Название | XII Simposio Bíblico Teológico Sudamericano |
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Автор произведения | Carlos Olivares |
Жанр | Документальная литература |
Серия | |
Издательство | Документальная литература |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9789877650525 |
Un dato que unifica todos estos relatos, y que Clemente e Ireneo comparten, es ubicar a Pedro en Roma (Eusebio, Hist. Eccl. 6.14.6; Ireneo, Haer. 3.1.2) y desde ahí extrapolar la idea de que Marcos debió haber escrito el Evangelio en ese lugar. Es cierto que Clemente deja entrever esta opción, pero no así Ireneo. A fin de unir estos relatos, se menciona 1 Pedro 5,13, versículo en el que Pedro envía saludos desde Babilonia a sus lectores. Se arguye que Babilonia sería el nombre simbólico de Roma, y que este describiría el lugar donde Pedro estaría residiendo.15 Pedro incluye en sus saludos a Marcos (1 Pe 5,13), quien, como la tradición sugiere, habría estado con Pedro en este tiempo. Al unir estos eventos en un solo nodo informativo, se especula que Marcos, al residir en Roma, habría compuesto el Evangelio ahí.
Empero, aun asumiendo que este Marcos es el mismo que la tradición indica como el autor del Evangelio y el acompañante de Pedro, no significa directamente que él haya escrito el Evangelio en Roma, o que este estuviera dirigido a los cristianos de esa comunidad urbana. Si bien es posible asumir esta teoría, Marcos bien pudo haber compuesto el Evangelio en otro lugar, fuera de la capital del Imperio.16 En 2 Timoteo, Pablo menciona a un tal Marcos y le solicita a Timoteo que lo traiga a donde él está (2 Tim 4,11). Conjeturando que este Marcos es una referencia al Marcos referido en este estudio, es interesante notar que él no está en Roma, sino probablemente en Éfeso (cf. 1 Tim 1,3). De esta manera, asumiendo que 2 Timoteo (c. 65-67 d. C.)17 fue escrita después de 1 Pedro (c. 62-64 d. C.),18 Marcos bien pudo haber viajado desde Roma a Éfeso en algún momento posterior, cuestionando así el supuesto categórico de que Marcos tuvo que haber escrito el Evangelio en la capital del Imperio porque aquel era el lugar donde exclusivamente residía.
En suma, en virtud de la evidencia externa, es pertinente reconocer que el supuesto que localiza la composición del Evangelio de Marcos en Roma carece de datos que sustenten taxativamente tal aseveración. La propuesta es posible, pero no es necesariamente un hecho indiscutible.
Evidencia interna: latinismos, explicaciones, gramática y Sitz im Leben
En base a lo anterior, se arguye, a fin de fortalecer esta hipótesis, que no solo existe un énfasis externo, sino uno que surge desde el texto mismo y que apunta hacia una audiencia ubicada en Roma. Al menos cuatro características internas del Evangelio se han sugerido.
Latinismos
El primer enfoque es expresamente lingüístico, que plantea la presencia de latinismos en el texto griego de Marcos.19 Entre estos, se pueden mencionar, por ejemplo,20 κῆνσος (“impuesto”, censo”; 12,14), κεντυρίων (“centurión”; 15,39; 44-45), δηνάριον (“denario”; 6,37; 12,15; 14,5), λεγιών (“legión”; 5,9.15), μόδιος (“almud”, cajón”; 4,21), πραιτώριον (“pretorio”; 15,16), κοδράντης (“cuadrante”; 12,42), σπεκουλάτωρ (“verdugo”; 6,27) y φραγελλόω (“azotar”; 15,15).21
Al examinar estos vocablos, sin embargo, es cuestionable determinar a través de esta evidencia lingüística una audiencia para Marcos ubicada en la capital del Imperio. Los términos mencionados no necesariamente pudieron haber sido empleados únicamente en Roma, sino adoptados fuera de la ciudad itálica, en cualquiera de las provincias del Imperio romano.22 De hecho, todos los latinismos mencionados podrían corresponder a términos que funcionarían perfectamente en contextos de ocupación militar23 o en sectores sociales en conflicto, fuera de la capital itálica.24
En este sentido, los latinismos usados por Marcos parecen comprender palabras comunes en el siglo i d. C., que pueden haber sido entendidas en cualquier región en que las legiones romanas estuvieron presentes.25 A modo de ejemplo, el término δηνάριον (“denario”; Mc 6,37; 12,15; 14,5) aparece también en Mateo y Lucas (Mt 18,28; 20, 2.9-10.13; 22,19; Lc 7,41; 10,35; 20,24).26 Si, como se cree, Mateo está dirigido a lectores/oyentes hebreos27 y Lucas tiene en mente una audiencia con trasfondo gentil,28 la comprensión del vocablo δηνάριον debe haber tenido un rango geográfico extenso, incluyendo zonas no latinas. Igualmente, el verbo φραγελλόω (“azotar”; Mc 15,15), no solo es empleado por Mateo (Mt 27,26), sino además por el autor del Testamento de Benjamín (T. Benj. 2,3),29 una obra judía fechada en el siglo ii a. C., lo que sugiere otra vez un uso geográfico más amplio que el que se pretende que el verbo gozaba.
