Название | Chiribiquete |
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Автор произведения | Carlos Castaño-Uribe |
Жанр | Социология |
Серия | |
Издательство | Социология |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9789585240032 |
Las escenas de picoteado se caracterizan por estar asociadas a hombres y seres alados, en medio de un ritual donde aparecen andamios próximos, también picoteados, que se emplearon para realizar las pinturas sagradas. Fotografía: Carlos Castaño-Uribe.
LA ELABORACIÓN DE MURALES PARA LA COMUNICACIÓN CEREMONIAL. Podemos asumir que la preparación de los murales tomaba mucho tiempo y exigía la permanencia de los artífices en el lugar durante muchos días, quizá semanas, y que esta actividad requería la presencia de un grupo de personas bajo el mando de uno o varios especialistas espirituales y operativos. Es evidente que, tratándose de grupos de cazadores y recolectores, había enormes limitaciones tecnológicas para resolver el trabajo operativo y ritual en estos lugares casi inaccesibles y agrestes. Preparar las paredes para hacer un mural demandaba un trabajo físico importante; coordinar el trabajo especializado para hacer los pigmentos, diseñar las escenas rituales que, con toda seguridad, iban dirigidas a seres espirituales, fabricar los utensilios y herramientas de dibujo y poner en práctica la liturgia chamánica a medida que trabajaban, hablan de una actividad muy compleja que exigía el manejo de destrezas especiales. Un hecho novedoso y excepcional fue nuestro hallazgo de dos murales con señales de intervenciones recientes, hechas en sitios donde las rocas habían sido previamente preparadas sobre un mural que ya existía. Observamos la elaboración de bocetos y diseños en siluetas, antes de que las figuras se rellenaran con el pigmento mineral. En este caso, los bocetos parecen haber sido hechos con una especie de “crayón”, o con un instrumento fabricado de alguna planta bituminosa que deja en la pared un trazo intermitente microscópico, como haría un crayón de cera. Este hecho es vital, porque no solo nos habla de la preparación de los diseños, sino que nos hace pensar en la existencia de un trabajo artesanal especializado para la elaboración global de estas grandes pinturas. Quizás un chamán especialista en estas artes trazaba las siluetas que luego venían rellenadas por otras personas, tal vez asistentes o aprendices.
Otro aspecto importante de la infraestructura necesaria para hacer los dibujos de los grandes murales, tiene que ver con las técnicas empleadas para pintar cómodamente en paredes que tienen cientos de metros cuadrados –a veces 50 m de largo y 6 m de altura– y las peripecias necesarias para dibujar en los techos de algunos aleros o en sitios muy altos que habrían requerido el uso de andamios. En el Abrigo de La Isla encontramos, por primera vez, un registro gráfico de andamios construidos para acceder a las paredes y dibujar tranquilamente en las partes altas. Estos asombrosos dibujos de andamios muestran incluso el uso de hamacas terciadas, seguramente, para sentarse en sitios inaccesibles y usar así ambas manos para dibujar, sin la preocupación de tener que sujetarse. Algunos de ellos muestran claramente a los artífices encaramados trabajando. Estos andamios eran una estructura cuadriculada de palos o varas horizontales y verticales, amarrados con lianas y bejucos.
Las paredes y los paneles encontrados hasta ahora difieren mucho en tamaño y localización. Algunos están en los cañones que se forman entre tepuyes, otros en las zonas bajas de la meseta, y unos más en las partes medias y altas. De las 64 ubicaciones conocidas hasta el momento, la mayoría están orientadas de frente a los cursos principales de agua y coinciden con ejes este-oeste. En general, las representaciones son de tres tipos: a) murales, b) paneles complejos y simples, c) rocas movibles. A excepción de la última, las otras pueden encontrarse dentro de abrigos rocosos, sean estos grandes o pequeños.
Las representaciones de andamios para la elaboración de los murales describen las escenas de hombres sentados en medio de estas cuadrículas de madera, donde además se detalla el uso de hamacas para sentarse o acostarse durante las actividades pictóricas y rituales. En este caso particular, se observa la técnica del picoteo sobre la pintura y la pátina amarillenta de la escena. Fotografía: Carlos Castaño-Uribe.
