Gestión de personas en organizaciones innovadoras. Andrés Hatum

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Название Gestión de personas en organizaciones innovadoras
Автор произведения Andrés Hatum
Жанр Зарубежная деловая литература
Серия
Издательство Зарубежная деловая литература
Год выпуска 0
isbn 9789878358383



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la naturaleza, la política, la cultura y el estilo de liderazgo predominantes en la empresa.

      Por su parte, los individuos no permanecerán en una posición fija, aunque debemos esperar encontrar ciertas “preferencias” que, como mencionamos, están vinculadas a las características y competencias personales. Igual que los individuos, las organizaciones (y sus áreas) tienen “tendencias preferidas” a la hora de desarrollar habilidades.

      1.3. Los tipos ideales de líder de la organización en el Modelo I/E

      Teniendo como base el esquema anterior, definiremos los “tipos ideales” de líderes a partir de las cuatro combinaciones simbolizadas por el NO (noroeste), el NE (noreste), el SO (suroeste) y el SE (sureste).

      SO: el científico

      En la intersección de la organización basada en normas estrictas y el empleo de la razón encontramos el laboratorio científico. El laboratorio científico debe gestionarse usando procedimientos rigurosos para que los experimentos puedan repetirse. La posibilidad de volver a hacer las experiencias en condiciones controladas es lo que le otorgan previsibilidad, que es una de las características esenciales del quehacer científico. A pesar de que por su rigidez la burocracia sea hoy sinónimo de inflexibilidad (lo que le da una connotación negativa), un laboratorio debe respetar procedimientos similares a los burocráticos para cumplir adecuadamente con sus fines.

      En su laboratorio, el científico sigue al pie de la letra los principios institucionales sin cuestionar ni la autoridad de la ciencia ni su legitimidad mientras realiza los experimentos. El científico es un gran ejecutor, eficiente y efectivo. Siguiendo este criterio, ubicaremos en el extremo SO de nuestro mapa al científico, entendido como el tipo ideal de miembro de una compañía que se desenvuelve profesionalmente fiel a las normas empresarias. Su ámbito organizacional es el laboratorio y su modelo de liderazgo es la pirámide. El científico tiende a pensar con el lado izquierdo del cerebro. Verá a los otros arquetipos como irracionales, impredecibles e impulsivos. El desorden le genera angustia y ansiedad. No está cómodo en situaciones ambiguas, en las que no se pueda planificar o en las que se desconozcan con precisión los objetivos buscados.

      La organización arquetípica es la línea de producción, donde la eficiencia se obtiene mediante sucesivos procesos de optimización y racionalización. Son adeptos a aprender por medio de manuales de procedimiento, aunque con frecuencia se encuentran mentores dispuestos a trasmitir su experiencia. Además de servir para un cargo en la organización, el conocimiento contribuye a dar sustento a la autoridad. También los títulos tienen peso, igual que los presupuestos; no es de extrañar que se respete a un superior porque “maneja un presupuesto de tantos millones”. Los científicos son prolijos, prefieren trabajar con contratos detallados, comprometidos con su deber, tanto en el trabajo como en su vida privada. Las organizaciones necesitan de ellos para que el engranaje empresarial nunca se detenga y para que los procesos se realicen tal como estaba previsto.

      NO: el timonel

      El timonel es un líder capaz de motivar durante una crisis y de aplicar toda su experiencia en favor del grupo que lidera, pero sin olvidar los valores institucionales. También mantiene una actitud analítica y estratégica, y es consciente de las consecuencias de sus acciones, mientras acepta su responsabilidad por ellas. El “empresario timonel” es un dirigente al que la sociedad le exige mucho; no es casual que cuando la nave pierde el rumbo sea él quien deba corregirlo. El timonel será el arquetipo que ocupará el vértice NO de nuestro mapa. Su modelo organizacional es la nave y su estilo de liderazgo la voz de mando, ya que cuando se navega (en una tormenta o en el mar calmo) todos deben escuchar sus directivas claramente.

      El timonel suele ser el líder de un emprendimiento nuevo, cuando hacen falta determinación, empuje y decisiones rápidas. Paternalista y carismático, prefiere la comunicación oral sobre la escrita. Presta atención a lo que ocurre en la nave. Intenta estar al tanto de todo lo que pasa, y dedica mucho esfuerzo a crear y sostener la telaraña (“su telaraña”) de contactos que lo mantiene al día. Ellos son sus “marineros preferidos” y sus potenciales herederos, a quienes les irá delegando tareas menores para probarlos. Como es adepto al poder que ostenta el manejo, es político, por ello la lealtad es muy importante en la cultura de la nave.

      Sin dejar de ser analítico, el timonel no desprecia el sistema de “prueba y error”. En ciertos casos puede optar por corregir el rumbo mediante suaves golpes de timón o aplicando virajes violentos. Todo aprendizaje debe ser realizado con discreción. Evalúa permanentemente la relación costo-beneficio de sus maniobras. La expresión “no sé” está fuera de su léxico ya que podría ser interpretada como señal de debilidad. Confianza, carisma, reconocimiento por los resultados y lealtad son las claves de la cultura del timonel. Mediante su voz de mando difunde las directivas hacia todos los miembros de la nave. Algunos de los marineros estarán más cerca del timonel, otros más alejados, pero él se asegurará de ser escuchado por todos. Como en una nave, en esta cultura priman las relaciones informales entre conocidos. Los favoritos generalmente son elegidos por sus habilidades especiales pero no faltan aquellos que permanecen cerca solo sostenidos por la simpatía del timonel.

      NE: el artista

      Los individuos son el motor creativo de las instituciones. Los genios rompen los paradigmas institucionales y conducen el progreso corporativo. Ellos evitan que las organizaciones se entumezcan y las mantienen jóvenes. Traen un aire nuevo que ventila y tonifica. Son, en síntesis, los auténticos agentes de cambio.

      Colocaremos el arquetipo del artista en el NE del mapa. Su modelo de organización será el atelier, un espacio colmado de formas y colores, donde sus obras –y las de otros– se acumulan anárquicamente y estimulan los procesos creativos. Su estilo de liderar será como la paleta del pintor: cambiante y policromático, impulsivo y genial. En la organización, el artista se nutre de aquello que recoge del entorno y lo combina en forma creativa para producir nuevas “obras de arte” e innovaciones.

      El artista está cómodo siendo individualista, por eso busca hacer cosas que lo destaquen del resto. Quiere ser diferente. No es fácil clasificarlo ya que es adepto a cambiar y a intentar nuevas experiencias. Aprende más de la vida que de otros. No es extraño que un artista abandone un trabajo o una