Psicoterapia Integrativa EIS. Roberto Opazo

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Название Psicoterapia Integrativa EIS
Автор произведения Roberto Opazo
Жанр Документальная литература
Серия
Издательство Документальная литература
Год выпуска 0
isbn 9789569946646



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      En nuestra evolución como especie, hay parámetros pauteados por la biología que nos ayudan a sobrevivir mejor. "Esos parámetros están claramente presentes a la hora de la ‘supervivencia de los más aptos’. Es así como todos buscamos el placer y sentirnos bien, y evitamos el dolor y sentirnos mal. Sin estas tendencias los seres humanos nos habríamos extinguido hace mucho. Y lo que nos hace sentirnos bien – sexo, comida, amistad, etc. – por lo general es también aquello que es bueno para nuestra supervivencia. Y lo que nos causa dolor, es malo para nuestra supervivencia: el fuego, la deshidratación, el veneno, el mecanismo que ha preservado y multiplicado la especie humana" (Layard, 2005, p. 24).

      El sistema biológico de cada persona comparte las características de la especie; y todo el funcionamiento psicológico se realiza sobre la base de un trasfondo biológico que lo hace posible. Sin embargo, el sistema biológico aporta también un perfil específico diferencial, idiosincrásico y único para cada persona. En cada uno de nosotros habría, por lo tanto, unabiología "nomotética"y unabiología "idiosincrásica".

      Veremos primeramente algunas evidencias relacionadas con el rol de la biología en la dinámica psicológica, para luego revisar algunos ejemplos predictivosen el ámbito de laetiología biológica;primero al nivel de la dinámica psicológica, y luego al nivel de los desajustes. Posteriormente, nos detendremos en la temática del cambio terapéutico.

      El tema de lasnecesidadesejemplifica el rol de la biología en la dinámica psicológica. Sin necesidades, no requeriríamos satisfacciones; no habría motivaciones, no habría pulsiones, no haríamos nada.Todas las personas compartimos las necesidades propias de la especie, generadas desde la biología;estas necesidades se muestran en todas las culturas y a través de todos los períodos históricos. Es el caso de las necesidades básicas, de la necesidad de convivencia social, de la necesidad de afecto, de la necesidad de saber, de las necesidades de trascendencia, etc. Pero cada sociedad favorece ciertas formas de satisfacción de las necesidades humanas. Y, al interior de cada sociedad, cada persona es movilizada por necesidades de intensidades diferentes, a partir de un perfil biológico individual con acentuaciones diferentes. De este modo,cada persona prioriza sus necesidades a su manera.Desde esta perspectiva, podría decirse que existe un perfil nomotético de necesidades humanas… las necesidades propias de la especie; y existiría también un perfil idiosincrásico de las necesidades de cada cual… con los énfasis y las formas que las necesidades adquieren en cada cual.

      Aun cuando la "naturaleza humana" se muestra como flexible y adaptable a medios muy diferentes, estamos lejos de la conclusión "la naturaleza humana no existe". Cuando las mismas necesidades se presentan en culturas muy diferentes, es porquedisposiciones básicas comunes se están manifestando.Cuando las mismas necesidades se presentan en épocas históricas muy diferentes,disposiciones básicas comunes se están manifestando.Se puede inferir entonces, queexiste una naturaleza humana, obviamente de raíz biológica, obviamente común a la especie humana, que explica el que los seres humanos manifiesten motivaciones similares en hábitats históricos, sociales y culturales muy diferentes.

      Sorprendentes disposiciones biológicas se manifiestan, por ejemplo, en ratas. Es así como Bartal, Decety y Mason (2011) constataron la presencia deempatíaen roedores. Para establecer esto, se colocó a una rata libre en un campo de arena; en este lugar se encontraba también otra rata atrapada en una jaula. Después de varias sesiones, la rata libre aprendió a liberar a la otra. Cuando la rata "experimental" fue enfrentada a dos jaulas, una conteniendo a una rata y otra conteniendo una barra de chocolate, optó por abrir ambas jaulas y compartir el chocolate con la rata recién liberada.

      Adicionalmente, las disposiciones biológicas se pueden manifestar en otros territorios muy relevantes y muy insospechados:

       Quienes han adoptado la perspectiva evolucionaria para estudiar el tema de la moral, han comenzado a encontrar evidencia que muestra que nuestro sentido de la justicia y nuestras calificaciones morales, surgen de algunos mecanismos mentales evolucionariamente adquiridos. Investigaciones en monos y en humanos vienen avalando estas conclusiones.

