Maurice Nédoncelle: Una filosofía de la historia. Pedro Antonio Benítez Mestre

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Название Maurice Nédoncelle: Una filosofía de la historia
Автор произведения Pedro Antonio Benítez Mestre
Жанр Документальная литература
Серия
Издательство Документальная литература
Год выпуска 0
isbn 9786079920135



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como un acercamiento a la realidad habido en la experiencia del propio yo tal como aparece a la conciencia. Así vista la fenomenología es una descripción del ser personal a un primer nivel, esto es, al nivel de la apariencia concreta y singular. A la vez esta descripción se abre al dato superior que es el ente, revelando así al yo como ente. Se puede decir entonces que en Nédoncelle la fenomenología es un método de acceso al ser, pero al ser que él considera paradigmático, es decir, el ser personal.

      De entrada, es preciso recordar que Nédoncelle durante mucho tiempo se declaró antimetafísico, rechazando así una concepción de la metafísica corriente en su tiempo y que podríamos identificar como aquel sistema de pensamiento que se aferra a una serie de conceptos heredados de la tradición filosófica, pero que no dan razón del ser concreto. Más adelante Nédoncelle hablará de metafísica, pero dándole otro sentido. De allí que, como dice Burgos, sea “im-

      Si se preguntara por qué Nédoncelle ha rechazado hacer metafísica en el sentido clásico, se encontrará la respuesta en sus observaciones sobre el dato de conciencia. A su modo de entender los conceptos usados por la metafísica no se han creado a sí mismos, sino que dependen del sujeto que los ha elaborado. Sólo un realismo ingenuo creería que el concepto es tal cual la realidad externa. La metafísica que Nédoncelle critica es la que piensa que el concepto con el que se designan los objetos de conocimiento no depende ni en su origen ni en su consistencia del sujeto cognoscente. En realidad, es todo lo contrario, pues cuando la persona conoce, todo parte de su propia experiencia personal, y por tanto se debe decir que la metafísica comienza allí donde empieza el estudio de las experiencias personales. Ciertamente este punto de partida es el más remoto, pero no debe ser descuidado. Nédoncelle lo explica en estos párrafos.

      Los metafísicos evitan ordinariamente entrar en el dominio del psicólogo. No tienen ninguna gana de abandonar el orden de las cosas e ideas impersonales. Quizás esta tímida actitud ha sido una de las razones (y es la menos legítima) por las cuales la psicología se ha podido separar tan fácilmente de la filosofía. Cuando el metafísico se fatiga de especular, ensaya justificar la pausa que se concede creando una pretendida impenetrabilidad de lo cognoscible.

      Se me ha puesto alguna dificultad al método que yo preconizo. Algunos dicen que una metafísica