Название | 180 días en Siria |
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Автор произведения | Fabricio Pitbladdo |
Жанр | Языкознание |
Серия | |
Издательство | Языкознание |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9789878715216 |
—¡Porque sí!, esto ha sido así, y lo será por toda la eternidad, no depende ni de ti ni de mí, la muerte es inherente a la vida, ¡nunca podría existir la luz si no hubo oscuridad antes! Tendrás que aceptarlo o pasar el resto de tus días en esta miserable existencia... —La Voz cuando quería, daba argumentos bastante convincentes, y este era uno de esos—. Él murió de la misma manera que moriste tú y que morí yo, entiéndelo o enloquecerás.
Al escuchar estos argumentos Farah empezó a recapacitar y no le quedo más alternativa que aceptar su realidad, se secó las lágrimas, se volvió a parar, miró toda esa dimensión ahogada en un profundo color negro y soltó un risita un poco tímida, pero más que reconfortante para hacer que ese interminable negro se convierta en un suave blanco, automáticamente vio cómo su color de piel empezaba a volver a la normalidad, pasaba de ese rojo provocado por los nervios a su color habitual.
—Es raro esto, ¿así que estoy muerta? Ya estoy empezando a recordar —se agarró la pera y miró hacia arriba... me dispararon creo, o ¿me disparé? No estoy segura, solo sé que fue una bala la que me dio muerte, este lugar es gracioso, ojalá en la tierra fuera tan fácil broncearse y cambiar de color de piel. — Farah con una sorprendente calma se lo hizo saber a la voz.
—¿Esto es el famoso cielo? —pregunta Farah con ganas de saber más, para poder entender y entenderse a sí misma. Muy tímidamente comenzó a caminar sin rumbo alguno por esa llanura desierta de vida o de colores—. Es largo esto, eh, realmente interminable. —Su paso era continuo y seguro, sin corte alguno, ni tan siquiera para ver a dónde iba, ella podía sentir que ese lugar valía la pena conocerlo y, si las cartas se le habían jugado de esa manera, entonces bienvenido sería su nuevo destino
Todavía no debería contestarte esa pregunta...pero como estas avanzando lo hare. Si podría decirse que esto es el cielo, aunque aún no estamos en el completamente, te falta solo un poco.....—¡Ah! ¿Viste que sería más fácil de esta manera? Perdóname pero tengo que decírtelo, ¡te lo dije!... —dijo la voz riendo.
—¡Ja! ¿Así que te gusta echar cosas en cara? —dijo Farah con un tono amigable.
—Cuando es pertinente hacerlo sí, me encanta hacerlo... —dijo la voz con un tono serio de repente.
—¡Ah! ¿Ahora te volviste serio de vuelta?
Farah empezó a reír como hacía toda una vida no reía y se queda pensando en que el famoso paraíso es real, pero según esa voz que parecía ser una especie de guía, no estaba aún en él, entonces... ¿Dónde está? ¿En qué sueño o realidad alterna se había metido?, la cabeza se le estaba empezando a llenar de preguntas de nuevo, tenía miedo de estar soñando todo, pero si lo soñaba era porque esa Voz le había mentido y seguía viva, podía volver a ver a toda su familia y la gente que ella amaba y quizás hasta por la que dio la vida. Ya nada parecía real o cierto, solo horizontes repletos de preguntas e incertidumbre, también tenía miedo en que si pensaba demasiado podía volver a cambiar su realidad, quizás hasta cambiarse a ella misma, y eso es algo que jamás permitiría, entonces solo quedaba en la mente de Farah una pregunta lógica que se respondía prácticamente por sí sola... ¿Cómo poder avanzar sin miedos ni dudas?, y la única respuesta sería de la misma manera que vivió sus últimos momentos, confiando en la gente que le rodea y simplemente seguir, pensando lo menos posible en las tormentas que podían presentarse en esos horizontes y recordó algo de sus clases de psicología en su escuela en Estambul... "los miedos simplemente no desaparecen, solo nosotros adquirimos la maduración necesaria para no pensarlos y aprender a vivir con ellos"... cuánto había cambiado todo desde aquel entonces.
