La comuna de Paris. Hippolyte Prosper Olivier Lissagaray

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Название La comuna de Paris
Автор произведения Hippolyte Prosper Olivier Lissagaray
Жанр Документальная литература
Серия
Издательство Документальная литература
Год выпуска 0
isbn 9789560014177



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Trotsky20 y Stalin21.

       Algunos datos históricos y políticos de la Comuna

      En julio de 1870 estalla la guerra franco-prusiana. En los primeros momentos, Napoleón iii parecía el invasor22, pero las rápidas victorias de los prusianos convirtieron la guerra en un problema de defensa nacional para los franceses. Sin embargo, el proletariado francés, con una visión más clara de la situación, sobre todo los grupos organizados como las secciones parisinas de la Asociación Internacional de Trabajadores, llevaron a cabo un vigoroso ataque a la amenaza de guerra y lanzaron un Manifiesto a los trabajadores de todos los países23, dirigido fundamentalmente a los «hermanos de Alemania» en nombre de la paz, señalando que la guerra sería fratricida y que las divisiones no llevarían más que al triunfo completo del despotismo.

      En Alemania, el joven Partido Social Demócrata, dirigido por Liebknecht y A. Bebel, se abstuvo de votar los créditos de guerra pedidos por Bismarck, pues no podían apoyar al gobierno, pero tampoco la agresión de Napoleón iii. El curso victorioso para los prusianos de la guerra, la derrota y capitulación de Sedán llevó a la caída del ii Imperio (2 de septiembre), y dos días más tarde era proclamada la República con un gobierno provisional de Defensa Nacional24. Gambetta intenta organizar varios ejércitos en el interior y Thiers es enviado a Europa en busca de ayuda. En París, sitiado por los prusianos, era reorganizada y armada la Guardia Nacional, dentro de la cual los obreros representaban una gran mayoría25. Fracasados los intentos de Thiers, derrotados los ejércitos de Gambetta y sitiado el ejército imperial en Metz, el gobierno provisional dimitió y convocó elecciones para la Asamblea que fue elegida en febrero de 1871, después del armisticio entre París y los prusianos.

      La organización que el gobierno de Defensa Nacional hizo de las elecciones a la Asamblea llevó a que esta estuviera formada por una gran mayoría de monárquicos, legitimistas y orleanistas, una minoría de liberales y republicanos y solo cuatro de los candidatos socialistas revolucionarios26: Pyat, Malon, Gambon y Tolain. Después de elegir a Thiers como jefe del gobierno, la Asamblea debía firmar la paz con los prusianos aceptando las condiciones de Bismarck: cesión de Alsacia-Lorena, una fuerte indemnización y la ocupación de París.

      La Guardia Nacional eligió un nuevo Comité Central y mantuvo en su poder las armas y los cañones construidos mediante suscripción pública. Los prusianos entraron en el barrio de los Campos Elíseos, aunque solo ocuparon los fuertes del norte y este de París; la mayoría de la población se retiró a los distritos obreros. Thiers, que había trasladado el gobierno a Versalles, ordenó la evacuación de la administración de la capital. En París quedaron como grupos organizados el nuevo Comité Central de la Guardia Nacional, los grupos sindicales obreros y las secciones de la Internacional.

      Mientras, la Asamblea reunida en Burdeos aprobó una serie de decretos desfavorables a la pequeña burguesía, que acrecentó la indignación del pueblo de París.

      Como afirma Engels27, Thiers «se daba cuenta de que las clases poseedoras estaban en peligro mientras los obreros estuviesen armados». Por lo tanto, después de una «especie de consejo de guerra» según el prefecto de policía Chopin, celebrado el día 17, intenta el golpe de fuerza sobre París. A partir de las tres de la madrugada del día 18, las tropas versallesas ocupan los puntos estratégicos de la orilla derecha del Sena, mientras que varios destacamentos se dirigen a los depósitos de cañones de la capital. El más importante era el de Montmartre, conocido como «Campo polaco». Pero la intervención del comité de vigilancia del distrito xviii, en el que Ferré y Louise Michel eran los principales dirigentes, frena el avance de las tropas del gobierno, y a las nueve de la mañana la derrota de las mismas era total. Thiers había declarado la guerra civil, y el pueblo de París, armado, se disponía a resistir los ataques de las clases poseedoras, representadas por el gobierno de Versalles y el ejército prusiano28. Engels afirmó, en 1891:29 «El carácter de clase del movimiento de París, que antes se había relegado a un segundo plano por la lucha contra los invasores extranjeros, resalta con trazos netos y enérgicos desde el 18 de marzo en adelante».