       El conocido primatólogo Frans de Waal (2007), trabajó con monos capuchinos, una especie más alejada de los humanos que los chimpancés. Les "pidió" a los monos que le entregaran trozos de tubería plástica que se encontraban en el suelo. Como recompensa por cada tarea, les fue entregando trozos de pepino o gajos de uva; espontáneamente, los monos prefieren la uva a los pepinos. Al comienzo los fue recompensando a todos con pepino. Luego recompensó a un mono con uva; al ver esto, los monos siguientes no aceptaron el pepino o lo tiraron lejos. Una reacción que se puede interpretar como que no consideraron "justo" recibir un pepino si otros recibían uva por hacer lo mismo. "Estos experimentos sugieren que sistemas nerviosos centrales anteriores a los humanos, como el de los monos capuchinos, exhiben rasgos que insinúan la existencia de reacciones ‘morales’, de un cierto sentido de justicia" (Fischer, 2009, p. 245). Según Fischer, "los mecanismos mentales que dan lugar a los juicios morales, otorgan a quienes los poseen claras ventajas adaptativas en sus esfuerzos por ganarse la vida y dejar descendencia" (p. 245).

       A su vez experimentos con humanos muestran una cierta consistencia con lo anterior. En el ámbito de lo humano, filósofos "racionalistas" como Platón y Kant concibieron el juicio moral maduro como una empresa racional. Plantearon que los juicios morales son el resultado de un razonamiento, un asunto de apreciación de razones abstractas que, en sí mismas, aportan dirección y motivación. De acuerdo con la hipótesis de la "voluntad", enfatizaron el rol del razonamiento y del autocontrol. La conducta honesta sería la resultante da una resistencia activa a la "tentación", comparable al control que se ejerce sobre los procesos cognitivos que posibilitan la demora de la recompensa.

       Por su parte David Hume y Adam Smith, argumentaron que las emociones son el fundamento primario del juicio moral. En esta perspectiva, la hipótesis de la "gracia" enfatiza el rol de la emoción en los juicios morales; plantea que la conducta honesta está configurada por procesos automáticos "viscerales". La conducta honesta sería la resultante de ausencia de tentación, lo cual es consistente con aquella investigación que enfatiza la determinación de la conducta por la presencia o ausencia de procesos automáticos. Se asume aquí que la conducta honesta involucra un autocontrol activo muy pequeño; y que la conducta deshonesta involucra el compromiso adicional de procesos cognitivos controlados.

       Teniendo como trasfondo las opciones mencionadas, el psicólogo de Harvard Joshua Greene (Greene y Paxton (2009) ha venido realizando diversos experimentos. En algunos plantea dilemas morales a los sujetos, a los que adicionalmente somete a mediciones con resonancia magnética funcional (fmri) para observar las zonas cerebrales que se activan. En un experimento, 35 sujetos monitoreados vía fmri fueron llevados a realizar actividades que involucraban algunas opciones de "honestidad/deshonestidad". Los hallazgos apoyaron la hipótesis de la "gracia". Los sujetos que se comportaron honestamente no mostraron una actividad de control relacionable con esa conducta. Y, por el contrario, quienes se comportaron deshonestamente exhibieron una actividad incrementada en regiones del córtex prefrontal, es decir, en regiones relacionadas con el control. Los niveles de actividad en estas regiones correlacionaron con la frecuencia de deshonestidad en los individuos (Greene y Pastón, 2009).

       Greene propone que los juicios morales estarían controlados por un sistema dual. Los juicios "deontológicos", que dicen relación con "derechos" o "deberes" estarían dirigidos por mecanismos emocionales, de respuesta más automática; y los juicios "utilitarios" o de naturaleza consecuencial estarían controlados por mecanismos cognitivos.

      Lo anterior deja abiertas algunas interrogantes. Paradójicamente, el desarrollo límbico-subcortical facilitaría una honestidad adaptativa; y el desarrollo cortical –posterior en términos evolutivos– facilitaría una deshonestidad desadaptativa. En este contexto, la evolución del neocórtex involucraría una especie de "retroceso ético-evolutivo"; se facilitaría la génesis de "tentaciones" que tornarían menos reflejas, más meritorias, y más "libres", las respuestas honestas. El tema es relevante y complejo, y estimula reflexiones