Название | Psicoterapia Integrativa EIS |
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Автор произведения | Roberto Opazo |
Жанр | Документальная литература |
Серия | |
Издательство | Документальная литература |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9789569946646 |
Se trata entonces de agnósticos iluminados, los cuales logran saber a través de saltos lógicos. Estos malabarismos cognoscitivos les permiten superar las infranqueables barreras epistemológicas que ellos mismos postulan. Logran lo que ellos mismos consideran ontológicamente imposible. ¡Admirable!
En estas líneas, hemos venido argumentando en favor delconstructivismo moderado.Y, aun cuando hemos desplegado nuestros mayores esfuerzos argumentativos, no hemos demostrado nada. Por lo tanto, y como lo hemos señalado reiteradamente, se trata de un territorio de opción. En síntesis, estamosoptandopor el constructivismo moderado.
A lo que sí podemos aspirar es a que, nuestra opción, sea unaopción fundamentada.
A través del presente análisis, hemos venido abordando algunas preguntas centrales: ¿Cuáles son los alcances y los límites de nuestro conocimiento? ¿Cuáles son los límites de lo "multi-verso"? ¿Es que cada percepción vale lo mismo que cualquier otra? ¿Es que cada "versión" de la realidad vale lo mismo que cualquier otra "versión"? ¿Es que podemos creernos Napoleón… sin mayores consecuencias?
Nuestras respuestas constituyen tan solo una opción, pero no son ambiguas.
Entre otras cosas, asumimos que la realidad nos plantea límites que nos impiden aseverar cualquier cosa.
En ciencia, las hipótesis se contrastan con la realidad; frente a la cual dichas hipótesis se verifican o bien se rechazan. No es que cada hipótesis contenga "verdades" igualmente respetables; o que cada hipótesis valga lo mismo. La realidad nos aporta una humildad obligada que nos impide prepotencias cognoscitivas.
Todo lo cual tiene amplias repercusiones en el ámbito de la psicoterapia.
Por lo pronto, lo que siempre hemos querido es ver mayor progreso en nuestros pacientes, que el realmente alcanzado. Pronto mostraremos que, a medida que nuestra metodología de evaluación de resultados progresa,los resultados constatados empeoran. Nuestras metodologías "laxas", han posibilitado que se "cuelen" nuestros deseos y creencias; nuestras "ganas" de ver buenos resultados.
Y, en la práctica clínica, el "lenguajear" positivamente, el "construir radicalmente" buenos resultados, el mero "creer que nos va bien"… no ha sido suficiente. No lo ha sido para nuestro conocimiento, y tampoco para nuestros pacientes.
Tampoco consideramos consistente el que un Ptolomeo y un Copérnico nos digan: "Puesto que la realidad es multiversa, es igualmente posible que el Sol gire alrededor de la Tierra o que sea la Tierra la que gira alrededor del Sol; los dos teníamos razón". Y cuesta imaginar a un Galileo diciendo: "¿Para qué necesito un telescopio? Puesto que la realidad es multiversa, elegiré una versión de la realidad a mi gusto". O a un Einstein diciendo: "Mi teoría de la relatividad vale igual que cualquiera otra, aun cuando tenga un mayor poder predictivo. Frente a realidades que son multiversas, me arrepiento de haberme "pelado el lomo" para demostrar que mi versión teórica era mejor".
¿O es que no hay hipótesis mejores que otras, teorías mejores que otras, intervenciones clínicas mejores que otras? Si todo diera lo mismo… para qué esforzarnos tanto? ¿Qué sentido tendría construir una disciplina denominada psicoterapia?
En nuestro territorio psicoterapéutico, es la cuestionada "realidad" la que nos viene humillando, jugando en contra, frustrando… por la vía de nuestros resultados psicoterapéuticos. Al "pesimismo" en los resultados terapéuticos hemos llegado porque,en la realidad,los pacienteshan venido cambiando menosque lo que quisiéramos. Lamentable, pero así han sido las cosas.
Y cuando la realidad "nos humilla", y nos invita a la autocrítica, a la humildad y a renovar esfuerzos, no es cosa de responder en la línea de que la realidad no existe, o bien que no importa, o que es multiversa, o que es una legítima construcción radical de cada cual. Si así fuera,hace tiempo se nos habría ocurrido responderles a los pacientes que no existen los desajustes, que los sufrimientos son creaciones de cada cual, o bien que los pueden cambiar radicalmente por la vía de expeditas reconstrucciones mentales.
