Название | Psicoterapia Integrativa EIS |
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Автор произведения | Roberto Opazo |
Жанр | Документальная литература |
Серия | |
Издательство | Документальная литература |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9789569946646 |
Una adecuada información, permite que la persona vaya guiando adecuadamente sus motivaciones, afectos y conductas. Para ello, un primer paso esencial se relaciona con la calidad de sus procesos atencionales. Prestar atención completa pasa a ser esencial: a lo que gusta y a lo que disgusta, a lo positivo y a lo negativo. Si la persona presta una atención preferencial a lo negativo, se genera tensión o se refuerza un ánimo depresivo; si presta atención preferencial a lo positivo, su mirada se torna ingenua. Una sistemática evitación de lo negativo, un no mirar lo que duele – en la línea de la cobardía perceptiva – conduce a que los problemas se acumulen sin que nadie los resuelva.
Cuando una pareja concibe un hijo con síndrome de Down, pasa a quedar desafiada a enfrentar el tema con la mayor entereza. Y si bien muchas parejas logran enfrentar admirablemente ese desafío, nadie desea estar en esa situación. Todos los padres desean que sus hijos sean intelectualmente "normales". El tener una inteligencia normal o superior, hace posible el acceso al conocimiento, a un orientarse mejor en la vida y a más plenas opciones de desarrollo personal. De ahí entonces que, a la hora de los Nortes cognitivos de desarrollo, una base biológica compatible con un coeficiente intelectual normal, pasa a ser una especie de prerrequisito para el desarrollo cognitivo. En este territorio, se requiere también de un ambiente que posibilite la actualización de las potencialidades intelectuales aportadas por la biología.
El pensamiento dicotómico oscila entre las categorías "todo/nada", "blanco/negro", "siempre/nunca". Es propio de las personas muy emocionales y es fuente de empobrecimiento de la función de análisis de realidad. Puesto que la realidad aporta múltiples matices, rara vez es todo de una manera o siempre así. De este modo, el "forzar hacia los extremos", constituye un reduccionismo perceptivo; por lo tanto, la ausencia de pensamiento dicotómico constituye un factor enriquecedor del desarrollo cognitivo.
El aprender a escuchar involucra un importante desarrollo cognitivo. Escuchar va más allá del solo oír. Si la persona escucha más, se informa mejor. Si escucha para comprender – y no meramente para responder – se relaciona mejor con un otro. Si escucha empáticamente – dándole a entender al otro que sigue con atención su mensaje y que lo está comprendiendo – se relaciona más cercanamente con ese otro. Aprender a escuchar, entonces, involucra un paso hacia una mayor sabiduría; y constituye todo un Norte de desarrollo cognitivo.
Los autodiálogos pueden ser activados para bien o para mal. Cuando la persona se emite sistemáticamente mensajes autodestructivos – del tipo "de nuevo la embarré", "soy un imbécil", "no voy a aprender nunca" – se genera ánimo negativo y baja autoestima. Cuando sus autodiálogos son de apoyo o guiadores – en la línea del "vas bien", "a la próxima lo haré mejor", "voy a corregir esto" – la persona se genera buen ánimo, y se va transformando en amiga de sí misma. Una persona cognitivamente bien desarrollada, no usará los autojuicios para perjudicarse; una persona bien desarrollada será amiga de sí misma. Y los buenos amigos dicen la verdad, apoyan, aconsejan, guían, critican con fundamento, estimulan, acompañan.
Una expectativa involucra anticipar lo que se cree que va a ocurrir; se trata de una "predicción" que puede estar bien o mal fundamentada. Las expectativas distorsionadas sistemáticamente hacia el pesimismo o el peligro, se traducen en ánimo depresivo, tensión, angustia, desmotivación o apatía. En un sentido opuesto, un optimismo exacerbado conduce fácilmente al fracaso o a la frustración; los hechos suelen derrumbar las ilusiones desmedidas. Un excesivo optimismo está ligado con la personalidad "perdedora"; un jugador compulsivo, por ejemplo, muchas veces seguirá jugando porque está seguro que su suerte está por cambiar. De este modo, construir expectativas realistas, alcanzar una especie de "optimismo fundamentado", se aviene bien con el desarrollo cognitivo, con mayores niveles de "felicidad", con eficiencia conductual; incluso con una mayor esperanza de vida.
