Название | Psicoterapia Integrativa EIS |
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Автор произведения | Roberto Opazo |
Жанр | Документальная литература |
Серия | |
Издательство | Документальная литература |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9789569946646 |
Hemos visto que la genética tiene un rol relevante en la etiología delneuroticismoy de laintroversión.Hace algún tiempo logramos establecer una clara correlación entre identidad-introversión-neuroticismo. Trabajando con una muestra de 2950 personas, logramos documentar que a mayor introversión y neuroticismo, mayor empobrecimiento de la autoimagen, de la autoestima y de las expectativas de autoeficacia. Una clara constatación de que las predisposiciones biológicas inciden fuertemente en el cómo nos concebimos, nos percibimos y nos apreciamos… a nosotros mismos (Opazo, 2001).
Años después, los hallazgos de Kendler et al. (1998) y nuestros propios hallazgos del 2001, han venido recibiendo creciente apoyo. La temática, por supuesto, tiene una significativa relevancia clínica.
Es así como nuestros hallazgos de 2001, se ven ratificados por una investigación realizada más recientemente en el King’s College de Londres. En un estudio que analizó a 3785 pares de gemelos, cuyas edades fluctuaban entre los 9 y los 10 años de edad, se constató que la autoconfianza y las expectativas de autoeficacia reciben un 51% de influencia genética; el 49% restante fue atribuido a la influencia del ambiente y de la experiencia (Greven, 2009).
El rol del gen receptor de la oxitocina, el oxtr, ha sido documentado en una investigación de la Universidad de California dirigida por Saphine Bernstein, Shelley Taylor et al. (2011). Los autores constataron que este gen tiene dos alelos o versiones: la versión A (adenina) y la versión G (guanina). Las personas portadoras del alelo A presentan niveles más bajos de optimismo, autocontrol y autoestima; adicionalmente, presentan mayores índices de depresión.
Por su relevancia, es necesario explicitar la investigación realizada por Saphire-Bernstein et al. (2011).
La muestra del estudio estuvo compuesta por 326 estudiantes y empleados universitarios. Cada persona fue evaluada en su adn a través del análisis de una muestra de saliva. Y cada participante fue evaluado en su optimismo, maestría y autoestima.
El optimismo fue definido como "el grado en que la persona tiene expectativas favorables acerca del futuro" y fue medido a través del "Test de Orientación de Vida". La maestría fue definida como "la creencia de que uno puede determinar su propia conducta, influir en su propio ambiente, y generar resultados deseados"; fue medida a través de la "Pearlin Mastery Scale". La autoestima fue definida como "una auto evaluación general de la persona como valiosa"; fue medida a través de la "Escala de Autoestima" de Rosenberg. Los autores asumieron que estos tres conceptos están muy relacionados y que niveles altos de optimismo, maestría, y autoestima, protegen contra la depresión y otros desajustes psicológicos.
Los autores explicitan que hace mucho se sabe que estos recursos psicológicos tienen bases genéticas. Para el optimismo, los autores señalan que se ha informado una heredabilidad que oscila entre 20 y 36%. La heredabilidad estimada para la autoestima oscilaría entre 29 y 73%. Para la maestría, los autores señalan que no existen datos científicos informados.
Los autores señalan que, hasta ahora, no se habían identificado los genes que estarían involucrados. Y agregan que "los presentes resultados sugieren que el oxtr – un gen receptor de la oxitocina – está ligado a estos recursos (la oxitocina tiene efectos afectivos positivos y tiene efectos pro-sociales). Los portadores del alele A del oxtr snp rs53576, fueron menos optimistas, sintieron menos maestría personal, y tuvieron más bajos niveles de autoestima" (Saphire-Bernstein et al., 2011, p. 15120).
Es casi redundante el destacar que estos hallazgos son de una enorme relevancia cognoscitiva y clínica; y que requieren ser replicados y complementados con nuevos estudios.
