Psicoterapia Integrativa EIS. Roberto Opazo

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Название Psicoterapia Integrativa EIS
Автор произведения Roberto Opazo
Жанр Документальная литература
Серия
Издательство Документальная литература
Год выпуска 0
isbn 9789569946646



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presentando una fuerte reacción depresiva. Su esposa – a la que amaba – le había comunicado que estaba desilusionada de él, y que estaba dudando acerca de continuar con el matrimonio. Entre otras características, Gerardo presentaba intolerancia, ansiedad, inestabilidad emocional, altos índices de neuroticismo, impulsividad, irritabilidad, inseguridad, frecuentes rabietas… con gritos, portazos, etc.; esposa y niños quedaban aterrados. Adicionalmente, se perfilaba como egocéntrico, dominante, introvertido, con baja capacidad de "insight" y con una muy pobre autocrítica. Al final del proceso psicoterapéutico, los cambios alcanzados se perfilaban así: a) Cambios relevantes: fuerte ensanchamiento del darse cuenta y de la autocrítica; el egocentrismo y la dominancia habían disminuido notablemente. Presentaba mayor tolerancia, menor irritabilidad y una disminución radical de las rabietas. b) Cambios moderados: ansiedad, inseguridad e impulsividad. c) Pocos cambios: índices de neuroticismo y tendencia a la inestabilidad emocional. Complementariamente, Gerardo superó su ánimo depresivo, mejoró su autoestima, y mejoró notablemente su capacidad de contacto interpersonal; dentro y fuera de la familia.

       Vasco, un exitoso abogado de 47 años, consulta presentando una intensa reacción ansioso-depresiva. Había pedido una hora "urgente", pues le habían diagnosticado la enfermedad de Waldenstrom, una especie de cáncer a los linfocitos B; su esperanza de vida se estimaba en 5 a 8 años más. Vasco presentaba somnolencia y cansancio. Y una fuerte inexpresividad emocional: frío, alexitímico, introvertido, egocéntrico, sobrecontrolado, sin lenguaje verbal afectivo, carente de expresividad emocional no verbal y con pocas conductas afectivas. Además, se mostraba como parco, prepotente, rígido, bastante antipático, muy exigente y autoexigente e hipervalorador de la inteligencia. Tímido sobrecompensado, "trabajólico", tenso, descalificador (a nivel encubierto), muy pasivo-agresivo. No obstante todo esto, en una segunda – o tercera – lectura, Vasco era una muy buena persona. Con apoyo de la psicoterapia, los cambios alcanzados cursan así: a) Cambios relevantes: mayor contacto con su propio mundo afectivo y mayores conductas afectivas; menor sobrecontrol, menor prepotencia, menor descalificación, mayor capacidad para disfrutar, menor preocupación por el trabajo, menor egocentrismo y mayor amabilidad. Menores autoexigencias y exigencias, y una mayor valoración de las demás personas. b) Cambios moderados: menor tensión, mayor flexibilidad, menor antipatía, menos pasivo-agresivo. c) Pocos cambios: somnolencia, cansancio, timidez, lenguaje verbal afectivo, expresividad emocional no verbal. En la actualidad Vasco, cursa su noveno año de "sobrevida"; su enfermedad se mantiene bajo control, aunque comienza a mostrar pequeños signos preocupantes. Vasco se siente preparado para "lo que venga", y considera que en estos años ha alcanzado su mayor calidad de vida.

       Al momento de consultar, Antonio – un médico muy inteligente y exitoso – presentaba una fuerte reacción depresiva. Su esposa le había comunicado su "irrevocable decisión de separarse". Esto, no solo sorprendió a Antonio; lo dejó destruido. A nivel de rasgos, Antonio era "poseedor de la verdad", escuchaba para responder, no para comprender. Dominante, competitivo, racionalizador, muy perfeccionista, muy ambicioso. Carente de sentido del humor y de capacidad de empatía, Antonio tenía una alta autoimagen, paradójicamente, su autoestima estaba muy deteriorada. Su vida estaba regida por dos esquemas subyacentes centrales: "Tengo que hacerlo todo bien siempre" y "Mi valor como persona depende de lo que otros piensen de mí". Su ahora ex esposa – la cual accedió a asistir a una entrevista – lo describió como "admirable y profundamente insoportable". Luego de una prolongada psicoterapia, Antonio presentaba los siguientes cambios: a) Cambios relevantes: mayor capacidad para escuchar, mayor capacidad de empatía, menor competitividad y menor dominancia. Menor ambición y mayor autoestima. b) Cambios moderados: más cálido y sonriente, menor dependencia del "qué dirán", y mayor sentido del humor. c) Pocos cambios: cansancio y tendencias al perfeccionismo, al orden, al detallismo, etc. (aunque mejor "administradas"). Hacia el final de la terapia Antonio señalaba: "Aunque no me lo creas, la verdad es que soy otro". Un tiempo después Antonio se volvió a casar y "fue otro". Para cada Navidad, recibo una emotiva tarjeta de Antonio con "agradecimientos existenciales"… y con comentarios afectuosos de su nueva esposa.