Detalle de un andamio para trabajo ritual de pintura mural, con hombres parados y en hamacas. Al lado, una escena de baile y danza de hombres con poste-vara arriba de sus brazos. Fotografía: Carlos Castaño-Uribe.
Las narrativas gráficas (horizontal y verticalmente) de los diferentes segmentos de los murales contienen numerosas representaciones abstractas, así como entramados de redes de diferentes formas, que además de connotar su carácter de mallas para capturas de peces o animales terrestres, expresan seguramente otro tipo de significados y metáforas de fertilidad, senderos, caminos, puestas y escaleras entre las diferentes unidades del cosmos. Fotografía: Carlos Castaño-Uribe.
En la pictografía sagrada sobresalen las escenas rituales y muchas figuras humanas, de animales o de plantas conectadas mediante el uso de diseños más abstractos y geométricos –un recurso que parece servir de “conector” gráfico e hilar los contenidos simbólicos. Fotografía: Carlos Castaño-Uribe.
Los murales suelen expresar un continuum de ideas, mediante grafías y signos de alto contenido simbólico y ritual, entre los que parece haber algunos que tienen una función estructural en términos de significado. Son representaciones extendidas de ideas y ocupan buena parte de una pared de roca, es decir, se hicieron en gran formato con figuras a diferentes escalas. En Chiribiquete, un mural puede consistir de varios paneles continuos o discontinuos, con un centenar de dibujos por panel que, tomados en su conjunto, tienen un carácter bastante particular cuando se los compara con otros yacimientos pictóricos prehistóricos. Generalmente, su composición gráfica es muy compleja, extendiéndose sobre paredes grandes y con muchos íconos y mensajes gráficos que pueden representar una trama o relato. Casi siempre fueron hechos en tres grandes estratos horizontales, con la parte más baja saturada de grafismos, figuras y color. En muchos de los casos que hemos documentado y comentado, tal estrato inferior fue deliberadamente resaltado con una banda pintada de color violeta acuoso, a veces muy oscura, en la que se aprecian dibujos en miniatura que podrían representar el inframundo. En esta banda, o estrato gráfico si se quiere, hay infinidad de dibujos difíciles de identificar, pero también muchos que representan escenas cotidianas y domésticas. El estrato gráfico intermedio en la roca se caracteriza por dibujos menos superpuestos que los del estrato bajo, pero prevalece aún la superposición de figuras. Estas, sin embargo, ya son más grandes y hechas a otra escala. Sobresalen las escenas rituales y muchas figuras humanas, animales o de plantas, conectadas mediante el uso de diseños más abstractos y geométricos, un recurso que parece servir de “conector” gráfico. En estos conectores gráficos y simbólicos que parecen relacionar unos estratos con otros, sobresalen “senderos”, “caminos”, “escaleras” o “redes” que unen escenas y permiten ver el desarrollo de la narrativa gráfica a lo largo y ancho de diferentes segmentos del mural, o entre paneles del mismo mural horizontal y verticalmente. Son especialmente visibles los entramados de redes, dibujados extendidos como para las faenas de cacería y captura de animales, pero, en este caso, abiertos como una red para ascender. No menos destacado es el dibujo de troncos y árboles para lograr el mismo efecto de subir y bajar de un estrato gráfico a otro. Este estrato intermedio parece representar el mundo terrenal.
Finalmente, los diseños que están más arriba, se caracterizan, casi siempre, por ser representaciones más grandes e independientes. Tales representaciones y escenas parecen ser el tema principal del mural, como si de alguna manera hubieran querido destacarlas de las demás. En general hacen alusión a los animales más que a los humanos y, como en el estrato intermedio, fueron finamente decoradas y distribuidas en esta franja. Las regularidades que hay en la superficie fueron aprovechadas para resaltar ideas como no se ve en ninguno de los otros estratos gráficos, además, muchas figuras se dibujaron claramente dentro de concavidades o nichos, aprovechando la coloración natural de la roca, incluso en los techos de los abrigos rocosos –estrato que podría estar representando el supra mundo–.
Los paneles complejos y simples son secciones de dibujos con un número reducido de representaciones, pero característicamente