—Qué hermosa risa tenés, deberías reír más seguido... me das un extraño sentimiento de compañía, gracias, Farah, hacía mucho no lo sentía... —dijo la voz conmovida—. ¿Estás bien, nena? Te quedaste callada unos segundos, cosas rara en vos... hablas mucho —dice la voz riendo.
Farah se sorprende por lo perspicaz que es el sujeto o el jovencito dueño de esa voz, y que muy probablemente él estaba observándola a ella...
—Nunca te agradecí lo que estás haciendo por mí, perdóname... —intentó disculparse la adolescente algo avergonzada por la falta de modales o como mínimo por ser malagradecida con aquel joven que tanto estaba haciendo por ella sin pedir nada a cambio.
—Ya te lo he dicho, mi única labor aquí es que esa sonrisa sea el amanecer de todas las mañanas... bueno, aquí no hay mañanas y, si las hay, solo será porque tú lo deseas, pero tú entiendes —dijo la voz riendo—. Sacando toda la poesía barata que uso para hablar, de verdad, si te ayudo me ayudo a mí mismo, estoy acá exclusivamente para que puedas seguir adelante, ni más ni menos.
—¡Eres muy bueno conmigo! Eres realmente excepcional... ¿Por qué eres así conmigo? —preguntó Farah, algo desconcertada por la amabilidad que demostraba aquella extraña voz.
—Porque cuando yo llegué —guarda un instante de silencio—. Alguien lo fue así conmigo y a ese alguien, alguien lo habrá sido con él y así sucesivamente, es como un precio que hay que pagar o, como se le dice, una especie de derecho de piso que todos tenemos que pagar, incluso tú, Farah, pero cuando llegue el momento.
—¿Cuándo será eso? —pregunta Farah.
—La deuda que todo hombre paga, tarde o temprano todo lo que hacemos, lo devolvemos... toda la energía que consumimos durante nuestra vida, al momento de perecer, nuestro mortales cuerpos, al fin y al cabo, simples caparazones para nuestras almas, sirven como abono para la tierra o alimento para otros animales... la oscuridad trae luz, la muerta trae siempre nueva vida, simplemente hay que tener buen ojo para darse cuenta, mientras estás vivo, claro... ya en muerto, esas cosas se hacen obvias. —La voz guarda silencio—. Acá, se aplican más o menos los mismos patrones, cuando llegamos, así completamente perdidos como tú, otra alma que ya pasó por eso, te ayuda a tomar conciencia, purificarte y alcanzar una real superación —explicó la voz con bastante claridad.
—Y... ¿Cómo te das cuenta de que ya está todo listo?
—Simplemente te das cuenta... Cuando tu momento llegue, al igual que la muerte, llega antes de lo que crees y sorpresivamente, ¿no es cierto? —dijo la voz en un tono irónico y nuevamente burlón.
—Ya volviste a ser vos de nuevo, con tus comentarios irónicos y demás... ¡espera un momento! —dijo Farah, como si hubiera descubierto algo que estuvo siempre frente a sus ojos.
—Y ahora ¿qué sucede? —la voz comenzó a reír.
—¿Estuviste vivo? —preguntó seriamente Farah.
—¡Pues claro que sí! Como todos aquí, allá y en todas las direcciones que imagines de este lugar, todos alguna vez estuvieron vivos —dijo la voz con mucha tranquilidad—. Soy simplemente un alma que busca reencarnar, y para eso, primero tengo que ser un guardián y ayudar a un alma desamparada y confundida como la tuya.
—Y un guardián es... —insinúa Farah.
—Un guardián es un alma humana, no, no somos ángeles por si pensabas preguntarlo. —Ríe la voz—. Que su única función es ayudar a otra alma y únicamente solo a esa, a pasar al paraíso, o como lo llaman también, al cielo común, en donde están todas las demás almas que ya pasaron por este proceso y una vez ahí, si deciden pueden ser guardianes también, para una vez concluida su labor, reencarnar.
—¿Hay casos de almas que no pudieron pasar nunca al paraíso?
—Em... —La voz piensa—. Supongo que sí, la verdad no lo sé, seguro hay almas a las que les toma más tiempo que a otras aceptar su nueva existencia, no solos los humanos, también las almas tienen mucho apego a la vida, pero la verdad no sabría especificarte una respuesta.
Farah, ante toda esta nueva información, volvió a cuestionarse varias cosas, que días atrás, o para ella parecían días,