Aceites esenciales en sinergia. Ana Requejo

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Название Aceites esenciales en sinergia
Автор произведения Ana Requejo
Жанр Сделай Сам
Серия
Издательство Сделай Сам
Год выпуска 0
isbn 9788418230721



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Su interés por el perfume la instó a traer al perfumista René le Florentin, personaje de moda, y a los artesanos italianos para confeccionar guantes perfumados y frascos de perfume, dando paso a la creación de la Asociación de Guanteros Perfumistas y erigiéndose así como la mecenas del primer laboratorio de perfumes en Grasse, actualmente centro neurálgico de la industria del perfume mundial.

      No debemos olvidarnos de Hildegarda de Bingen (Alemania, 1150 d. C.), la primera mujer naturópata que tuvo presente en sus tratamientos enfocar al ser humano holísticamente, en equilibro o desequilibro, con los cuatro elementos: aire, tierra, agua y fuego; y dejar por escrito su sistema de sanación integral a base de plantas medicinales. Su visión de la medicina fue toda una revolución: llegó a desarrollar el circuito sanguíneo y el aparato reproductor femenino. ¿Y cuáles eran sus aceites esenciales favoritos? La refrescante lavanda (Lavandula angustifolia), de la cual escribió en su libro Liber Vitae Meritorum:

      Soy un hierba relajante. Habito en el rocío, en el aire y en todo lo verde. Mi corazón se llena rebosante y doy ayuda a los demás. Elevo los corazones rotos y los llevo a la totalidad. Ya que soy el bálsamo para cada dolor con una mirada amorosa, observo las demandas de la vida y me siento parte de un todo.

      Aprovechaba las propiedades carminativas, digestivas y antisépticas del hinojo (Foeniculum vulgare), que ayuda a la expulsión de toxinas acumuladas y facilita la circulación de la sangre, proporcionando, además, una piel sana y un olor corporal agradable.

      Isabel I, reina de Inglaterra (1575 d. C.), en cambio, tenía un fin primordial para el uso de las plantas aromáticas: la higiene. Le tocó vivir durante el Renacimiento de las artes, pero también en un mundo con carencias tan básicas como el alcantarillado en las calles y el sistema de desagüe de aguas residuales adecuado en casas y castillos. La falta de drenaje de aguas negras y desperdicios generó la necesidad del uso aromático de hierbas, que eran esparcidas por el suelo y que, una vez se pisaban, desprendían su aroma: albahaca, citronela, manzanilla romana, lavanda, hisopo, salvia y tomillo, la reina de los prados. Gracias a ella, también se prodigó el cultivo de estas plantas y la proliferación de huertos aromáticos personales, la elaboración casera de ungüentos perfumados, las bolas de lavado, las aguas perfumadas y las almohadillas aromáticas. Las mujeres isabelinas contaban con una sala de destilado donde se dedicaba a producir hidrolatos y aceites esenciales para cosméticos y medicinas. Detestaba los olores fuertes y prefería el suave y dulce aroma de la mejorana (Origanum majorana), un magnífico remedio para articulaciones doloridas así como un alivio en caso de migrañas, calambres menstruales y enfriamientos. Se adaptó rápidamente al uso de los guantes perfumados y también a las almohadillas perfumadas con lavanda, ámbar gris y benjuí que portaban las mujeres de la Corte bajo sus enaguas. Aquellos años oscuros en los cuales Londres sufrió el azote de la peste, fueron en realidad los años luminosos de los aceites esenciales, los cuales ayudaron a combatir las infecciones, fumigando las casas con ellos y con las hierbas aromáticas. Fue el nuevo inicio de la aromaterapia; sin duda, el punto de partida para el primer estudio científico serio sobre los beneficios de los aceites esenciales. Una investigación realizada por el Instituto Pasteur de París, entrados ya en el siglo XIX, reveló que los microorganismos de la fiebre amarilla y tifoidea eran eliminados por los aceites esenciales de la canela, el tomillo y el limón en tan solo media hora.

