Название | Argentina: Las canciones de su folklore |
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Автор произведения | Felipe Pinto |
Жанр | Документальная литература |
Серия | |
Издательство | Документальная литература |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9788417659615 |
El padre desempeña la función de un guía y protector. Es curioso destacar que éste no se remite a una etapa más gratificante de su pasado, sino que se proyecta al futuro, su función es alentar la esperanza de su hijo y también la de los lectores.
En mí país, qué tristeza
La pobreza y el rencor
Dice mi padre que ya llegará
Desde el fondo del tiempo otro tiempo
Y me dice que el sol brillará,
Sobre un pueblo que él sueña
Labrando su verde solar.
En mi país qué tristeza
La pobreza y el rencor.
La voz poética evalúa y analiza la situación del país a través de distintos puntos de vista: del padre, del poeta y del pueblo. Mónica Salinas sostiene que la postura del padre oscila entre «la profecía de un renacimiento de las gestas heroicas, y la amarga constatación del potencial destructivo del infame».
Tú no pediste la guerra/ Madre tierra, yo lo sé,
Dice mi padre que un solo traidor /puede con mil valientes;
él siente que el pueblo, en su inmenso dolor/ hoy se niega a beber
de la fuente clara del honor/
Tú no pediste la guerra/ Madre tierra, yo lo sé.
Como se observa, la obra artística de Alfredo Zitarrosa es una obra comprometida con una causa social, porque a través de ella él reconfortó a su pueblo en un momento de sufrimiento. Él es un ejemplo de que es posible que un sujeto puede trascender un contexto impregnado de sufrimiento.
ADAGIO EN MI PAÍS
Zamba
Letra y Música: Alfredo Zitarrosa
Grabado por: Alfredo Zitarrosa, Vos América, César Isella, Huerque Mapu, Sanampay, Quinteto Tiempo
En mi país, qué tristeza,
la pobreza y el rencor.
Dice mi padre que ya llegará
desde el fondo del tiempo otro tiempo
y me dice que el sol brillará
sobre un pueblo que él sueña
labrando su verde solar.
En mi país, qué tristeza,
la pobreza y el rencor.
Tú no pediste la guerra,
madre tierra, yo lo sé.
Dice mi padre que un solo traidor
puede con mil valientes;
él siente que el pueblo en su inmenso dolor
hoy se niega a beber en la fuente
clara del honor.
Tú no pediste la guerra,
madre tierra, yo lo sé.
En mi país somos duros,
el futuro lo dirá.
Canta mi pueblo una canción de paz.
Detrás de cada puerta
está alerta mi pueblo,
y ya nadie podrá
silenciar su canción
y mañana también cantará.
En mi país somos duros,
el futuro lo dirá.
En mi país, qué tibieza
cuando empieza a amanecer.
Dice mi pueblo que puede leer
en su mano de obrero el destino
y que no hay adivino ni rey
que le pueda marcar el camino
que va a recorrer.
En mi país, qué tibieza
cuando empieza a amanecer.
En mi país somos miles y miles
de lágrimas y de fusiles,
un puño y un canto vibrante,
una llama encendida, un gigante
que grita: ¡Adelante... adelante...!
En mi país brillará,
yo lo sé,
el sol del pueblo arderá
nuevamente, alumbrando mi tierra.
012. Adios Catamarca, adios
Cuenta el folklorista catamarqueño Coco Melo Cabrera cómo fue testigo del momento en que Don Manuel Acosta compuso esta zamba, en 1951, en el Bar Munich de las calles Sarmiento y San Martín de Catamarca, momentos antes de partir a una gira por todo el norte del país. En ese día, integraban el conjunto Manuel Acosta Villafañe, Pebete Gerván Leguizamón, Pila Quinteros, Juan Ramón Ponce, Ramiro Espoz Saavedra, Noia y Ponce. Casi veinte años después el grupo Los Chalchaleros, formado por Juan Carlos Saravia, Ernesto Cabeza, Polo Román y Pancho Figueroa, grabó la que sin duda es la mejor versión realizada nunca de esta zamba, llena de sentimiento y amor por todos y cada uno de los bellos lugares de la provincia en la que nació el autor y cuya capital es San Fernando del Valle de Catamarca.
(Cucho Márquez)
ADIOS, CATAMARCA, ADIOS
Zamba
Letra y música: Manuel Acosta Villafañe
Grabado por: Los Chalchaleros, Margarita Palacios, Los Altamirano, Los Cantores del Alba, Ambrosio Nicoli, Los Arribeños…
¡Adiós, Catamarca, adiós!
¿Quién sabe hasta cuando será?
¡Adiós, mi cerro el Ambato;
adiós Valle Viejo, adiós Capayán!
Camino del valle me iré:
camino del bello Pomán.
Me iré cruzando los campos.
¡Adiós, mi Joyango; adiós, mi Siján!
¡Cuántos recuerdos queridos,
por largos caminos me han de acompañar!
Y aunque me encuentre distante,
de mi Catamarca no me he’i de olvidar.
¡Adiós, Catamarca, adiós!
¿Quién sabe hasta cuando será?
Al irme dejo esta zamba
pa’ que mis paisanos la puedan bailar.
¡Adiós, ya me voy, ya me voy;
cantando algún día he’i volver!
¡Adiós, mi cerro, mis viñas;
adiós, Tinogasta; adiós,