Название | Donald Meltzer, vida onírica |
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Автор произведения | Elena Ortiz Jiménez |
Жанр | Документальная литература |
Серия | |
Издательство | Документальная литература |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9786078676576 |
1975
• J. Lacan, Inicio de la publicación de 25 volúmenes de El Seminario (1953-1979)
• Guerra Civil en el Líbano (1975-1990)
• J. L. Borges, El libro de arena
1976
• 29 Congreso Internacional de Psicoanálisis en Londres. Ahí se discuten los cambios en el uso clínico de los sueños
1979
• W. R. Bion, Memorias del futuro (1975, 1977, 1979)
• H. Segal, Melanie Klein
• H. Kohut, Los dos análisis del señor Z
1980
• J. Laplanche, Inicio de la publicación de 5 volúmenes de Problemáticas (1980-1987)
• J. Bowlby, El apego y la separación, vol. III: Pérdida: tristeza y depresión
• H. Pinter, Voces de la familia
1983
• A. Green, Narcisismo de vida y narcisismo de muerte
1984
• D. Meltzer sufre con su familia un grave accidente automovilístico a raíz del cual más tarde morirá Martha Harris
• Se retira definitivamente de la Sociedad Británica de Psicoanálisis
1985
• D. Anzieu, El yo piel
1986
• E. Bick, “Reconsideraciones sobre la función de la piel en las primeras relaciones de objeto”
1987
• Muere Martha Harris
• H. Rosenfeld, Impasse e interpretación. Factores terapéuticos y antiterapéuticos en el tratamiento psicoanalítico de pacientes neuróticos, borderline y psicóticos
1988
• M. Balint, La falta fundamental
1990
• A. Green, De locuras privadas
1991
• H. Segal, Sueño, fantasía y arte
1993
• A. Green, El trabajo de lo negativo
2004
• D. Meltzer muere a los 81 años el 13 de agosto en Oxford
Biografía de Donald Meltzer
(1922-2004)
Donald Meltzer valoraba profundamente la privacidad; discriminaba claramente el ámbito de lo público y lo contractual de lo íntimo. Buena parte de sus propuestas teóricas postulan que el desarrollo mental sólo tiene lugar cuando se privilegia la esfera de lo íntimo y de los vínculos significativos. Esta es quizá la razón por la que siempre fue discreto respecto de los hechos de su propia vida, sobre todo de la parte de su existencia que transcurrió durante los 32 años en que vivió en los Estados Unidos. La semblanza que aquí se presenta intenta ser fiel al espíritu de intimidad y, sin embargo, se rescatan aspectos sobre su vida y su personalidad porque algunos rasgos del pensamiento creativo de una persona pueden ser mejor comprendidos a partir de estos acercamientos.
Meltzer nació el 15 de agosto de 1922 en Nueva York. Fue el menor de tres hermanos; sus padres eran judíos emigrados de Lituania. Su padre fue un constructor y empresario exitoso; su madre, una mujer dulce y amable. Ambos fueron descritos por él mismo como el milagro en mi vida y sin duda vivió siempre agradecido, además, por la educación liberal y permisiva y por la gran riqueza intelectual que le ofrecieron.
En la niñez sus padres lo llevaron a un viaje de seis meses por Europa, ahí surgió su amor por el arte y la arquitectura: quedó cautivado por los museos y la cultura. Fue un niño activo y vigoroso, era un buen tenista y un jinete experto y apasionado por los caballos. Mostró siempre una fascinación por la naturaleza que se sostuvo hasta sus últimos días: se maravillaba con los árboles y los plantaba en cada casa en la que vivía. La observación de los árboles y su crecimiento muy probablemente es una de las fuentes de inspiración de las ideas de El proceso psicoanalítico. Pensaba que así como la historia del desarrollo de un árbol quedaba marcada en la conformación de las capas del tronco y en sus características, las huellas del desarrollo humano se despliegan en el vínculo transferencial.
Tenía un gusto especial por trabajar la tierra y cultivaba vegetales y frutas. Se dedicaba a la jardinería, la apicultura y la crianza de caballos; valoraba el trabajo artesanal y le satisfacía hacer las cosas él mismo.
A los dieciseis años leyó por primera vez a Freud. En la Universidad de Yale (New Haven, Connecticut) realizó estudios de literatura, historia y psicología durante cuatro años antes de pasar a Nueva York a estudiar Medicina en la Universidad del estado y en el Albert Einstein College. Se especializó en psiquiatría infantil en el hospital Bellevue; fue profesor de paidopsiquiatría en la universidad de Washington y formó parte del equipo de Lauretta Bender, pionera en la intervención con niños psicóticos. Gracias a ella, a los veintidos años tuvo contacto con la obra de Melanie Klein, y se interesó fuertemente en ella. Su determinación por continuar su formación en esta línea lo llevó más tarde a encontrar la manera de vivir en Londres.
El servicio militar se volvió nuevamente obligatorio en los Estados Unidos a raíz de la Guerra de Corea (no había participado en la II Guerra por su calidad de estudiante). Ingresó en el ejército en 1951. Dispensado de participar en combate, pudo continuar su servicio militar en Inglaterra y hacer la formación psicoanalítica en Londres. Se instaló con su familia en esa ciudad en 1954 y en ese mismo año comenzó su análisis con Melanie Klein e ingresó en la Asociación Británica de Psicoanálisis. Permaneció en Inglaterra, que fue su país de adopción, y vivió en Londres hasta mediados de 1980 cuando se instaló en Oxford. Ahí residió hasta 2004, el año de su muerte.
Su experiencia analítica con Melanie Klein fue para él un maravilloso viaje, emocionante y peligroso a la vez (breathless and dangerous ride but wonderful). También lo describió como ‘wild ride’, una cabalgata salvaje (Harris, 2004). Klein tenía a Meltzer en alta estima e hizo referencia a él como una persona extremadamente dotada y una gran esperanza para el futuro del psicoanálisis. Este es un comentario que Eric, hijo de Klein, transmitió a James Gammill, un amigo íntimo que tendría una gran importancia en la introducción del kleinismo en Francia.
Como dato anecdótico, cabe agregar que en una ocasión Roger Money-Kyrle pidió a Klein un espacio para supervisar un caso complicado. Ésta le sugirió hacerlo con Meltzer. Es llamativo ya que para Meltzer, Money-Kyrle fue una figura de inspiración a quien consideró como uno de sus maestros fundamentales (Harris, 2011). De la misma manera, Hanna Segal diría más tarde, con cierto humor:
Meltzer para mí representa el problema del hijo preferido, porque fue mi hijo preferido como supervisando. Yo supervisé su primer caso y también su primer caso del tratamiento de un niño. Era mi supervisado más dotado y todo el grupo lo idealizaba un poco (Segal, 2008: 58).
Es conmovedor observar en un fragmento de la obra de Klein la referencia a un paciente con quien analizaba el problema de la belleza, la bondad y las ansiedades claustrofóbicas: parecería ser el germen de las ideas de La aprehensión de la belleza y del Claustrum, y en efecto muy probablemente lo fue. El paciente era el propio Meltzer en un ejercicio de profunda sinceridad con su analista (Harris, 2004). Se puede observar a Klein (1963: 314-316) trabajando con Meltzer el sentido de belleza y la bondad que la naturaleza representaba para él; la identificación introyectiva del objeto bueno, la repetición transferencial de haber sido un bebé ricamente nutrido.
También,