      Nuestros contemporáneos

      Comenzamos este rápido vistazo al mundo más actual, a las bases más científicas y holísticas de los aceites esenciales con Marguerite Maury, la Sanadora holística. Licenciada en Enfermería y en Asistencia Quirúrgica, exploró junto a su marido, el Dr. naturópata y homeópata E. A. Maury, otras técnicas chinas, indias y tibetanas como la acupuntura, la osteopatía, la meditación, el zen y el yoga, y la radiestesia. Unificó todas estas y sus teorías de sanación, junto con lo que ya sabían sobre la vibración inherente en los glóbulos homeopáticos, llegando a la conclusión de que los aceites esenciales producen también vibraciones en las células humanas. Con este concepto presente, desarrolló su propia técnica de masaje y su «prescripción individual» para la aplicación holística de la aromaterapia, enfocando cada sinergia a reequilibrar los planos físico, emocional, mental y espiritual. Su trabajo dio lugar al establecimiento de más de ochenta universidades de aromaterapia en el Reino Unido. Una de sus alumnas, Patricia Davis, estableció la London School of Aromatherapy y escribió un libro, bestseller en el mundo de la aromaterapia: Aromaterapia de la A a la Z.

      El siglo XX ha visto renacer el uso de los aceites esenciales en el mundo de salud y belleza a través de los llamados padres de la aromaterapia moderna, empezando por el químico francés René-Maurice Gatteffosé, que sufrió un incendio fortuito con el que se quemó las manos, las cuales sumergió por instinto en un recipiente con lavanda, aliviando de inmediato sus quemaduras y acelerando milagrosamente el proceso curativo; aquí nació la aromaterapia. Llegó a la conclusión de que la lavanda contenía poderosas propiedades antisépticas y curativas, y demostró que la piel puede absorber sustancias grasas siempre y cuando su estructura molecular sea lo suficientemente pequeña. Demostró también que los aceites esenciales tardan entre 20 min y 12 h en ser completamente absorbidos por el cuerpo después de su aplicación tópica.

      La aplicación externa de pequeñas cantidades de esencias detiene rápidamente la propagación de las llagas. En mi experiencia personal, después de una explosión de laboratorio que apagué rodando sobre césped; me cubrí la quemadura de sustancias. Mis manos estaban cubiertas de una gangrena gaseosa en rápido desarrollo. Sólo un enjuague con esencia de lavanda detuvo «la gasificación del tejido». Este tratamiento fue seguido por sudoración profusa, y la curación comenzó el día siguiente (julio de 1910).

      En 1928 publicó su libro, L´Aromatherapie, que causó gran revuelo, ya que sostenía que al inhalar ciertos aromas es posible aliviar estados de ansiedad y depresión. Un nuevo atisbo del uso de los aceites esenciales para tratar la psique y las emociones.

      Por otro lado, Jean Valnet (1920-1995), doctor en Medicina y amante del tratamiento terapéutico con plantas, se inspiró en la obra de Gatteffosé y durante la II Guerra Mundial se sirvió de los aceites esenciales para tratar las heridas en el campo de batalla, siendo el árbol del té (Melaleuca alternifolia) el mas socorrido y el que mejores resultados dio como desinfectante y antiséptico.

      Pierre Franchomme, investigador francés y pionero, en 1975, en descubrir nuevos aceites esenciales como la manuka (Leptospermum scoparium), entre otros, y quien asoció la noción de quimiotipo al de los aceites esenciales.

      Los doctores Pénoël y Fhanel también han dedicado más de veinte años a la investigación médicocientífica de los aceites esenciales en los procesos bioenergéticos del ser humano, con lo cual cada día se pisa terreno más firme en este campo.

      Actualmente, contamos con obras imprescindibles, como la del estudioso, conferenciante y profesor reconocido mundialmente Robert Tisserand, que, junto al químico Rodney Young, ha escrito una de las obras de mayor calado mundial en cuanto a la seguridad de los aceites esenciales, Essential Oil Safety y El arte de la Aromaterapia. Ambos libros han sido y son parte importante en la elaboración del libro que tienes en tus manos; un imprescindible de consulta.

      Gabriel Mojay es naturópata desde 1978, formado en Terapia Shiatsu y Medicina Oriental. En 1988 completó cuatro años de entrenamiento en Medicina Tradicional China y Acupuntura, y se convirtió en miembro de la Acupuntura Británica. Su obra, Aromatherapy for Healing the Spirit, nos acerca el mundo de los cuatro elementos al de los aceites esenciales de un modo sencillo y perfectamente asimilable.

      Robbie Zeck, naturópata, kinesióloga, asesora y profesora, fue fundadora del Jim Llewllyn Aromatour, empresa especializada en la organización