Название | Misioneros en Sudamérica |
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Автор произведения | Daniel Oscar Plenc |
Жанр | Документальная литература |
Серия | |
Издательство | Документальная литература |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9789877984378 |
Los dirigentes de la obra sabían que podían confiar en Reinhardt Hetze y encomendarle las tareas más exigentes. En una ocasión fue enviado por el pastor José W. Westphal a visitar hermanos a fin de confirmarlos en la fe y capacitarlos para la misión. En respuesta a esa invitación se trasladó a Lucas González, provincia de Entre Ríos, donde dirigió la semana de oración, bautizó a ocho personas y celebró las ordenanzas del Señor. Sólo un tiempo después bautizó a otras tres personas en la localidad entrerriana de Ramírez. En 1907, un congreso de la Asociación, de cuya junta directiva formaba parte, puso en sus manos una credencial misionera, como muestra de reconocimiento por el ministerio que voluntariamente desarrolló desde aquella vez cuando abrió su corazón al Señor Jesús y a su Palabra.
En parte por el esfuerzo de Reinhardt Hetze, la iglesia de Crespo extendió su influencia a la localidad de Ramírez, donde habría de surgir una iglesia hija. Uno de los primeros pastores que surgieron en estas tierras, Godofredo Block, la organizó en 1923. Enrique Schneider ofreció su vivienda como lugar de reuniones hasta que en 1939 se construyó la capilla que se usó por más de 20 años. En su vejez, Hetze volvió a ofrecer su casa para el inicio de una escuela adventista.26
“Yo soy tu ángel”
Así transcurrieron 45 largos años de fidelidad y de servicio. Reinhardt sabía que el final de sus trabajos y luchas se acercaba rápidamente. Con mucha fiebre provocada por una septicemia avanzada, fue internado en el Sanatorio Adventista del Plata al cuidado de su nieto Santiago. El lunes de su última semana vivió momentos muy singulares. Con su cuerpo enfermo y una mente intacta lo relató con estas palabras: “Estaba profundamente dormido. De repente me despertó una luz muy brillante. Al abrir los ojos, vi delante de mi cama la figura de un ángel. Era muy alto. Sus cabellos, rubios y largos, caían delicadamente sobre sus hombros. Su vestido era blanco como la nieve. Su rostro brillaba como el sol. Su mirada era tierna y me sonreía amablemente. Cuando quise saber qué era lo que estaba viendo, el ángel me dijo: ‘Reinhardt, no temas. Yo soy tu ángel. Soy el mismo ángel que te acompañó aquel viernes de tarde, cuando en el camino entre el puerto de Diamante y tu casa, aceptaste a Jesús como tu Salvador. Soy el mismo ángel que cerró la boca de los perros para que no te mordieran cuando la gente te echaba de sus casas porque les ofrecías la Biblia. He sido enviado para decirte que así como tu Salvador murió un viernes para entrar en el reposo sabático, el viernes de esta semana serás recogido y dormirás en paz. Ten buen ánimo y confía en el Señor’”.27
El pastor Santiago Bernhardt Hetze narró mucho después su propia vivencia de aquellas horas memorables. “El que esto escribe dormía en la misma habitación. Cuando llegó la mañana, el abuelo me hizo parar en el mismo lugar donde el ángel le había aparecido, y me relató lo que había visto y oído durante la noche. A pesar de que la fiebre alta lo estaba consumiendo visiblemente, el tono de la voz era claro, la mirada inteligente, el pensamiento bien hilvanado, y revelaba una profunda paz interior”.28 Luego hizo llamar a una de sus cinco hijas y a una de sus tres nueras. “Cuando ellas llegaron, en forma admirablemente lúcida y tranquila volvió a relatar la visión con más o menos las mismas palabras, y dio las siguientes instrucciones: ‘Llamen a todos mis hijos. Deseo despedirme de ellos. Que Alejandro (el hijo mayor, en cuya casa el abuelo vivía) compre y traiga el ataúd antes de la puesta del sol el viernes. Deseo que me vistan de blanco, como mi ángel. Llévenme a casa el viernes de noche y pónganme en el lugar donde está mi cama. Quiero ser sepultado junto a mi esposa. Avisen a todos los hermanos de las iglesias de mi fallecimiento. Que el Dr. Carlos Westphal (director del sanatorio en ese tiempo) tenga a su cargo el servicio religioso”.29
Todos sus hijos, menos David que no recibió la noticia a tiempo, se hicieron presentes. “A medida que se acercaba el momento señalado por el ángel aquel último viernes de tarde, el abuelo entraba en agonía. Tenía la mirada fija hacia arriba, y movía las manos como si quisiera correr el velo de algo que le interesaba [...] Con la desaparición de los últimos rayos del sol de aquel viernes 15 de diciembre de 1939, la vida de Reinhardt Hetze, pionero del movimiento adventista en Sudamérica, se apagó pacíficamente. Los servicios póstumos se cumplieron tal como él había pedido”. Una gran cantidad de hermanos y amigos se reunieron en el cementerio de Ramírez el sábado por la tarde cuando Hetze fue sepultado junto a su esposa. Le sobrevivieron ocho hijos, 65 nietos y 49 bisnietos. Sus restos y los de su esposa descansan actualmente en el cementerio de Aldea Jacobi, en el panteón de la familia de Alejandro Bernhardt.