       Los tres casos clínicos anteriores presentaban inicialmente una reacción depresiva y los tres lograron transformar sus circunstancias existenciales adversas en una fuerza motivacional adicional, al servicio del cambio psicoterapéutico: para "no perder a la mujer que amo", para "enriquecer los años de vida que me quedan" o para "no tropezar de nuevo con las mismas piedras". Sin embargo, estas "motivaciones extrínsecas adicionales" empalmaron bien con las motivaciones intrínsecas, y con las respectivas tendencias al crecimiento personal. En el proceso de psicoterapia, la motivación general del tipo "ser una mejor persona", se fue transformando en motivaciones más específicas, hacia objetivos de cambio más específicos. Cada uno de los tres procesos psicoterapéuticos se prolongó más allá de un año. En los tres casos se ensanchó el "awareness", y se generó una fuerte egodistonía. En cada caso, hubo una contratransferencia muy positiva; a su vez cada paciente generó lazos afectivos y una significativa valoración del psicoterapeuta. Antonio graficó parte de esto al señalar: "Te confieso que vine porque estaba desesperado; la verdad es que no creía para nada en los psicólogos". La "sintonía fina" con cada uno funcionó bien, y las alianzas terapéuticas cursaron muy bien a través del proceso. La psicoterapia no se centró en un solo paradigma, y en los tres casos se utilizaron las más variadas estrategias psicoterapéuticas; en los casos de Gerardo y Vasco se usaron antidepresivos al comienzo del proceso. Los tres pacientes cambiaron notablemente: a la luz de sus auto evaluaciones, de mi propia evaluación clínica y de las de sus esposas, hijos, amigos, etc. Cada cual, en su respectivo entorno social, fue considerado como "muy cambiado". Post-psicoterapia, en cada caso tuve en mi consulta al menos a un "significant other"; estas personas – entre otras cosas – ratificaron los cambios. Los tres casos tienen ya un muy prolongado "follow-up". Salvo algunos altibajos afectivos de Gerardo, los cambios de los tres pacientes se han mantenido en el tiempo. En los tres casos, los cambios se han conectado con y se han visto consolidados por, reforzamientos sociales. Los tres pacientes – en la etapa postratamiento – son más "amigos de sí mismos". Y, más allá de cualquier duda razonable, los tres alcanzaron significativos y estables índices de mayor bienestar emocional; esto es de la mayor relevancia, pues cuestiona – esta vez a nivel de la clínica aplicada – los planteamientos ultra biologicistas de Lykken y Tellegen.

       En el último tiempo, Gerardo ha mostrado algunas señales de "recaída"; con lo cual el "happy-end" recién relatado se relativiza un tanto. En todo caso un elemento central que ha evitado retrocesos mayores, se relaciona con los nuevos reforzamientos; aquellos que se tornan accesibles luego del cambio terapéutico. Esto incluye relaciones humanas más pacíficas, más cercanas, el recibir más cariño, el enriquecimiento de las opciones de comunicación, el estar mejor consigo mismos, etc. Posterapia, los pacientes han accedido a refuerzos, a logros, y a gratificaciones, que les resultaban esquivos en el largo período "preterapia".

      

      Los casos clínicos anteriores han sido resumidos con la mayor rigurosidad y veracidad; con plena consciencia de lo que está en juego para el conocimiento, en el territorio de las opciones de cambio. Algunos clínicos valorarán los objetivos alcanzados; tal vez algunos considerarán que no se logró mucho; aún otros podrán desconfiar de lo aquí informado. Desde mi óptica – y hasta donde soy capaz de darme cuenta – los logros no son menores; y el rigor de la información es total. El alterar datos voluntariamente, en cualquiera de estas páginas, simplemente no está en el "menú".

      Lo que sí resta, es ir prolongando aún más los "follow-ups"; a fin de constatar si los cambios terapéuticos se siguen manteniendo. Como lo he señalado, en el caso de Vasco, sesiones terapéuticas realizadas en el último tiempo, abren un margen de duda acerca de la estabilidad de algunos de sus cambios.

      En un sentido genérico, no intento insinuar que los tres casos explicitados muestran el nivel de cambio que alcanzan todos mis pacientes; o que esta especie de "happy end" constituye un logro rutinario en el ámbito de la psicoterapia. La conclusión cursa más bien así: los cambios de fondo son muy difíciles de alcanzar, pero distan de ser imposibles. Aun cuando biología, biografía y ambiente actual… nos dificulten la tarea.