Prevención del delito y la violencia. Franz Vanderschueren

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Название Prevención del delito y la violencia
Автор произведения Franz Vanderschueren
Жанр Социология
Серия
Издательство Социология
Год выпуска 0
isbn 9789563572926



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      Capítulo II

      ¿Qué aprendemos de las evaluaciones para una prevención más efectiva?

      Patricio Tudela P.

      Resumen

      Para la prevención y control de la criminalidad no solo es importante saber qué intervenciones son exitosas o fracasan, sino que también por qué. En Chile casi no se examina el contexto en el que se ejecutan intervenciones y probablemente es por ello que seguimos trabajando con escasos resultados. El enfoque de prevención basada en la evidencia y la ciencia de la implementación ponen acento en la importancia de una mirada de segundo orden: examinar reflexivamente sobre cómo trabajamos, es decir, sobre las prácticas metodológicas. La carencia de evidencia empírica y la debilidad de las herramientas para planificar, implementar y evaluar limitan la efectividad. Tampoco hay resultados cuando no hay capitalización de conocimiento a partir de desaciertos anteriores (antes) y supervisión durante la ejecución. La escasa capacidad de aprendizaje, para adoptar y adaptar, y la urgencia de un fortalecimiento institucional acompañado de sistemas de evaluación sitúan la profesionalización de la prevención como una prioridad. Ambos deben colaborar en generar conocimiento criminológico aplicado orientado a mejorar la gestión pública. El análisis de las políticas y programas de prevención es fundamental y la generación de capacidades efectivas reduciendo brechas es una prioridad.

      Introducción

      Aun cuando el objetivo de la prevención de los delitos y las violencias despierta acuerdos y motiva esfuerzos mancomunados, no todo emprendimiento logra resultados positivos. En la implementación de estrategias, programas o intervenciones hay dificultades de diversa naturaleza. Por una parte, luego de varias evaluaciones se arriba a la conclusión de que no se trata de replicar intervenciones “adecuadas”, sino también de la “gestión de programas”, es decir, de ejecución.

      En efecto, si bien existen varias y distintas propuestas de modelos de intervención a partir, por ejemplo, de la promoción de estrategias de construcción de capital social, el desarrollo de la comunidad y la prevención comunitaria, las pocas evaluaciones muestran que muchas no logran los resultados buscados o bien no pueden simplemente demostrarlos, ¿por qué muchas de ellas no funcionan?, y ¿qué impide llevarlas a la práctica o que funcionen?

      Sin duda, no es suficiente la voluntad y tampoco una innovación con algún argumento criminológico. Más bien se trata de identificar un programa efectivo, cuyos resultados sean conocidos, a partir de evaluaciones sólidas hechas por terceros. Pero, también se trata de un programa adecuado y de una implementación fiel a los componentes validados, esto es, aprovechar los hallazgos de investigaciones conducentes a construir programas “basados en evidencia científica” y “basados en la ciencia de la implementación”.

      La prevención del delito puede ser más exitosa si se sostiene en esfuerzos que se benefician de la experiencia de otros que han intentado resolver problemas similares, que aprovechan el conocimiento que se alcanza con la evaluación de intervenciones sistemáticas y aplican los aprendizajes que arrojan la revisión de la planificación y ejecución de programas.

      ¿Cuál es el problema?

      En Chile se han destinado significativos fondos públicos en programas con importantes limitaciones técnicas y dificultades para mostrar resultados, mientras que otros han fracasado definitivamente. Los responsables de la ejecución de proyectos actúan a ciegas, guiados por la intuición y buenas intenciones.

      Los informes técnicos sobre los pocos programas evaluados, impulsado por la Dirección de Presupuesto (Dipres) del Ministerio de Hacienda y con un enfoque de eficiencia más que de efectividad (Plan Comunal de Seguridad Pública 2017, Fondo Nacional de Seguridad Pública 2016, Apoyo a Víctimas 2015, Plan Cuadrante 2014, Barrio en Paz 2012, Fondo de Gestión en Seguridad Ciudadana 2011, Programa de seguridad y participación ciudadana de municipalidades, programas comunales y de barrio 2010, entre otros7), coinciden en advertir que hay errores en el diseño, debilidad en la congruencia (lógica) del diseño y formulación de un proyecto (fundamentación de las relaciones de causalidad) y, especialmente, falencias en el alcance-tipo de evaluación y el diseño-tipo de indicadores de resultado/impacto. Es decir, no es posible determinar si el proyecto había causado efectos mensurables. No se trata aquí de un análisis orientado a afirmar qué hacer ante un problema específico, sino de cubrir un vacío sobre cómo incrementar la probabilidad de éxito en las intervenciones plurianuales.

      Cualquier esfuerzo público inteligente se traduce en ahorro de recursos y augura mayor probabilidad de éxito. Nos moviliza la convicción de que es más costo-efectivo para la prevención aprovechar la experiencia de otros en similares situaciones. El objetivo aquí es poner de manifiesto que en la última década hay aprendizajes, que se ha identificado un conjunto de claves y directrices en la ejecución de programas y otras que sencillamente deben evitarse. Esto obedece a la necesidad de hacernos cargo de los primeros resultados de las evaluaciones de programas en Chile.

      La crisis de efectividad de los programas de prevención en las últimas dos décadas, especialmente en países anglosajones, al igual que en Chile, obedece al escaso esfuerzo en examinar, comprobar y demostrar científicamente los logros de la política