Название | Aceites esenciales en sinergia |
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Автор произведения | Ana Requejo |
Жанр | Сделай Сам |
Серия | |
Издательство | Сделай Сам |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9788418230721 |
Si lo que perseguimos es un bienestar físico, deseamos aliviar un dolor muscular, articular, modificar el aspecto de un edema, tratar un proceso alérgico con signos en la piel, curar una herida, ayudar en la regeneración de una cicatriz…, el objetivo es físico y la vía de uso, tópica, mientras que el vehículo a utilizar será uno graso o un gel o crema hidrosoluble para evitar la irritación dermal. En este caso, la aplicación será totalmente personalizada. El entorno social no nos afecta, pero sí la edad y condición física, puesto que, de nuevo, no es lo mismo aplicar un aceite esencial diluido en un excipiente oleoso a un adulto que a un niño; ni tampoco en una piel sana que en una «rota» (herida, quemadura, eccema); en esta última, la absorción es mucho mayor.
¿Y cuáles, serían, resumidamente, las aplicaciones de los aceites esenciales? ¿A través de qué medio y vehículo más adecuado? ¿Con qué fin u objetivo más primordial?
VÍAS SEGURAS DE ADMINISTRACIÓN DE LOS ACEITES ESENCIALES
Veamos en el cuadro sinóptico, a continuación, cómo absorbemos y excretamos, según los sistemas, los aceites esenciales (extraído del libro Essential Chemistry for Safe Aromatherapy, Churchill Livingstone, 2002).
VI. Dosificaciones en sinergia con…
Llegados pues a este punto y habiendo decidido cómo, cuándo y para qué, hemos de saber hasta dónde diluir un aceite vegetal (a. v.), cuántas gotas utilizar, y eso va a depender de:
• los aceites esenciales escogidos;
• los aceites vegetales escogidos en caso de aplicación cutánea;
• el objetivo del tratamiento, ya sea físico o emocional, el cual decide la interfaz más adecuada a utilizar;
• la creación de un perfume;
• el vehículo o medio portador utilizado para poner en contacto el aceite esencial con el organismo;
• la edad del sujeto;
• y el estado de su piel y salud.
Si tomamos una medida general y después nos fijamos en las precauciones y posibles contraindicaciones e interacciones con fármacos de cada uno de los aceites esenciales (ver fichas), ya podemos afinar mucho más sin temor a incurrir en molestias, contraindicaciones e interacciones con fármacos o disgustos innecesarios. Seamos prácticos y enfoquémonos en un solo objetivo terapéutico para obtener mejores resultados.
Suele pasar que, cuando empezamos a experimentar con los aceites esenciales, nos surgen las dudas sobre si estamos trabajando correctamente con ellos y si nuestras mezclas y diluciones son las más adecuadas y seguras. Para simplificar un poco más el trabajo, sugiero tener siempre presente los objetivos o propósitos de nuestra sinergia: solo físico o físico y emocional; para un problema, para varios… De este modo, podemos decidirnos por realizar una sinergia horizontal o vertical. En este método, hemos de tener en cuenta la composición química de los aceites esenciales y su farmacodinamia sobre el sujeto.
a. Sinergia horizontal química. Ha de buscarse una similitud en la composición química de los aceites esenciales escogidos para que se complementen sinérgicamente entre sí; por ejemplo, la sinergia antifúngica para tratar pie de atleta: podemos escoger aceites esenciales ricos en monoterpenoles como el geranio, el árbol del té y la palmarosa. No valoramos el ámbito emocional en sinergia con el físico.
b. Sinergia vertical terapéutica. Un punto de vista más holístico; está enfocada a conseguir varios propósitos tanto físicos como emocionales y mentales. Por ejemplo, deseamos una sinergia mucolítica y también revitalizadora para elevar el ánimo durante la enfermedad: en este caso, para ayudar a fluidificar el moco, escogeríamos aceites esenciales con alto porcentaje en lactonas y cetonas, así como en óxidos, para ayudar a la expectoración y descongestión, y algún aceite esencial con moléculas euforizantes y tonificantes como los monoterpenos y los ésteres (estimulantes de las endorfinas). En este, hemos tenido en cuenta tanto el plano físico como el anímico.
El siguiente problema que se nos presenta casi siempre cuando empezamos a jugar con nuestras mezclas es la cantidad de gotas que hemos de echar. Por ese motivo, a continuación, os presento varios cuadros-guía con porcentajes según la edad y el tamaño del preparado y un escalado de gotas/capacidad que resultará más rápido y práctico; así nos olvidamos de los porcentajes y las matemáticas. Pero en ningún momento debemos dejar de lado las precauciones y contraindicaciones que mencionaré más adelante, donde pondremos el punto sobre aquellos aceites esenciales no recomendados en embarazadas y niños, así como aquellos que por su composición química pueden ser agresivos tanto por vía externa como interna. Veamos ahora las dosificaciones más adecuadas si el vehículo es el aceite vegetal en aplicación cutánea, un excipiente graso como la miel o un aceite vegetal en ingesta oral.
¿Diluimos si mezclamos aceites esenciales entre sí?
Con los conceptos claros en cuanto a límites en la dilución, hemos de elaborar nuestro preciado y aromático tesoro; pero hay un concepto que debemos tener claro antes de tirar adelante con la mezcla: ¿se diluye o se potencia al mezclar dos o más aceites esenciales? Sin tener en cuenta el vehículo que podamos usar. ¿Puede ser que los aceites esenciales escogidos sean antagonistas o sinergistas? A fin de cuentas, esta obra se titula Aceites esenciales en sinergia. Este concepto a menudo no queda claro cuando nos sumergimos en el maravilloso y a la vez completo mundo de la aromaterapia. La pregunta que nos podríamos plantear es: cuando realizamos una mezcla de dos o más aceites esenciales buscando una sinergia horizontal, es decir, enfocándonos en un componente químico específico, ¿realmente se diluye ese mismo contenido y eso afecta sus propiedades?
Te voy a poner un ejemplo para su mejor comprensión: imagina que estás buscando una sinergia antimicótica para tratar el pie de atleta. Sabemos por la química de los aceites esenciales (ver apartado XVI) que los monoterpenoles son buenos fungicidas, viricidas y bactericidas, y que entre sus moléculas el geraniol es uno de los más potentes en este campo (S. Pattnaik et al., 1997). Escogemos este componente porque también sabemos, según nos dice R. Tisserand & Young en su obra Essential Oil Safety, que esta molécula es solo muy ligeramente sensibilizante y no supone un riesgo para nuestra piel una vez diluido. Después, buscamos aquel o aquellos aceites esenciales con alto contenido en geraniol y vemos que la palmarosa, con entre un 74,5-81 %, y el geranio, 7,3-30 %, están dentro de esa lista y, además, con un aroma que agrada. Los mezclamos en una proporción de 1:1. Significa ahora que, al mezclarlos, ¿la proporción de geraniol también se suma? La respuesta es que no. Hemos de tener en cuenta que el porcentaje de un componente específico en un aceite esencial se expresa como una de sus partes, pero habrá otros constituyentes, como en el caso de la palmarosa, con once componentes más; la suma de las concentraciones de todos los componentes nos da el 100 %. Cuando mezclamos aceites esenciales, el contenido de los componentes individuales de cada aceite esencial se suma al igual que en sus volúmenes. Como el volumen total (o el peso) de una mezcla siempre será mayor, las contribuciones de cada aceite promediarán según su peso en la mezcla.