Название | Prevención del delito y la violencia |
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Автор произведения | Franz Vanderschueren |
Жанр | Социология |
Серия | |
Издательство | Социология |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9789563572926 |
Si se acepta la multicausalidad de la delincuencia y violencia, se amplía el posible abanico de causas y de teorías de referencia. La comisión de delito puede, en el ejemplo de un robo con violencia cometido por un adolescente, explicarse a partir de las características personales del autor o de su contexto familiar (causas remotas o básicas), de la influencia de los pares o del entorno comunitario violento que genera un ámbito criminógeno, siendo estas dos últimas causas inmediatas o gatillantes. Por ende, la comisión de delito puede hacer referencia a teorías distintas como la del aprendizaje de Akers (2016), o a la teoría del control social (Gottfredson et al., 1990) que asume que la carencia de autocontrol adquirida en la infancia constituye la causa de la comisión de actos antisociales.
Por otra parte, un mismo individuo puede reincidir y las posibles causas de la permanencia en la delincuencia no son necesariamente idénticas a las causas del primer delito. Si en el ejemplo mencionado antes, la disfuncionalidad familiar es el mayor factor explicativo del primer delito, las siguientes infracciones a la ley podrían ser condicionadas por la influencia de los pares u otros factores individuales o colectivos como por ejemplo la existencia de oportunidades como lo afirman las teorías de la prevención situacional.
Finalmente, si se acepta la perspectiva del desarrollo vital (Redondo, 2013), que postula que el impacto de los factores de riesgo debe ser analizado en función de la etapa de vida de cada persona, se debería determinar a qué edad los factores causales actuaron sobre ella. Por ejemplo, abusos en la infancia pueden tener un impacto en los comportamientos en la adolescencia o la adultez. En esta perspectiva, la experiencia de vida de cada cual es única y es marcada por tres factores: la estructura genética, el entorno social y demográfico (familia, pares, amigos, barrio, período histórico, etc.) y los eventos imprevisibles que caracterizan la vida de uno(a)3.
En resumen, las teorías criminológicas explican la probabilidad del impacto de causas que pueden ser múltiples, producirse en edades diferentes y tener manifestaciones inmediatas o remotas de intensidad diversa en función del ciclo vital de cualquier individuo y de su entorno. Esta perspectiva está lejos de la causalidad automática de las ciencias que consideran que un factor causal X genera inevitablemente un efecto Y.
Revisando los escritos recientes de la criminología sobre los temas teóricos y los diversos enfoques de prevención, nos parece necesario clarificar los tipos de teorías en razón de la diversidad de alcance que tienen para las políticas públicas y particularmente la prevención. La distinción propuesta por Pinatel (1963) ofrece un marco lógico útil al proponer tres niveles de análisis teórico: las teorías de la criminalidad, las del crimen y finalmente aquellas de la delincuencia (Ouimet, 2015).
Esta distinción refleja tres niveles de análisis sea sobre el crimen o el delito, sea sobre el comportamiento del delincuente o bien sobre la criminalidad. El análisis del crimen focaliza sobre las causas inmediatas que gatillan la comisión de un delito como un entorno que ofrece oportunidades interesantes o la vulnerabilidad de una víctima. Por ejemplo, la situación de una persona carente de recursos que encuentra dinero perdido por otra conocida y puede tomarlo. A su vez, el estudio del comportamiento criminal busca identificar en la trayectoria individual los factores que han influido en llevarla a la delincuencia como por ejemplo factores familiares, genéticos o la influencia de los pares o del entorno barrial o la combinación de estos factores. En el ejemplo anterior, tratará de explicar porqué el individuo A toma el dinero y el individuo B no lo toma o aun lo restituye a su propietario. Por otra parte, el nivel de análisis de la criminalidad intenta evidenciar a nivel macro los factores que explican las diferencias en el universo de las actividades criminales, por ejemplo, porqué hay una tasa de homicidios superior en México que en Chile, o porqué la tasa de robo o de delitos sexuales es diferente entre dos ciudades o porqué estas tasas varían en el tiempo.