Explicaciones
Otra forma de subrayar la ubicación de Marcos ha consistido en prestar atención a las explicaciones que en dos ocasiones el Evangelio les otorga a palabras griegas, usando latinismos.30 Al ocurrir esto, se aduce, el autor supone una audiencia latina, no griega, y por lo tanto apostada en Roma. En Marcos 12,42, se aclara que la ofrenda de dos blancas (λεπτὰ δύο) dada por la viuda corresponde a una moneda romana llamada cuadrante (κοδράντης).31 Luego, en Marcos 15,16, Jesús es llevado al αὐλή (patio), ante lo cual se informa a los lectores/oyentes del Evangelio que este lugar corresponde al πραιτώριον (pretorio), es decir, la oficina del comandante militar romano asignado a esa zona.32
Sin embargo, a pesar de la lógica de las dos aseveraciones expuestas, tales explicaciones no necesariamente apuntan en la dirección esperada. Repitiendo la crítica anterior, las elucidaciones de Marcos bien pueden servir en contextos en donde un lenguaje judío era incomprensible, y era necesario exponer conceptos determinados con vocablos latinizados. Esto podría incluir Roma, pero también sus colonias u otros lugares en donde el hebreo era desconocido y el latín comprendido.
Respecto a este último punto, es llamativo que Mateo, cuya audiencia se alega que era principalmente hebrea,33 y que se cree que fue escrito en el este,34 emplea el término πραιτώριον (pretorio) sin definirlo. Esto sugiere que el vocablo era conocido y usado no solo en Roma, sino también en asentamientos en donde el Imperio tenía injerencia (cf. Mt 27,27; cf. Jn 18,28.33; 19,9; Hch 23,35; Flp 1,13).
De esta manera, aludir a las explicaciones que hace Marcos de ciertos términos, no necesariamente establece que este fue escrito en Roma o que fue compuesto teniendo una audiencia romana en mente.35 Los lugares que se pueden invocar son diversos, lo cual, si bien no excluye a Roma, tampoco la determina exclusivamente.
Gramática
Otro planteamiento utilizado para resolver la audiencia del Evangelio estriba en examinar la estructura gramatical del texto griego. Este parece insinuar una disposición lingüística basada en ciertas frases idiomáticas tomadas del latín.36 En Marcos 2,23, por ejemplo, ocurre la frase ὁδὸν ποιεῖν, una expresión que busca imitar la locución idiomática latina iter facere (hacer el camino o viaje). Una composición similar ocurre en Marcos 14,65, en donde el dicho ῥαπίσμασιν αὐτὸν ἔλαβον está basado en la sentencia coloquial latina verberibus eum acceperunt (golpear).
Es indiscutible que un planteamiento de este tipo se incline a favor de un contexto geográfico emplazado en Roma. Sin embargo, es posible que tal estructura gramatical apunte más en la dirección del autor y su estructura mental latinizada,37 y no tanto en la de la audiencia.38 Sobre este respecto, es factible que en siglo i d. C., muchas de estas composiciones gramaticales fueran parte del lenguaje común presente en los pueblos invadidos por Roma.39
En Lucas 12,58, por citar un caso, acontece la expresión δὸς ἐργασίαν, que equivale a la locución latina da operam (haz el esfuerzo).40 En Mateo 19,10, por su parte, el autor del Evangelio emplea el sustantivo αἰτία, una palabra que en este contexto es tomada del latín causa,41 en el que se resume el estado de la cuestión o las circunstancias existentes sobre un asunto en particular.42
En ambos ejemplos, tanto Lucas como Mateo, no fueron compuestos sobre la base de auditores romanos, pero aun así contienen frases