Robar el fuego. Faundo Arena

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Название Robar el fuego
Автор произведения Faundo Arena
Жанр Языкознание
Серия
Издательство Языкознание
Год выпуска 0
isbn 9789877477580



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eras hace diez años. Hagamos el ejercicio juntos, tomémonos algunos minutos para reflexionar acerca de la persona que éramos hace diez años y en qué manera la persona que somos hoy se diferencia de aquel ser. En mi caso, hace diez años no había escrito libros de creatividad. En el medio, me animé a investigar acerca del asunto, escribí, publiqué, y eso me abrió un sinfín de puertas absolutamente inesperadas. Me encontré enriqueciendo mi propio proceso creativo y teniendo la oportunidad de enriquecer la vida de los demás. Me encontré abriendo un laboratorio de creatividad, viajando, dando cursos, conferencias y talleres, viviendo junto a otras personas lo maravilloso de trabajar en aquellas ideas y proyectos que hacen sentido para nosotros.

      Nada de todo esto podría habérselo imaginado mi yo de hace diez años que trabajaba cómodamente en una agencia de publicidad. En ese momento, yo “sabía quién era” (¡ja!). Hoy… no estoy tan seguro de poder decir lo mismo.

      ¿De qué manera me sorprenderá mi yo de dentro de diez años cuando mire hacia atrás e intente conectar los puntos de mi vida?

      El misterio como guía

      Cuando apostamos al espacio misterioso de nuestras vidas suceden dos grandes cosas: la primera de ellas tiene que ver con una transformación biológica, espiritual y psicológica de nuestro ser. Cada vez que nos sometemos a lo nuevo, que salimos a la conquista de lo que desafía nuestra zona de confort, millones de células y nuevas conexiones neuronales se generan en nuestro cuerpo para afrontar la situación. Todo nuestro cuerpo se prepara para hacer frente a lo inesperado y eso hace que luego de haber atravesado el “espacio oscuro” no seamos los mismos que éramos antes de animarnos a la aventura. Suelo dar el ejemplo de “El increíble Hulk”, ¿se acuerdan? Él era un tipo normal, pero en cuanto presenciaba algún tipo de injusticia todo su cuerpo se convertía en un ser enorme, verde y poderoso capaz de resolver la situación. Bueno, en el mundo real, a nosotros nos sucede algo similar (sin la parte verde ni de los músculos).

      Lo segundo que sucede al someternos al universo de lo misterioso es que nuestra autopercepción cambia por completo. A fuerza de animarnos y avanzar hacia nuevos caminos descubrimos capacidades potenciales y destrezas ocultas. Descubrimos que somos mucho más de lo que creemos ser. Que muchas de nuestras limitaciones o definiciones son autoimpuestas. Descubrimos que no tenemos ni idea de cuán lejos podemos llegar… y que la posibilidad de avanzar en esa dirección puede ser cosa de todos los días. Descubrimos el valor del coraje transitando el camino de la inseguridad.

      ¿Por qué funciona así la vida? ¿Por qué no vivimos en un paraíso eterno en el que todo se nos da servido y no hay necesidad de someterse a grandes dragones para alcanzar nuestros objetivos? ¿Por qué tenemos que vivir bajo la sombra de la incertidumbre y el miedo?

      Hagamos un pequeño ejercicio de visualización creativa. Nacemos, llegamos al mundo, viene Dios, San Pedro, la madre naturaleza, el ángel de la vida o quien sea y nos dice lo siguiente: “Te ofrezco dos caminos: Si eliges la puerta izquierda, tendrás una vida absolutamente rutinaria y conocida cada día. Te levantarás siempre a la misma hora, harás las mismas cosas y te irás a dormir a la misma hora. Así pasarás tus días, luego envejecerás y morirás. Si eliges la puerta de la derecha, tendrás una vida absolutamente impredecible. Pondré frente a ti infinitos caminos por tomar, cada uno ocultará dragones y tesoros. Secretos y revelaciones que harán de tus días una experiencia única e irrepetible. Una auténtica aventura. Y todos esos caminos serán tuyos exclusivamente; nadie más podrá transitarlos razón por la cual, con el paso de los años, acumularás una serie de experiencias y recuerdos que te acompañarán por siempre y enriquecerán tu vida. Así pasarás tus días, luego envejecerás y morirás”.

      ¿Qué camino elegirías?

      La respuesta es bastante evidente, es como si fuéramos al cine a ver una película y antes de que se encienda el proyector el dueño de la sala se pare frente a la audiencia y grite: “¿Qué prefieren? ¿Ver la película o que les cuente el final?”.