Una persona enfrenta mejor situaciones difíciles, cuando se cree capaz de manejar bien esas situaciones. Por el contrario, cuando la persona cree que no lo podrá hacer bien, surgen los temores, los miedos, las inseguridades. De este modo, tener altas, fundamentadas y convincentes expectativas de autoeficacia, pasa a ser fuente de libertad de acción y de seguridad personal. Tener fundamentos para creerse capaz de enfrentar bien múltiples situaciones, tener convicciones bien fundamentadas para sentirse capaz, constituye todo un logro en el ámbito del desarrollo personal.
Hay personas que, sistemáticamente, atribuyen sus éxitos a méritos propios, amplios y estables; este estilo atribucional cursa en la línea "me fue bien porque valgo mucho", "me fue bien porque soy muy capaz". En este contexto, los fracasos suelen atribuirse a mala suerte y/o a factores perjudiciales externos. Este estilo atribucional "hiperpositivo", tiende a generar una buena autoimagen y una alta autoestima; sin embargo, suele generar también un grado de desadaptación y una cuota no menor de inseguridad. La persona construye un autoconcepto magnificado, sin fundamentos sólidos; fuente de inseguridad y de poca tolerancia a la crítica. Esto suele ser percibido por otros y puede ser autopercibido de diferentes formas.
Como lo hemos visto, el así llamado estilo atribucional depresogénico tiende a operar en la dirección opuesta. Los éxitos pasan a ser atribuidos a ayuda externa o a buena suerte o a que la tarea era fácil; y los fracasos se atribuyen a torpeza o incapacidad personal. Por supuesto, esto tiende a reforzar el ánimo depresivo, la mala autoimagen y la baja autoestima.
En términos atribucionales, el desarrollo cognitivo transita por una tercera vía; por la vía de la flexibilidad atribucional. La "rationale" sería "al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios"; cada éxito o fracaso pasa a ser atribuido según sus méritos, sin un pre-esquema rígido. Este estilo permite aprender de la experiencia, generar afectos proporcionales a los hechos, e ir construyendo un autoconcepto a tono con lo que la persona es.
El "conócete a ti mismo" se relaciona con la capacidad de autoobservación. El psicólogo Fernando Alliende (2009), ha señalado que ser introvertido es distinto de ser introspectivo; hablar poco no es sinónimo de conocerse mucho. Y el conocerse bien, ayuda a saber qué se necesita, qué se valora, que decisiones pasan a calzar mejor. Si no me conozco, no sé cuales son mis fortalezas, no sé qué me falta, no sé qué me conviene, no sé dónde estaré mejor y no me queda claro hacia adónde es deseable conducir mi vida. Así, un adecuado autoconocimiento constituye un Norte deseable en el desarrollo cognitivo.
Un adecuado autoconocimiento pone en juego también la capacidad de autocrítica. Como los defectos personales duelen, una forma expedita de evitarse sufrimientos es no mirarlos. Se aplicaría entonces el "ojos que no ven, corazón que no siente". Sin embargo, los defectos no detectados no pueden ser enfrentados; por lo tanto, se acumulan y se consolidan. En un sentido inverso, el acceso a los defectos propios abre la posibilidad de superarlos; pasa a ser fuente de desarrollo personal.
La autocrítica es regulada por la propia persona; esta regula contenidos, intensidades y momentos. Por el contrario, la crítica externa puede abordar cualquier tópico, puede ser muy fuerte, y puede sorprendernos en cualquier momento. Así, la tolerancia a la crítica pone en juego la capacidad de aceptar debilidades propias, en presencia de terceras personas; el hacerlo, acerca el diálogo con otros y abre nuevos desafíos de desarrollo personal. Las personas inseguras, cuya autoestima es precaria y de equilibrio inestable, se derrumban ante las críticas; incluso ante críticas menores. Por lo tanto, se ven en la necesidad de actuar a la defensiva, sobrerreaccionando al menor cuestionamiento; abriendo así las puertas a que los defectos no se enfrenten y se consoliden.
Las estructuras cognitivas – bien planteadas – aportan principios organizadores y reguladores de la experiencia; la experiencia pasada permite abreviar el procesamiento de la nueva experiencia que le resulta afín. Sin embargo, cualquier estructura o esquema cognitivo absoluto o rígido, deteriora múltiples percepciones, empobrece el análisis de realidad y desadapta. Y, como ha sido señalado, una vez instalado un sesgo adquiere funciones autoperpetuantes;