El recuerdo de un misionero
Puede decirse de Reinhardt Hetze: “Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen” (Apoc. 14:13). En la opinión de una de sus nietas, el abuelo había sido un gran misionero que condujo a muchas personas a Cristo y a la iglesia. Tuvo el privilegio de ser autorizado a bautizar a muchos de ellos. Vivieran cerca o lejos, hubiera buen tiempo o lluvia y frío, nada impedía a los Hetze dirigirse a la iglesia para adorar al Creador. Como era frecuente entre los primeros adventistas de Sudamérica, Reinhardt fue un hombre dadivoso y entregado. Envió dinero en 1905 para la adquisición de una imprenta en Chile. En 1906 participó de una memorable reunión en Gualeguay donde se decidió la creación del Sanatorio Adventista del Plata. Tal vez no disponía de dinero, pero prometió donar una cuadra de lino para el proyecto. Su espíritu misionero se perpetuó en muchos de sus descendientes, dado que más de 50 de ellos han trabajado o trabajan como obreros en la causa de Dios.
Francisco H. Westphal lo consideró un apóstol. Su hermano José W. Westphal escribió acerca de él: “Por muchos años sirvió como uno de nuestros cuidadosos y eficientes ancianos”.30 Para el adventismo sudamericano, fue un ejemplo de lo que todo verdadero creyente debe ser en este tiempo, un defensor y propagador entusiasta del evangelio de Jesucristo.
21 Reinhardt Hetze nació el 21 de enero de 1851, en Dreispetz, Saratow, Rusia, y murió el 15 de diciembre de 1939, en el Sanatorio Adventista del Plata, pocos días antes de cumplir 89 años.
22 María Gerlach de Hetze nació el 8 de septiembre de 1856 y falleció el 8 de septiembre de 1911, a la edad de 55 años. El Dr. Roberto Habenicht habló en la casa de duelo. Reinhardt y María se habían casado en 1873.
23 Gottlieb Hetze (1848-1927), también nacido en Dreispetz, sobre el río Volga, en Rusia, emigró en 1883 a los Estados Unidos, donde vivió en Kansas y en Oklahoma. Falleció en Okeene, Oklahoma.
24 Reinaldo Hetze, La revista adventista, 30 de enero de 1933.
25 Los hijos de su primera esposa fueron David, Santiago, Alejandro, Amalia, Catalina, Julia, Emilia y Ana. David se casó con María Nuss, Alejandro con Paulina Lust, Amalia con Juan Ziegler, Catalina con Andrés Lerke, Julia con David Heinitz, Emilia con Godofredo Klos y Ana con Alfredo Bernhardt. Reinhardt volvió a casarse con María Schott.
26 En 1961, el anciano pastor Godofredo Block condujo una serie de conferencias bíblicas a lo largo de seis meses. Al concluir se había organizado una Escuela Sabática de 100 miembros y se impulsó la construcción de un nuevo templo, que habría de inaugurarse en 1964.
27 Santiago