      ¡Queremos ver la película!

      Mecanismos de defensa

      Suena lindo en lo teórico, pero no es tan fácil en la práctica. Hay una relación inversamente proporcional entre nuestro crecimiento biológico y nuestra tendencia a exponernos y animarnos a lo nuevo. Cuando somos niños, tomamos conocimiento de nosotros mismos y del mundo que nos rodea mirando, tocando, moviéndonos de aquí para allá, experimentando. Cuando podemos dar nuestros primeros pasos salimos corriendo en cuanto tenemos la oportunidad de ver y tocar algo nuevo. Todo es experiencia, todo es descubrimiento, todo es asombro. Pero esa curiosidad innata con la cual nacemos los seres humanos no dura para siempre. Crecemos y tenemos experiencias buenas y malas; y las malas (sobre todo), dejan un registro imborrable en nuestra memoria. En el próximo capítulo veremos en detalle el funcionamiento del cerebro y nuestra mente en relación con el miedo y la supervivencia, por ahora nos quedaremos con la siguiente idea: a medida que crecemos, las experiencias negativas nos llevan a construir diversos mecanismos de defensa con el objetivo de evitar que las cosas malas vuelvan a suceder.

      Una persona que nunca prestó demasiada atención a las normas de seguridad de la estufa a leño de su casa un día sale a hacer las compras, la deja encendida y al volver se encuentra con su casa prendida fuego. Todas sus pertenencias quedaron reducidas a un cúmulo de cenizas. Luego del drama, las pérdidas y la reconstrucción es posible que al cabo de un tiempo esa persona pueda recobrar su vida y continuar adelante… pero ya nunca verá al fuego de la misma manera. Seguramente tomará todos los recaudos necesarios para que no vuelva a suceder. Utilicé un ejemplo en extremo dramático para ejemplificar mi punto, pero veamos algunos casos mucho más cercanos y cotidianos con los cuales podemos sentirnos identificados:

       Una persona siente que tiene una muy buena idea para un emprendimiento. Invierte todo su tiempo y energía en llevarlo adelante, pero motivos imprevistos lo llevan al fracaso. Nunca más se animó a emprender.

       Un adolescente se anima a declararle su amor a la chica que lo enamora: ella lo rechaza. Él nunca más se animó a pedirle una cita a una chica.

       En clase el profesor llama a su alumna para que dé examen en voz alta. La hace poner de pie y hablar frente a todos respecto al tema en cuestión. Ella se pone nerviosa, tartamudea y tiene dificultad para recordar aquello que estudió. No aprueba el examen. Nunca más se anima a hablar en público.

      Experiencias “negativas” que nos llevan a levantar muros, cables electrificados y redes de contención para evitar que vuelvan a suceder. Así crecemos aumentando nuestras defensas, suponiendo que nos fortalecemos cuando en realidad estamos haciendo todo lo contrario. Esas defensas, esos muros que levantamos a nuestro alrededor para evitar que lo malo vuelva a suceder son alimento para nuestra debilidad interior. Limitaciones autoimpuestas. Limitaciones que se activarán en experiencias futuras sobre las cuales no tenemos ninguna idea respecto a su éxito o fracaso. Si nos quemamos con el fuego de lo inesperado una vez, y lo sufrimos, haremos todo lo posible para que no vuelva a suceder… aún si eso significa tener una vida circunscripta al universo de lo conocido. Y esa es una receta muy efectiva para llevar una vida repleta de preocupaciones y ansiedades.

      No es que el universo de lo conocido sea un espacio necesariamente malo para nosotros, de hecho, es muy bueno: allí podemos actuar con libertad y tranquilidad. Pero el universo de lo desconocido, de lo misterioso, oculta los tesoros más valiosos para nuestro crecimiento y desarrollo. Es ahí, en donde no sabemos qué sucederá ni cómo podremos actuar frente a ello, donde existe la verdadera oportunidad de revelar aquello que nos espera y nos convierte en lo que verdaderamente podemos ser.

      Elige tu propia aventura

      “El viaje del héroe” es un concepto popularizado por Joseph Campbell en su obra El héroe de las mil caras que ha sido desarrollado en infinidad de libros de autoayuda. Seguro lo conoces, pero vamos a repasarlo:

      Este mito nos habla de una especie de “esquema básico” o “mapa de referencia” por medio del cual se pueden narrar todas las historias de aventuras y superación. Historias