Psicoterapia Integrativa EIS. Roberto Opazo

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Название Psicoterapia Integrativa EIS
Автор произведения Roberto Opazo
Жанр Документальная литература
Серия
Издательство Документальная литература
Год выпуска 0
isbn 9789569946646



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Una realidad psicológicamente "molesta" – que presenta muchos desajustes, difíciles de modificar – puede ser epistemológicamente considerada como que "no existe" o como que "existe poco". Y, al "existir poco", pasa a molestar menos. En este caso, el mismísimo Freud podría postular un mecanismo de "negación". En este contexto, un suprarrelativismo cognoscitivo – tan popular entre muchos colegas – podría ser usado como un mecanismo de defensa epistemológico, que defiende de una "verdad" dolorosa, no fácil de aceptar:el cambio psicoterapéutico "real" en nuestros pacientes nos resulta muy difícil de alcanzar.

      2.4. FUNDAMENTOS METODOLÓGICOS DEL SUPRAPARADIGMA INTEGRATIVO

      

       Adam Engle: "Puede ser que, para un Buda, el conocimiento sea neutral. Pero la gente que tiene oscurecimientos, lleva esos oscurecimientos al conocimiento, y lo tiñe de un modo u otro".

       Anne Harrington: "El punto de vista del Buda, es un punto de vista desde ningún lugar".

       José Cabezón: "O un punto de vista desde todas partes"

       Adam Engle: "Y, por lo tanto, desde el punto de vista de un budista, como dice Su Santidad, el conocimiento es neutral".

       Anne Harrington: "Pero nosotros – al menos la mayoría de nosotros – no somos Budas".

      "Visions of Compassion"

      (Davidson y Harrington, 2002)

      Una actitud tranquila y abierta hacia el conocimiento potencia el aporte de los métodos de investigación. Por el contrario, si la actitud del investigador es "fanática" o sesgada, no hay metodología que aporte.

      Existe un proverbio chino que dice: "Hay tres verdades: la mía, la tuya y… la verdad". Esto es particularmente relevante cuando nos adentramos en la temática de la metodología en psicoterapia. Son tantos los afectos en juego, tantas las "verdades" de cada cual, que el proverbio chino genera un eco muy potente entre nosotros.

      Creer es distinto de saber. Y saber… "probabilísticamente y por ahora", es distinto de ser dueño de la verdad para siempre.

      Incluso al observar los mismos hechos los testigos discrepan y no siempre es posible formarse una idea precisa de lo que ocurrió. Esto resulta consistente con las palabras de Rick Harrison, presentador del programa El Precio de la Historia: "No creas todo lo que escuchas. Siempre hay tres lados en una historia: el tuyo, el de ellos, y la verdad". Todo lo cual dificulta posibles conclusiones… y dificulta los métodos para alcanzar conclusiones.

      En nuestros territorios psicológicos – plagados de "subjetivismos" – las dificultades metodológicas tienden a acrecentarse. De este modo, no resultan fáciles ni el mirar ni el concluir. Y cualquier "rigor metodológico puede ser insuficiente. Peor aun cuando el rigor tiende a estar ausente. Y, adicionalmente, cuando la teoría es estrecha, la mirada pasa a ser estrecha, y la metodología se torna deficiente.

      Y cuando la metodología es deficiente, el conocimiento se torna esquivo:

       Una paciente consultaba por problemas depresivos; a poco andar, fue mostrando un particular estilo atribucional. En su personal estilo, todo lo positivo que le ocurría, lo atribuía a alguna intervención de la "Mater", es decir, de la Virgen María. Si amanecía de mejor ánimo, era gracias a la Mater; si le subían el sueldo, era gracias a la Mater; si encontraba unas llaves perdidas, era gracias a la Mater. Dudas: cero. Tolerancia a la crítica: cero. El sistema cognitivo de la paciente se encontraba cerrado – sobre la base de un sesgo perceptivo autoperpetuante – que no admitía dudas ni evidencias contradictorias. En este contexto de procesamiento – guiado por un compromiso religioso cuasi fanático – la Mater reinaba por doquier, en función de los arbitrios atribucionales de la paciente. Si bien es efectivo que este estilo atribucional, en la línea de la llamada "fe del carretero", nubla la mirada, no es menos cierto que abunda por doquier en el ámbito social.

