Название | Dimensiones humanas en acción : Ser para saber obrar |
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Автор произведения | Andrés González Duperly |
Жанр | Социология |
Серия | |
Издательство | Социология |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9789587905106 |
El sentido de ser es saber que tenemos dos tipos de consciencia: la espontánea y la reflexiva. La espontánea abriga “las primeras impresiones de nuestros estados y actos” (Faría, 1955, p. 36) en el fluir continuado de la consciencia en James (1950). La consciencia reflexiva, en cambio, “es un retorno deliberado del espíritu sobre sí mismo y sus actos” (James, 1950, p. 36) frente al sí mismo en una identidad individualizada de los “yo” de Pörksen (2016), fortalecidos al sabernos conscientes de: los tiempos psíquicos –los de la memoria–, repositorio principal de nuestro inconsciente (como suele ocurrir con los estados del presente inadvertido); los tiempos reales o históricos de la consciencia; los “aquí y ya” en el presente infinitivo y la experiencia; y los tiempos de expectativas, esto es, los de los futuros que corresponden a las anticipaciones.
Afirmamos que el Directivo Integral de Vida (individuo interior) piensa con sabiduría en los cómos, con propiedad expresa en los momentos oportunos. De esta manera, genera confianza y con criterio actúa, con decisiones honestas y equitativas, gracias a lo cual genera beneficio (Comenio, 2006). Así, sobre el planteamiento de las cuatro Dimensiones Humanas en Acción (DHA), estas quedan preliminarmente identificadas, a saber:
I. Intencionalidad de la consciencia
II. Interactividad, mediante la conectividad
III. Direccionalidad por la voluntad
IV. Imaginación inspirada por la creatividad
Por tanto, consideramos que las DHA son estados interrelacionados en el fuero interno del ser que se sabe por y para algo, en función de uno o más sentidos, y además considera que la consciencia es una actividad, un fluir continuado en el interior; “facultad de considerar lo que pasa en nosotros”, o como efecto, los “hechos que, por ser conocidos por ella, existen en ella” (Faría, 1955, p. 17). Y el Espíritu, es ánimo que guía. Cada quien, como energía, soplo del presente-presencial de la consciencia espiritual, en su libre albedrío puede optar por las buenas, en vez de las malas intenciones por medio de reflexiones a la luz que la racionalidad pueda irradiar, pero en la frecuente oscura y fría especulación de los pensamientos, los cuales, no obstante, se sienten buenos en las sombras del corazón (Rilke, 2001, p. 81). El sistema dimensional se pone en marcha considerando que los componentes son expresiones de cambios cognitivos, emocionales, espirituales, sociales, entre otros estados anímicos y actitudinales en las circunstancias de la cotidianidad. Es a partir de la consciencia cuando interpretamos cada noción al interior del corazón-alma y con mente abierta (en ese orden en la autognosis), inspirada por el ánimo (alma), la voluntad de Schopenhauer (2006) y la aperceptividad de Leibnitz (1983). Es a partir de la primera dimensión que las demás dimensiones se integran en las simultaneidades como un programa de computador “con varias ventanas abiertas” y cada dimensión con su rol y responsabilidad conscientes de la responsabilidad de cada una en el sistema. Son cada vez más las personas huérfanas de atención concentrada en el mindfulness por los actos conscientes con salida en cada una de las siete Áreas de Concentración Individual. Iremos despacio con este tema intrínseco al enfoque dimensional que se sugiere.
Los conceptos sustanciales de las cuatro Dimensiones Humanas en Acción del marco conceptual son:
1. Intencionalidad. Se refiere a la consciencia individual de sentipensamientos atentos compenetrados en la mente-cerebro que se sabe alerta y desde una memoria promueve determinado actuar en el criterio de valores y actitudes en las necesidades, expectativas o intereses, deseos o pasiones en pro o en contra de un objeto físico o social. Estímulo de energía espíritumental (neuronal)-emocional que en milisegundos predecisorios (intuitivos o razonados) desde la inmanencia, aperceptualmente direcciona los sentidos con anticipación de causa y efecto en la acción.