Por supuesto, hallazgos que establecen líneas de etiología genética para autoimagen, autoestima, etc., tienen una enorme relevancia a la hora de evaluar las opciones de la psicoterapia… en estos territorios clínicamente tan significativos. Es así como retomaremos esta temática, a la hora de la discusión y de las conclusiones del presente capítulo.
El territorio de lahomosexualidadha sido testigo de un creciente desplazamiento de las teorías etiológicas; el movimiento evoluciona desde teorías más psicógenas (exceso de protección materna, conflictos edípicos, deficientes figuras de identificación masculina, haber sido abusado sexualmente), hacia teorías más biológicas. Entre estas, se ha postulado un posible gen disponente de la homosexualidad (Hamer, 1993); de los 40 pares de hermanos homosexuales participantes en el estudio, Hamer encontró que 33 compartían un particular set de variantes en una región genética denominada Xq28; se trata de cinco marcadores situados hacia el extremo del brazo largo del cromosoma x, en la banda xq28. Aun cuando el tema dista de estar zanjado, tiende a predominar la idea que la transmisión se realiza por la vía materna (Plomin et al., 1997).
Uno de los estudios más completos en homosexualidad fue realizado por Bailey y Pillard en la Universidad de Northwestern (1993). El estudio mostró que la homosexualidad se presenta en un 4-10% de los hombres y en un 2-3% de las mujeres; con una probabilidad de 52% de que el hermano gemelo hombre sea también homosexual y de un 48% de que la hermana gemela sea también homosexual.
La longevidad puede involucrar dietas, ejercicios, manejos emocionales, relaciones de pareja, etc. Sin embargo, el rol de la genética no pareciera ser menor. En un estudio dirigido por Ypusin Suh (2009), del Albert Einstein College of Medicine, se logró establecer que, entre personas cuyo promedio de vida es de 97 años, se presenta una mutación genética que les permite generar mástelomerasa; se trata de una enzima que repara los cromosomas y hace que sus células se mantengan sanas por más tiempo. En el estudio, se estableció que los longevos son portadores de una extraña variación del gen htert, el cual permite una mayor producción de telomerasa. Los investigadores constataron también que se trata de una característica fuertemente heredable.
Se ha constatado que la tasa de concordancia en autismo es de 92% para monocigóticos y de 10% para dicigóticos (Bailey et al., 1995). Al respecto Plomin aporta cifras algo más moderadas: "Los gemelos idénticos son concordantes en un 65% -si uno de los gemelos es autista, el otro tiene un 65% de posibilidades de serlo también. Y los gemelos no idénticos mucho menos… la probabilidad ronda el 15%" (Plomin, 2010, p. 64).
En otro estudio se revisó el genoma de 2500 personas con autismo y el genoma de siete mil personas sin autismo. Se encontró que el 65% de las personas con diagnóstico de autismo presenta alteraciones en el gen cdh10 (Kai Wang et al., 2009). El gen cdh9 y el cdh10 participan en la codificación de algunas proteínas clave para la conexión de unas neuronas con otras a niveles sinápticos; los investigadores encontraron otros treinta genes que también estarían involucrados en las transmisiones que los autistas presentan como dañadas. Los autores concluyen que – en el autismo – los estudios neuroanatómicos han encontrado un desarrollo anormal del cerebro en los lóbulos frontales; así, el autismo no sería una enfermedad de base ambiental, aun cuando el ambiente puede actuar favoreciendo o impidiendo la expresión de los genes. "Los hallazgos genéticos, cuando son asociados con estudios de imágenes anatómicas y funcionales, convergentemente indican que los desórdenes del espectro del autismo pueden derivar de desconexiones estructurales y funcionales de las regiones cerebrales que están involucradas en las asociaciones de alto orden sugiriendo que el síndrome puede representar una desconexión neuronal" (Wang et al., 2009, p. 532).
El gen 5-httlpr se relaciona con llevar la serotonina de una neurona a otra. En su variable corta, se presenta en