En esta distinción entre los tres niveles de análisis, la utilización de los llamados factores de riesgo, concepto adoptado para indicar el carácter probabilístico de una variable posiblemente explicativa, es aplicable a los tres niveles de análisis, pero como correlación entre variables sabiendo que esta puede ser real o artificial. Por ejemplo, un factor de riesgo como la deserción escolar mostrará a menudo una correlación con la comisión de delito, pero no significa que sea esta la variable explicativa de la comisión de delito. Del mismo modo los niveles de desigualdad o de segregación urbana pueden mostrar una correlación con la tasa de robo sin ser necesariamente la explicación de la comisión de delito (Ouimet, 2015; Fréchette y Leblanc, 1987). Abordamos esta clasificación a continuación.
Las teorías de la criminalidad
La criminalidad es un concepto sociológico para indicar la suma de los delitos cometidos en un momento dado en un territorio determinado (Ouimet, 2015: 21) que se mide normalmente por la tasa de victimización sobre 100.000 habitantes y que se analiza sea comparando territorios diversos o destacando la evolución de la tasa de victimización. Las principales variables explicativas macro sociológicas incluyen la tasa y modalidades de urbanización; variables demográficas como la inmigración, la familia y su estructura; variables que se refieren a creencias y normas culturales; variables socioeconómicas como la pobreza, la desigualdad, la tasa de cesantía y la movilidad social; variables institucionales como la eficiencia, los niveles de transparencia o los modelos de organización de la justicia o de la policía y el grado de impunidad; variables socio-comportamentales a nivel macro como consumo de alcohol o drogas.
En las teorías de la criminalidad, los análisis abarcan el mediano y largo plazo y se refieren a grupos sociales y no a individuos. Se trata de comparar por ejemplo la evolución del número de pandillas violentas con los niveles socioeconómicos o el tipo de urbanización. Estos estudios ponen en evidencia correlaciones que pueden ser significativas, pero no siempre con valor universal. Por ejemplo, una comparación entre tasa de inmigración y tasa de criminalidad puede dar resultados contradictorios según los contextos. El tipo de estructura familiar tampoco genera comportamientos delictuales diferentes, sino más bien son las habilidades parentales que influyen mayormente o el valor que los individuos atribuyen a la supervisión parental que varía según los contextos culturales. Del mismo modo la pobreza si bien influye, no parece ser un factor decisivo salvo en determinados contextos que agravan el vivir pobre como por ejemplo en barrios de “desorganización social” o de alta complejidad. En estos casos, sería el grado de anomia que explicaría la criminalidad.
En la mayoría de los casos, las evidencias que derivan de estas teorías adquieren significación para la prevención cuando son contextualizadas. El ejemplo de la correlación entre tasa de criminalidad y desigualdad social ilustra esta constatación. La desigualdad como causa de la criminalidad está presente en el discurso de varios gobiernos latinoamericanos y es evidenciada a nivel internacional como un factor que explica la tasa de delincuencia: “La desigualdad de ingresos y pobreza generalizada son importantes correlatos de crímenes violentos, como amenazas, asaltos y robos” (Junger-Tas, 2012: 330). Las implicancias se pueden resumir en los siguientes términos: si la delincuencia es el resultado de la desigualdad, por ende, habría que centrar todas las políticas de prevención en disminuir la desigualdad y el resto sería simple paliativo.
Sin embargo, esta perspectiva requiere mayor análisis. En efecto, admitiendo que la desigualdad sería una causa remota de mucha delincuencia, hay que explicar por una parte los delitos que no derivan directamente de ella, como los delitos de cuello blanco, las violencias de género transversales a todas las clases sociales, el cibercrimen o la pedofilia. Por otra parte, hay que mostrar cómo la desigualdad se articula con la calidad de vida cotidiana de los habitantes y concretamente cómo se expresa esta desigualdad en términos no solo de ingreso sino de acceso a servicios como educación, salud, vivienda, transporte4 y en general de acceso a servicios urbanos dignos (Kessler, 2014) y cómo se manifiesta en cada territorio porque una mirada territorial muestra la heterogeneidad de las formas de desigualdad y vulnerabilidad. Por ejemplo, los barrios de alta complejidad evidencian condiciones de vida mediocres en comparación al resto de los barrios aún en período de mejoramiento socioeconómico general.
En síntesis, las teorías de la criminalidad contemplan el mediano y largo plazo e indican la importancia de variables que son determinantes para