Название | 20 preguntas que Dios quiere hacerte |
---|---|
Автор произведения | Troy Fitzgerald |
Жанр | Документальная литература |
Серия | |
Издательство | Документальная литература |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9789875678194 |
3 Elena de White, El Deseado de todas las gentes (Bs. As.: Asociación Casa Editora Sudameri-cana, 1990), p. 425.
?
“Si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis?”
Capítulo 3
Amor no en vano
“Pero a vosotros los que oís, os digo: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen; bendecid a los que os maldicen, y orad por los que os calumnian. Al que te hiera en una mejilla, preséntale también la otra; y al que te quite la capa, ni aun la túnica le niegues. A cualquiera que te pida, dale; y al que tome lo que es tuyo, no pidas que te lo devuelva. Y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos.
“Porque si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores aman a los que los aman. Y si hacéis bien a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores hacen lo mismo. Y si prestáis a aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores prestan a los pecadores, para recibir otro tanto. Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque él es benigno para con los ingratos y malos. Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso” (Luc. 6:27-36).
Chindohgu es el arte japonés de la invención no vana. Estas creaciones no son inútiles porque al principio parecen absurdas, pero tienen una forma extravagante de hacer que el trabajo se haga. Por ejemplo, está el guante dedal de látex con cerdas para cuando nos olvidamos el cepillo de dientes y necesitamos usar el dedo. Otro chindohgu muestra un pequeño ventilador que funciona a pila, que se sujeta a un par de palillos para enfriar los fideos al comer (yo casi me hiperventilé enfriando mis fideos). Otra invención, que tuvo que haber estado en la lista de los diez mejores chindohgus, es un aparato que se sujeta a un auto y que funciona como cuerda de tender ropa, para que mientras uno conduce por la ciudad pueda secar la ropa mojada.
Quizá mi creación preferida sea las pantuflas limpiadoras hechas de tela de franela, que serán usadas en las cuatro patas por un gato doméstico común. Las pantuflas gatunas quitan el polvo del piso o de cualquier lado que el gato decida cruzar. Se podría aumentar la efectividad de esa invención incluyendo algunas muestras extra de hierba de los gatos cafeinada y acelerar verdaderamente el proceso de limpieza.
Los inventos chindohgu en realidad son más una cultura del arte que un esfuerzo empresarial. Pero, lo que más me intrigaba acerca de los chindohgus tenía que ver con la forma en que una idea irracional y aparentemente inútil se había apoderado de mí. Cuanto más pensaba en cada uno de ellos, más absurdo parecía.
Algunas de las cosas que dijo Jesús impactan y dan vuelta nuestro pensamiento, y si no tenemos paciencia con lo que él dice, se desvanecen. Pero si nos detenemos y permitimos que estas ideas fuertes se “adoben” un poco en nuestra mente, tiende a surgir una verdad muy real y significativa.
Consideremos algunas frases clásicas de Jesús: “De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre” (Juan 14:12). “Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará” (Luc. 9:24). “Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego” (Mat. 5:22). “De cierto os digo: Entre los que nacen de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan el Bautista; pero el más pequeño en el reino de los cielos, mayor es que él” (Mat. 11:11).
F. F. Bruce, en The Hard Sayings of Jesus [Los dichos difíciles de Jesús], observa que las declaraciones como estas son difíciles:
“Porque para nosotros existen dos clases de dichos difíciles: hay algunos que son difíciles de entender, y hay algunos que son demasiado fáciles de entender. Cuando los dichos de Jesús que son difíciles en el primer sentido son explicados en términos dinámicamente equivalentes, entonces probablemente se vuelvan difíciles en el último sentido. Mark Twain habló en nombre de muchos cuando dijo que las cosas de la Biblia que le inquietaban no eran las que no entendía sino las que sí entendía. Esto es especialmente cierto de los dichos de Jesús. Cuanto mejor los entendemos, más difíciles son de aceptar”.4
Hay una declaración que es difícil de explicar y difícil de practicar. Esta declaración de catorce palabras encabeza la lista de los dichos difíciles de Jesús: “Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto” (Mat. 5:48).
Una primera lectura de esta declaración bloquea a los que la escuchan porque parece irracional e imposible. ¡Jesús tiene que estar bromeando, o debe querer decir alguna otra cosa! Es imposible que pueda pensar que nosotros podríamos alcanzar esta perfección. Así que nos vemos forzados a suponer que Jesús simplemente quiere que tratemos de ser como Dios de todos modos, y el ejercicio de intentarlo nos mantendrá humildes y “algo” morales en el proceso. Esta interpretación es absolutamente insensata cuando pensamos en ella, porque nadie va a tratar de hacer lo imposible mecánicamente y, además, nadie llegará a ser mejor persona debido a esto.
No hay manera de considerar esta frase metafóricamente; por eso es tan inquietante. Pero esta orden no está aislada; fue puesta junto a una serie de preguntas que nos pueden ayudar a que esta tenga sentido. Muchos de los dichos más difíciles de Jesús están enmarcados por una pregunta o una serie de preguntas que expanden, explican o dan lugar a una declaración abrupta.
Cuando Cristo manda a sus seguidores que sean “perfectos”, da un ejemplo para responder con cuatro preguntas secuenciales que establecen el mandato:
Si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis?
¿No hacen también lo mismo los publicanos?
Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más?
¿No hacen también así los gentiles?Cuando examinamos cuidadosamente el significado de la palabra perfecto y su aplicación en las preguntas previas, lo que Cristo llama a hacer a los creyentes es razonable y posible. Las preguntas revelan tres cualidades del amor perfecto.Primero, el amor perfecto es maduro. Barclay analiza el significado de la palabra téleios o perfecto, notando que un hombre que alcanza una estatura totalmente desarrollada es téleios en comparación con un niño. Un alumno que se gradúa con un conocimiento maduro es téleios en contraste con un alumno que acaba de comenzar la escuela. Es vital notar que perfecto no significa “impecable” sino “totalmente desarrollado”.5Después de pasar un fin de semana en una concentración religiosa muy conmovedora, un alumno se acercó a mí con una pasión renovada por ser perfecto en cada aspecto de su vida. Era evidente que los presentadores bombardearon a este joven con suficiente temor y vergüenza para llevarlo a un punto de convicción, pero le dieron muy pocas ideas de cómo esforzarse realmente por conseguir la perfección.–Así que, ¿qué vas a hacer para comenzar con esta tarea? –le pregunté.–Bueno, dejé de mirar televisión y prendí fuego a la música que inspiraba pensamientos impuros en mi mente, y les conté a mis amigos (los que tendían a debilitarme) que ya no iba a salir más con ellos –me respondió rápidamente.Todo lo que mencionó parecía ser una buena idea, pero su respuesta no comprendía el punto de perfección. En el sentido bíblico, la perfección no se trata tanto de lo que nos abstenemos y evitamos sino más bien de lo que aceptamos. En otras palabras, el amor perfecto no se trata de lo que no hacemos sino que es algo que hacemos activamente. Lo que dice Jesús es que el amor perfecto tiene que ver con