      El desarrollo económico y social de Francia durante el siglo xix, la progresiva independencia política de los obreros de París y la experiencia de 1848, entre otros factores, hacían que las reivindicaciones de los obreros y del movimiento popular representasen una amenaza contra el orden social y político existente. Esta situación quedaba endurecida al estar los obreros organizados y armados. El 26 de marzo era elegida y el 28 proclamada la Comuna. La mayoría de los dirigentes eran jacobinos y blanquistas y el resto internacionalistas,30 entre los que prevalecían los partidarios de la Escuela de Proudhon31. El día 29 eran organizadas las comisiones de la Comuna en una comisión ejecutiva32 que el 20 de abril quedó constituida por los delegados de las nueve comisiones de la forma siguiente: Finanzas (Jourde, empleado de banca y prudhonista); Guerra (Cluseret, militar adherido a la Internacional); Justicia (Protot, hijo de campesinos, abogado republicano); Seguridad Nacional (Rigault, blanquista); Subsistencias (Viard, empleado de comercio, posteriormente anarquista); Trabajo y Cambio (Léo Frankel, obrero joyero, partidario de Marx); Relaciones Exteriores (Grousset, periodista jacobino y posteriormente socialista oportunista); Servicios Públicos (Andrieu, empleado administrativo, miembro de la Internacional); Enseñanza (Vaillant, ingeniero, doctor en Ciencias y médico, blanquista). De esta manera, tanto los órganos dirigentes como la misma Comuna de París, estaban integrados por las fuerzas populares de la capital.

      Es interesante destacar el papel de las cámaras sindicales. Al final del Segundo Imperio se pueden contar treinta y cuatro sindicatos obreros o cámaras sindicales a los que es necesario añadir cuarenta y tres cooperativas de producción y siete de consumo. Son organizaciones recientes y débiles, que sufren un importante deterioro debido a la guerra y de las que, sobre todo, destaca su colaboración con la Comisión de Trabajo y Cambio, y Frankel en particular33.

      Destaquemos, también, el papel de los clubs34 organizados paralelamente a las cámaras sindicales y a las secciones de la Internacional, y que desde octubre de 1870 ya propagan la idea de formar una Comuna Revolucionaria de París, motivo por el que fueron clausurados. A pesar de ello, su actividad continuó, confeccionando listas de candidatos a la Asamblea, entre los que destacan posteriores dirigentes de la Comuna: Delescluze, Lefrançais, Blanqui, Pyat, Gambon... Uno de los primeros objetivos era la educación política de los ciudadanos, objetivo que queda superado durante la Comuna por el de las necesidades sociales. Denuncian el derecho de propiedad y admiten como necesaria la supresión de todo privilegio35, elaboran numerosos programas sociales como bases para la edificación de la nueva sociedad36, atacan la influencia del clero defendiendo la separación de la Iglesia y el Estado, reclaman la emancipación de las mujeres37 y denuncian la prostitución. Exigen la reorganización de los servicios públicos, reduciendo la administración a la estrictamente necesaria y la reorganización de la policía –algunos incluso preconizan su supresión38-, insisten en la autonomía comunal y en la necesaria unidad de sus miembros. Actitud esta última que hace que acusen de deserción la retirada de los minoritarios (internacionalistas) del Consejo de la Comuna, aunque en más de un punto sostienen concepciones políticas próximas. Otro principio mantenido por los clubs es el de la soberanía del pueblo. Su participación en la defensa de la Comuna es muy importante, aunque crítica en algunos aspectos.

      Por último, resaltemos el papel de las secciones parisinas de la Internacional39. En primer lugar, y como ya hemos indicado anteriormente, los internacionalistas no forman un bloque homogéneo, pues una mayoría es partidaria de las ideas de Proudhon y una minoría de las de Marx, incluyendo algunos blanquistas que colaboran con la mayoría de la Comuna. La Internacional no aparece como organización en el 18 de marzo, aunque destacan en esta fecha dirigentes como Assi, Avrial, Duval y Varlin. En los primeros momentos, las secciones de la Internacional dudan en comprometerse con el Comité Central, y es necesaria toda la autoridad de Frankel para superar las dudas. Otro aspecto destacable son las insuficientes relaciones de las secciones parisinas con el Consejo General de Londres, aunque de esto no puede deducirse, en ningún momento, que Marx