       Desde una polaridad opuesta, un amigo psicólogo, de orientación "científica", sostuvo conmigo el siguiente diálogo:

       R: En la eventualidad de que Dios existiera, ¿qué podría hacer Él para demostrarte su existencia?

       A: Nada. Dios simplemente no existe; y lo que no existe no puede hacer nada.

       En el sistema cognitivo de mi amigo, no había cabida alguna para Dios. Mi amigo asumía el axioma monista de que solo existe la materia; y, a continuación, se obligaba a ser consecuente con aquello. Estaba siempre presto a generar o a aceptar explicaciones "científicas" para todo tipo de fenómenos; todo "tenía" que ser natural. Eventuales "fantasmas" los interpretaba rápidamente como cambios energéticos. Cualquier informe acerca de fenómenos "polstergeist", era atribuido de inmediato a meras fantasías de los "observadores". Las descripciones de experiencias cercanas a la muerte, eran prestamente interpretadas por mi amigo como imágenes generadas a partir de secreciones biológicas, asociadas a esas experiencias extremas. Si una "detective psíquica" acertaba en señalar que el cadáver de la víctima se encontraba en una camioneta, de tales características, ubicada en el lecho de tal río…. era por azar o porque alguien se lo había dicho. El mismo Jesucristo se quedaba sin opciones: si se le apareciera, mi amigo confesaba que lo atribuiría a una alucinación. Asumía que tarde o temprano se descubrirían las causas naturales y materiales de cada uno de estos fenómenos. Dudas: cero. Tolerancia a la crítica: cero. Había instalado un sistema cognitivo impenetrable, incluso para Dios. Más allá de la línea nietzschiana del "Dios ha muerto", mi amigo le tenía prohibido a Dios el existir. En la eventualidad de que Dios sí existiera, probablemente dejaría de hacerlo; se moriría de la risa al ver la rígida actitud de personas como mi amigo… y como muchas otras.

       Por supuesto, Dios puede existir o no, y se puede ser creyente o monista de muy distintas maneras. Sin embargo, en muchos casos los prejuicios teóricos, ideológicos y religiosos, suelen nublar la mirada del observador. Y suelen generarles "puntos ciegos", impenetrables para su propia mirada. En el ámbito de la psicoterapia, este sesgado estilo de procesamiento, vía "anteojeras perceptivas", no ha constituido la excepción sino la regla. El desafío pasa a ser, entonces, el lograr tranquilizar los afectos y el poder ampliar la mirada.

      Se hace esencial entonces, levantar la mirada por sobre las rencillas cotidianas, para detectar con precisión el conocimiento válido, dondequiera que este esté. El alcanzar conocimiento válido, pasa a ser entonces un norte orientador permanente y central. Y lanzar una mirada certera en busca del conocimiento, requiere de una actitud tranquila y abierta, de un criterio preciso acerca de lo que es conocimiento, y de un método que nos permita alcanzarlo, dondequiera que se encuentre.

      En un sentido genérico, unmétodopuede ser descrito como un proceso autocorrectivo, para plantear preguntas y para observar las respuestas. Más específicamente, el método científico involucra un procedimiento regular, explícito y repetible, para alcanzar conclusiones válidas y compartidas. "El método científico es un grupo de procedimientos, de pautas guiadoras, y de actitudes, requeridos para la recolección sistemática y organizada de los datos, para su verificación e interpretación, y para el descubrimiento de evidencia reproducible, para posibilitar a su vez el ir decantando o el ir modificando leyes y principios" (apa,Dictionary of Psychology,2006, p. 818). Cuando el método está bien planteado, permite ir zanjando las discrepancias y va haciendo posible acumular un conocimiento validado. "Aunque los científicos mismos tienen sesgos y valores, el ideal o la lógica del método científico es trabajar para eliminar estos sesgos y valores, ya sea a través del control experimental o de las mediciones precisas, o de alguna combinación de ambas" (Slife, 2004, p. 49). La validación científica no solo implica justificación en términos de un razonamiento riguroso; involucra también una justificación en el ámbito de los hechos. Todo esto, obviamente, involucra a su vez opciones de progreso.

      En un sentido de fondo, la teoría determina el método, y éste