Desde nuestra óptica epistemológica, se aplica una especie de "ni tanto que te quemes ni tan poco que te hieles". No somos realistas ingenuos; tampoco somos epistemológicamente superficiales. Si bien asumimos que la realidad existe, asumimos también que es difícil de conocer, que suele ser multifacética, que nuestras percepciones son "co construidas", y que tan solo conocemos la realidad "indirectamente", a través de nuestras modalidades perceptivas. Y es efectivo también que, al percibir,en partenos estamos percibiendo a nosotros mismos.
No obstante lo anterior,podemos conocer.Y existen conocimientosmejoresque otros, teoríasmejoresque otras, estrategias de cambiomejoresque otras, etc.; el desafío consiste enir descubriendo cuáles son.
Cuando Maturana nos dice que creer en el conocimiento "objetivo", creer en el acceso a "verdades", facilita dogmatismos, fanatismos, prepotencias y agresiones, tiene razón. La solución, sin embargo, no significa que – para no ser fanáticos – debamos negarnos un posible acceso a conocimientos válidos. Las posibles consecuencias prácticas negativas no pueden constituir un argumento epistemológico. Aprender a convivir civilizadamente con nuestros conocimientos, ese es nuestro real desafío.Es distinto de negarnos un posible acceso a los conocimientos, para poder convivir.
Y, como lo hemos venido señalando, la misma realidad cuyo supuesto conocimiento puede conducirnos a la prepotencia,es la que nos conduce a la humildad cuando nos obliga a rechazar nuestras hipótesis falsas.
De este modo las "verdades", en ciencia, no se logran "por mayoría", ni por consensos, ni por argumentaciones carismáticas. En ciencia, las "verdades" están determinadas por la realidad. Es ésta la que permite establecer cual hipótesis explica mejor, cual hipótesis predice mejor…aquello que en la realidad ocurre.
Por lo demás, en ciencia, las "verdades" siempre son provisorias, probabilísticas, "mejorables". Las hipótesis comprobadas son mejores que otras… por ahora. Las "verdades", en ciencia,no son verdades absolutas ni eternassino "verdades comparativas" y… por ahora.
De este modo, nuestra síntesis epistemológica va quedando claramente perfilada:en nuestras percepciones, en parte construimos y en parte descubrimos. Esta es nuestra opción; es la opción asumida por nuestro Supraparadigma Integrativo. Esta opción constructivista moderada es, a nuestro juicio, epistemológicamente esencial.
Por lo tanto, nuestra opción epistemológica nada tiene que ver con prepotencia cognoscitiva, con sentirnos poseedores de la verdad, o con respetar poco a los pacientes. Paradójicamente también, la mejor forma de respetar a nuestros pacientes es… ayudándoles a que progresen "de verdad".
En deportes, los partidos hay que ganarlos "en la cancha", y no por secretaría. Algo análogo es aplicable en nuestros territorios psicoterapéuticos. No resulta criterioso pretender "ganar" el partido psicoterapéutico por la vía de una "secretaría epistemológica". Pacientes reales, con desajustes reales, con sufrimientos reales… nos exigen soluciones también reales. No es cosa de decirles que la realidad no existe, o que no es accesible, o que es "multiversa". No es cosa de decirles que no existen conclusiones "mejores" que otras, que no existen reguladores de la dinámica psicológica, que los terapeutas no "sabemos" nada, o que estamos supeditados tan solo a lo que el paciente crea. No es cosa de concluir que el paciente es el que sabe, para luego quedar ufanos de lo democráticos, de lo autocríticos, de lo poco ingenuos, de lo modestos y de lo profundos que fuimos.
En ocasiones, el cambiar creencias y pensamientos constituye una excelente opción clínica. En otras, se hace necesario cambiar "realidades". Vale decir cambiar funcionamientos biológicos, hábitos conductuales, estilos afectivos, estilos del observar, del concienciar, habilidades interpersonales, ambientes patógenos, dinámicas familiares, etc. Una adecuada opción psicoterapéutica, consiste en otorgar espacios a todas las opciones que puedan beneficiar al paciente; sean estas más de "mundo