipe o labrador, monje o laico. El amor y la fe no producen sectas ni diferencias externas.22
3.Porque el cristiano en cuanto tal no necesita de la autoridad. Sostenía la existencia de dos clases de hombres según la pertenencia. Por un lado, aquellos que se identifican con el reino de Dios, creen rectamente en Cristo y están bajo él, por lo cual no necesitan ni espada ni derecho secular porque el Espíritu los ordena bajo Cristo y hace que no cometan injusticia contra nadie. Lutero recurre a la figura del manzano destacando que sería totalmente ridículo escribir un libro de leyes que indiquen al manzano qué hacer para dar manzanas. Así también sucede en los cristianos, con el Espíritu Santo que mora en ellos y despierta la conciencia espiritual que los conduce a agradar a Dios en todo su accionar sin necesidad del control externo de la espada secular. No así los que se identifican con el reino del mundo, que están bajo la ley y por lo tanto necesitan de la espada secular que los controle para que la paz se mantenga. Lutero recuerda cómo Pablo, en Romanos 7 y Gálatas 2, enfatiza que la función de la ley es enseñar a reconocer el pecado y llevar al pecador humillado a la gracia y a la fe en Cristo.23
Se puede observar que lo sostenido por Lutero a partir del estudio de las Escrituras y la iluminación del Espíritu Santo en la interpretación, es corroborado tres siglos más tarde por el espíritu de la profecía a través de Elena G. de White, quien destaca:
En el cielo no se sirve con espíritu legalista. Cuando Satanás se rebeló contra la ley de Jehová, la noción de que había una ley sorprendió a los ángeles casi como algo que no habían soñado antes […] El amor a Dios hace de su servicio un gozo. Así sucede también con toda alma en la cual mora Cristo…”.24
4.Porque el no cristiano, en cuanto tal, necesita de la autoridad. Aquí hay que comprender a Lutero y el contexto occidental de la Edad Media en el cual escribe. Es así que no distingue ningún otro tipo de ética religiosa que controle la conducta de los individuos desde su interior. Por lo tanto, va a resaltar que, al igual que un animal feroz y malo que necesita estar atado con cadenas y sogas para que no dañe conforme a su modo de ser, el hombre que no está bajo Cristo necesita estar sometido a la espada. Por el contrario, como un animal domesticado e inofensivo, el cristiano auténtico no necesita de sogas y cadenas, causa por la cual Dios dispuso los dos regímenes, los que andan conforme a la ley, pero no están bajo la ley porque son controlados interiormente por el Espíritu y se gozan en hacer la voluntad de Dios, y los que son controlados exteriormente por la espada de la ley y tienen que mantener la paz contra su voluntad.25 Ahora bien, no se trata aquí de la posesión de un documento que los identifique como cristianos, pues de ser así, muchos malos se ampararían bajo el nombre de cristianos sosteniendo que no están sujetos a ninguna ley ni espada, causa por la cual el documento identificatorio son los hechos concretos en su conducta, pues Cristo dijo: “Por sus frutos los conoceréis” (Mt 7,16.20). Lutero