2. Interactividad. Presencia intencionada y atenta frente a sí mismo y con el mundo externo desde la mismidad en los “aquí-ya” en concordancia con las razones de ser “Dasein”: estar-ser-ahí- dándose cuenta de, en los hilos del tiempo lineal (del reloj) y psíquico (de la memoria), con visión interna (insight) y atención concentrada (mindfulness), compenetrado con el momento del presente-presente (los “aquí y ya”) al hacer valer la experiencia frente al objetivo del momento en beneficio personal o mutuo.
3. Voluntad. Factor dimensional, facultad del discernimiento y madurez personal en el manejo racional del fin y motivos para obrar, ejecutora del querer libremente atendiendo las necesidades, intereses, expectativas, deseos y pasiones, como factor esencial de la gobernabilidad individual. Esencia vital del desarrollo humano que previene crisis personales y profesionales. Propiedad del ser autoconsciente, racional y ético-moral que confronta con carácter y criterio, motivos y estímulos mixtos en el ejercicio del libre albedrío con actitudes positivas (asertivas) en la direccionalidad de cosas.
4. Creatividad. Inventiva, pensamiento original, imaginación constructiva, pensamiento divergente o pensamiento creativo. Es la generación de nuevas ideas o conceptos, o de nuevas asociaciones entre ideas y conceptos conocidos, que habitualmente producen soluciones originales. Se nutre de la inspiración, intuición; propiedad asequible y ocasional en el continuum de las cosas a nivel individual. Es representación, extensión del mundo de las ideas en dos modelos de la realidad: la inteligible (imagen) y la sensible (cosas). Carga energética de procesos (heurísticos) que tienden a ser “cerrados”, aunque en entornos productivos los imaginarios de las iniciativas originales a nivel individual se validan y llegan a fortalecerse colectivamente. La creatividad ocurre a partir de la recursividad con referencia a las otras tres dimensiones.
De manera que el fuero inmaterial, “ingenerado” de las cuatro dimensiones son las que mueven al individuo interior desde la consciencia que entendemos como “la principal candidata que sostiene la singularidad de los humanos” (Dehaene, 2015, p. 302) al saber que sabemos que sabemos. De esta manera, estas dimensiones son medios para un mayor autoentendimiento del sí mismo y de mirarnos potencialmente “autotrascendentes” (Frankl, 2011), alertas frente a los devenires que se presentan con el correr de los días. Las dimensiones facilitan el mantenimiento del equilibrio entre las Áreas de Concentración Individual, como veremos a continuación, al anticipar, apropiar y llevar a la acción y atender las necesidades, intereses, deseos o pasiones (estímulos) en razón de algo o para algo en las intencionalidades que brotan en la medida que vamos corriendo con la cotidianidad en las tijeras del tiempo.
Las DHA son entonces las disposiciones que orientan los procesos que facilitan, por ejemplo, la trilogía de la Elección (la toma de decisiones), la Responsabilidad (capacidad de respuesta hábilmente) y la Autoridad (autarquía) (ERA) que un individuo interior asume con base en la trilogía de los Valores, Actitudes y las Conductas (VAC), trilogías al interior del SSO que sirven de hilo conductor para el desarrollo de las habilidades transversales y las facultades endógenas que un directivo integral posee y manifiesta según realidades experienciales en la temporalidad de las cosas cotidianas. Así, las cuatro dimensiones son como la luz del individuo interior mientras este ilumina distancias frente a su propia trascendencia, y trabaja hacia la excelencia personal en función y en proalimentación de y hacia su “gran diseño”, ese yo ideal, norte misional que persigue fines continuos en el desarrollo del autoconocimiento mediante el sistema del SSO y, en lo posible, manteniendo las Áreas de Concentración Individual en equilibrio a pesar de las contingencias.
La Elección es la libertad que el individuo interior ejerce frente a la integridad que guía la autoconsciencia en el discernimiento para que, de hecho, esté en capacidad de responder con habilidad (responsabilidad) con base en la intención de la consciencia y la actitud que lo mueve a la acción para consigo mismo o congéneres, al ejercer la Autoridad (el autogobierno) a partir de las virtudes por las decisiones que toma. Los autorrescates del sí mismo son continuos… se mantienen en movimiento en las compensaciones. Estos espacios de reflexión-acción permiten definir el sentido sobre