Psicoterapia Integrativa EIS. Roberto Opazo

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Название Psicoterapia Integrativa EIS
Автор произведения Roberto Opazo
Жанр Документальная литература
Серия
Издательство Документальная литература
Год выпуска 0
isbn 9789569946646



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decía: "La juventud pasa, la inmadurez se supera, la ignorancia se puede vencer… pero la estupidez dura para siempre". Estas afirmaciones nos conducen al tema de los límites posibles de los cambios biológicos; qué, de nuestras disposiciones biológicas, puede ser modificado… y qué no.

      Pero antes de referirnos a las opciones de cambio terapéutico que aporta el paradigma biológico, es preciso que nos detengamos en las evidencias relacionadas con la temática de laneuroplasticidad. La neuroplasticidad hace referencia a la habilidad de las neuronas para cambiar la manera en que están configuradas y relacionadas unas con otras, a medida que el cerebro se adapta al ambiente a través del tiempo (Cozolino, 2010). Cuánto puede cambiar nuestra biología, a raíz de nuestras diferentes experiencias, delimita en gran medida los espacios que la biología aporta para el cambio terapéutico.

      La neuroplasticidad no solo hace referencia a formas de configuración o a opciones de interrelación entre las neuronas. Hace referencia también a las opciones de génesis denuevasneuronas, es decir, a laneurogénesis.Al respecto, lo que a muchos se nos ha enseñado es que las neuronas solo se reproducen hasta – digamos – los dos años de vida de un niño. Posteriormente a esto, las opciones de cambios neurales se relacionarían tan solo con configuraciones y/o con nuevas interrelaciones neurales.

      Con respecto a lo anterior se ha señalado: "La sabiduría tradicional en relación a la neurogénesis en vertebrados, y especialmente en primates, ha sido que las neuronas ya no se crean después del desarrollo temprano" (Cozolino, 2010, pp. 57-58). A pesar de las evidencias en contrario, este dogma se sostuvo a través de la mayor parte del siglo xx. Sin embargo, la investigación continúa demostrando que neuronas nuevas son formadas en los cerebros de pájaros adultos (Nottebohm, 1981), en los cerebros de primates (Gould, Reeves, Fallah et al., 1999), y en los cerebros de humanos (Gould, Reeves, Graciano et al., 1999). A partir de las evidencias existentes, se puede sostener que las neurogénesis más "tardías" están reguladas por factores ambientales y por las diversas experiencias de la persona.

      Los investigadores actuales sostienen que los seres humanos han mantenido la habilidad para crear neuronas en áreas involucradas en los nuevos aprendizajes, tales como el hipocampo, la amígdala, y el córtex cerebral (Gross, 2000; Gould, 2007). Los investigadores actuales han constatado también, que más altos niveles de educación, habilidades prácticas y un compromiso continuo en actividades mentales, todos correlacionan con más neuronas y con más conexiones neurales (Jacobs et al., 1993).

      Estos descubrimientos, y el abandono de las creencias anteriores, son de la mayor relevancia. El neurocientista Eric Kandel, ganador del Premio Nobel (2000), ha señalado que el recién citado descubrimiento de Nottenbohm – acerca de la neurogénesis estacional en pájaros –constituye uno de los mayores cambios de paradigma en la biología moderna.

      Los investigadores actuales sintonizan bien con afirmaciones como la siguiente: "Hoy, la plasticidad es comprendida como un principio básico, que opera en los cerebros saludables, a cualquier edad. Más que carente de plasticidad, el cerebro adulto es visto ahora como teniendo una tendencia incrementada hacia la estabilización neural, en tanto mantiene la habilidad para nuevos aprendizajes" (Cozolino, 2010, p. 324).

      Hoy en día no está muy claro en qué grado, cuándo, hasta cuándo, y dónde, pueden reproducirse las neuronas en un ser humano. Lo que está claro es que las opciones son mayores de lo que se pensaba. Y, más allá de la génesis de nuevas neuronas, lo que está más que claro es queel aprendizaje y el cambio terapéutico serían imposibles de no existir la neuroplasticidad.

      Es así que, tempranamente en el desarrollo, la neuroplasticidad se encuentra más operativa. Adicionalmente, una cuota de neuroplasticidad nos acompaña siempre. Otros territorios son "conquistables", para poder ir activando "neuroplasticidades posibles". Y, aún otros, son o se van haciendo refractarios al cambio.

