Argentina: Las canciones de su folklore. Felipe Pinto

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Название Argentina: Las canciones de su folklore
Автор произведения Felipe Pinto
Жанр Документальная литература
Серия
Издательство Документальная литература
Год выпуска 0
isbn 9788417659615



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y juventud.

      De aquella rama que dio este tronco

      nació este gajo cantor.

      Por ser el hijo mayor,

      Facundo Saravia, cantamos con vos.

      005. A mi me dicen el chino

      Quizás como premonición de lo que luego sería una de sus más fuertes pasiones: el campo, el Chino Martínez nació en Lobería el 8 de septiembre de 1945, en uno de esos viajes circunstanciales que hacían sus padres, radicados en realidad en el muy porteño barrio de Belgrano.

      A los 16 años Chino Martínez desertó de la ciudad llevado por un irrefrenable amor a la pampa y comenzó a trabajar en una estancia aprendiendo todos los rudimentos del campo incluso la doma.

      Allí también aprendió a pulsar la guitarra y a entonar las viejas y dulces tonadas sureñas. Sus maestros fueron los pobladores del lugar, los curtidos criollos.

      Por ese entonces el Chino Martínez, no sospechaba que aquellas canciones que al atardecer entonaba en rueda de peones, llegarían un día a formar su personalidad profesional.

      Sin embargo las milongas y los estilos sufrieron una breve interrupción. Por asuntos familiares el Chino Martínez debió abandonar las queridas llanuras pampeanas y volver a la ciudad, circunstancia esta que, en definitiva, lo llevó al camino artístico.

      En efecto, como amigo primero y en seguida como intérprete comenzó a frecuentar la Peña de Hernán Figueroa Reyes. Más tarde fue contratado para intervenir en el Festival de Cosquín 1967 y comenzaron sus actuaciones en TV, radio y peñas. Esta actividad la alterno con sus escapadas al campo, sus partidas de polo como jugador profesional y de rugby, deporte en el cual ha sido también una figura popular.

      Su actividad artística, comienza en la famosa peña de Hernán Figueroa Reyes, alternado con su actividad en el campo, por su habilidad de jinete, es seleccionado para el Festival de doma y folclore de Jesús María, Córdoba (Argentina).

      Alternado en los fogones con sus canciones, lo llevan a cantar en el escenario mayor del festival, siendo una de sus revelaciones y contratado a participar en el festival de Cosquín, en 1967, donde ovacionado por el público, repite varias veces sus interpretaciones, consagrándose el año entrante.

      De allí en más, su carrera fue intensa, giras por todo el territorio argentino, graba para la R.C.A Víctor, más tarde para C.B.S Columbia, llegando a participar en el II certamen de la canción en Montevideo ( Uruguay ) ganando el primero y segundo premio, con los temas La vuelta de Obligado y Nunca te dije nada ( como tema inédito ). De vuelta en su país, presenta en el festival de la canción Argentina su tema «Te quise prisionera», siendo uno de los finalistas, y consagrándose como cantautor. De allí en más, no solo la canción, si no también el cine y la televisión lo cuenta entre sus filas, junto al clan Stivel para televisión «Martín Fierro» con Federico Luppi,, En cine, la vida de «Juan Manuel de Rosas» dirigida por Manuel Antín y junto a Rodolfo Beban, obtiene las mejores críticas por su papel de «Juan Pueblo» al año siguiente, filma con Leo Fleider, «Embrujo de amor» junto a Sandro y la estrella española, Carmen Sevilla.

      Vuelve a recorrer todo el territorio argentino, más de doscientos festivales junto a las principales figuras del folclore argentino.

      En marzo de 1973, viaja a España, con gran elenco, Miguel Saravia, Robustiano Figueroa Reyes, Horacio Quiroga Mora y Los Chalchaleros, debutando en el teatro Español de Madrid, para después recorrer toda la península ibérica.

      Es convocado como cantante actor y músico, en un film para R.T.V.Española, de la premiada mejor serie «libros iberoamericanos» junto a Carlos Estrada y dirigida por Julio Diamante, creando la música, escenas a caballo y cantando.

      De vuelta en su tierra, alterna el canto y la composición, con su otra actividad, organizando un haras de caballos deportivos, domándolos y seleccionándolos para sus distintas disciplinas hípicas, su profundo conocimiento del caballo, lo lleva a realizar en T.V. «Mi amigo el caballo» y en radio Nacional L.R.1, «El caballo» varias veces premiado por distintos medios, en T.V. Cablevisión, el exitoso «Patria Gaucha».

      Retomando su carrera artística cantora, vuelve uno de los más personales intérpretes de la llanura pampeana, a quien el «Vasco» Víctor Abel Giménez le pasara hace ya muchos años, en sus comienzos como cantor, unos versos para así tener si propia canción identificativa. El Chino Martínez, sin dudarlo, compuso la música en aire de milonga que se uniría a los versos del gran poeta de Arbolito y así nació ésta: «A mi me dicen el Chino».

      A MI ME DICEN EL CHINO

      Milonga

      Letra: Víctor Abel Giménez

      Música: Miguel Angel Martínez

      Grabado por: Chino Martínez

      A mi me dicen el «Chino», porque soy pampa señores,

      porque en rueda de cantores fuí quinchando mi destino.

      Yo soy del sur argentino, hecho a campo y sin más guía

      que la herencia de otros días que me legaron mis tatas

      sencillo como alpargatas y del pago e´Lobería.

      Si observan bien mi figura, mirando todo el detalle,

      va a ser difícil que le haye, en mi, ninguna mistura.

      Soy hombre de la llanura, donde el indio anduvo suelto,

      libre lo mismo que el viento y amigo de la verdad

      y poniéndome a cantar, largo en mi voz lo que siento.

      Pues tuve suerte señores de haber nacido argentino

      y pa mejor mi destino, me entreveró entre cantores.

      Oficios,habrá mejores, pero entrando a comparar

      naides me puede negar, que entre el cuervo y el jilguero,

      está de luto el primero porque no aprendió a cantar.

      Porque ando medio empilchao a la manera pueblera

      han de pensar los de afuera que del campo me e´olvidaó.

      Siempre recuerdo el pasao, porque el pasao no se borra

      cuando de pañuelo y boina, bataraza y siempre así,

      yo vivía más feliz que el loro entre las cotorras.

      Y ahora si, ya me voy andando, no me gusta importunar,

      tal vez en otro lugar, alguna me esté esperando.

      Si otra vez me hayan cantando ó prendido entre las clinas,

      seguiremos la partida siempre en el mismo camino,

      ya saben, yo soy El Chino, del pago de Lobería…

      006. A Monteros

      Monteros es una pequeña ciudad al sur de San Miguel de Tucumán. Tal como lo conocemos hoy, con sus calles y manzanas y su trazado regular, nació el 28 de Agosto de 1754, cuando el Gobernador de las Armas, Don Felipe Antonio de Alurralde, como apoderado de los monterizos, tomó posesión de los terrenos de la actual ciudad, «en un día claro y sereno como a las cuatro de la tarde».

      Ese día nació como una comunidad organizada, pero mucho antes había comenzado a formarse como un caserío o poblado pequeño. Su nombre le viene del hecho que los apellidos Montero eran mayoría en la zona. Sin embargo su origen y el origen de su nombre dieron lugar a numerosas versiones de una imaginativa leyenda. Ella supone que Monteros fue el fruto de una rebeldía de los pobladores del antiguo San Miguel, quienes en 1685 se habrían negado a trasladarse al nuevo sitio de La Toma.

      Una variante