      Si viramos ahora el foco de nuestro análisis, el territorio del cambio terapéuticopasa a ser nuestro objetivo central. Una idea básica aquí, involucra el poderpredecirqué estrategias terapéuticas "biológicas" tienden a funcionar, y cuales funcionarán mejor con cada tipo de desajuste. En este contexto, los aportespreventivos y terapéuticosgenerados en el marco del paradigma biológico, han posibilitado ir disponiendo de múltiples opciones para el cambio; algunas con mayores evidencias de respaldo que otras.

      Una línea de intervención – que aún se encuentra en estado "incipiente" – se relaciona con el uso de magnetos potentes para activar la corteza prefrontal izquierda. Esto da como resultado un ánimo mejor y está siendo usado para aliviar depresión. Incluso está siendo usado para fortalecer el sistema inmunológico el cual es afectado por el ánimo de la persona (Lisanby, 2003; Clow et al., 2003).

      Entre los aportes terapéuticos "biológicos" de mayor relevancia, se encuentranel ejercicio sistemático, la regulación de la dieta, la relajación neuro muscular, las terapias hormonales, algunas líneas de psico cirugía, algunas aplicaciones de la terapia electro convulsiva y, muy especialmente, la psicofarmacoterapia.

      El adecuado descanso, involucra un aporte para la capacidad para disfrutar y en el territorio de la prevención; del mismo modo, la actividad física hace también sus contribuciones.

      En el último tiempo, se ha venido demostrando que unsueño reparadores imprescindible para funcionar bien en estado de vigilia. En un estudio realizado en la Universidad de Rochester (Nedergaard, 2013), se demostró que, mientras se duerme, se echa a andar un sistema de limpieza a nivel cerebralel cual "barre" los desechos y toxinas que producen las células nerviosas cuando las personas están despiertas.Se demuestra aquí que el cerebro tiene estados funcionales diferentes cuando la persona duerme y cuando está despierta.

      Por otra parte, el aporte delejercicio sistemáticono pareciera ser menor. En el ámbito de la salud física, el ejercicio sistemático tiende a reducir la presión arterial, a elevar el colesterol "bueno", a mejorar el trabajo de los pulmones, y a aumentar la circulación de la sangre y la absorción de oxígeno. Adicionalmente, ayuda a controlar el peso y a aumentar la masa corporal. No es de extrañar entonces, el resultado de un estudio realizado con gemelos de Finlandia; tras un seguimiento de 20 años, se concluyó que el ejercicio ocasional reduce el riesgo de muerte en un 29%, y el ejercicio diario sistemático reduce el riesgo de muerte en un 43% (Kujala et al., 1998).

      En el ámbito psicológico, el ejercicio sistemático facilita la producción de endorfinas, las así llamadas "hormonas de la felicidad"; estas se asocian con relajación, con placer, con alivio del dolor, con ánimo positivo y con bienestar corporal. Las personas que realizan ejercicios físicos sistemáticos tienden a tener mejor autoestima y tienden a sentirse más atractivas. Es más común el que personas sedentarias presenten síntomas depresivos. Es así como asistir regularmente a un gimnasio, andar en bicicleta, correr, nadar, etc., puede involucrar un relevante aportepreventivo.

      Se ha establecido que30 minutos de ejercicio diario producen una mejoría de ánimo por alrededor de 12 horas (Sibold et al., 2008). En el territorio terapéutico, el ejercicio sistemático puede contribuir, por ejemplo, a aliviar el estrés, los síntomas de ansiedad y los síntomas depresivos. En un estudio realizado por el Southwestern Medical Center de la Universidad de Texas (Dunn et. al., 2005), se encontró que las personas entre 20 y 45 años, que padecían de depresiones leves o moderadas, se beneficiaban al realizar 30 minutos de ejercicio aeróbico de tres a cinco veces a la semana; reducían entre un 30 y un 50% los síntomas de depresión al cabo de 12 semanas. Aunque el estudio indica que los efectos antidepresivos del ejercicio físico tienden a ser similares a los alcanzados vía psicoterapia o vía medicación, todo parece indicar que lo más criterioso sería estar abiertos a ir integrando estas opciones, en función de los requerimientos de cada paciente.

      Los hallazgos precedentes pasan a ser confirmados por otras investigaciones que recorren un camino inverso, es decir, se centran en lo que ocurre cuando las personas dejan de realizar ejercicios físicos sistemáticos. En una investigación realizada por el Departamento de Psicología Médica de la Universidad de Maryland (Berlin et. al., 2006), se concluyó que interrumpir bruscamente el ejercicio aeróbico