Название | Misioneros en Sudamérica |
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Автор произведения | Daniel Oscar Plenc |
Жанр | Документальная литература |
Серия | |
Издательство | Документальная литература |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9789877984378 |
13 La Enciclopedia Adventista informa que la primera iglesia de Sudamérica fue organizada en Georgetown, Guyana Británica, en 1887.
14 Probablemente entre 1895 y 1906, cuando se levantó la capilla de ladrillos en otro lugar. No existe de la primera capilla ni siquiera un registro fotográfico.
15 Juliana María Weiss de Riffel (1880-1963) nació en el oeste de Polonia. De niña emigró al Brasil con sus padres, Valentín Weiss y Ana Carlota Hammer. De ese país volvieron a trasladarse a la Argentina. Se casaron el 22 de julio de 1896.
16 Santiago (1897-1972), David (1898-1972), Daniel (1901-1972), María Luisa (1903-1963), Samuel (1904-1975), Enrique (1905-1994), Juan (1907-1987), Jonatán (1908-1996), Jorge (1910-1994), José (1911-2006), Andrés Hipólito (1912-1997), Benjamín (1914-1998), Rosita Elisa (1918-1994), Ana (1920-2001). Dos hijos fallecieron en la niñez: Daniel, (en 1901) y Alejandro (en 1916).
17 La pieza de los Riffel era la primera del lado izquierdo, a la entrada de la residencia. David Riffel había donado mil pesos cuando se construía el hogar de varones.
18 Juan fue director de departamentos en la Unión Austral y en la División Sudamericana. Daniel llegó a ser Diputado Provincial. Jorge fue pastor en Ecuador, Perú y Argentina. José trabajó en Argentina, Chile, Perú y Uruguay. Andrés Hipólito fue ahijado del presidente de la república, Dr. Hipólito Irigoyen. Fue pastor, trabajó en instituciones educativas, en la dirección de departamentos y en la administración, tanto en la División Sudamericana como en la División Interamericana. Trabajó en Argentina, Chile, Uruguay, Cuba, Costa Rica, Puerto Rico, Colombia y los Estados Unidos. Benjamín fue director de publicaciones y de otros departamentos en la Unión Austral, en Perú y promotor de ventas de la Pacific Press, en California.
19 El presidente de la Asociación era N. Z. Town, el vicepresidente J. W. Westphal, secretario y tesorero Arturo Fulton.
20 E. H. Meyers dirigió la obra de publicaciones de la División Sudamericana entre 1923 y 1927 (Meyers, 30).
Capítulo 2
Reinhardt Hetze
“Hábleme de la verdad”
Reinhardt Hetze fue uno de los primeros adventistas de Sudamérica y la primera persona en aceptar el mensaje por el trabajo misionero de Jorge H. Riffel. Su casa, ubicada en la confluencia de los arroyos Gómez y Ensenada, cerca de la actual Universidad Adventista del Plata, fue el escenario de la primera reunión bíblica celebrada por los adventistas del séptimo día en el territorio de la División Sudamericana. Con sus recién llegados compatriotas ruso-alemanes, Hetze guardó su primer sábado. A ese mensaje que decidió abrazar en esa ocasión habría de dedicar el resto de su vida. Fue anciano de iglesia por 30 años y un ferviente misionero.21
El viaje hacia la fe
Reinhardt Hetze y María Gerlach se habían casado en 1873. Dejaron Rusia en 1887 y se radicaron en la República Argentina22, mientras que el hermano mayor de Reinhardt, llamado Gottlieb, había emigrado a los Estados Unidos. Gottlieb Hetze se hizo adventista en Kansas y regresó a Rusia como misionero de sostén propio. Con posterioridad fue ordenado al ministerio y se desempeñó como evangelista y director de departamentos. Por 20 años trabajó incansablemente en las aldeas alemanas a lo largo del río Volga. Luego de su traslado definitivo a los Estados Unidos continuó ayudando a la gente de Rusia con ropa, dinero y publicaciones.23 Es posible que Reinhardt haya conocido las doctrinas adventistas por medio de su hermano Gottlieb, antes de su decisivo encuentro con Riffel. Lo cierto es que todavía no estaba resuelto a practicarlas y difundirlas.
El relato que Reinhardt Hetze hizo a la revista de la iglesia sobre esa etapa importante de su vida es sencillamente conmovedor: “Antes que el hermano Riffel volviera de Kansas, Estados Unidos, recibí una carta de mi hermano que vivía allí y también otra del hermano Riffel, en la que me decían que este último vendría para traernos la verdad del sábado. Yo vivía a dos leguas de la Aldea Protestante, cerca de Diamante. Cuando supe que había llegado enganché mi caballo y fui a verlo. Empezó a hablarme de mi hermano, pero yo le dije: ‘No me hable de mi hermano; hábleme de la verdad’.
“Un vecino dijo: ‘El no ganará nada aquí en la Aldea Protestante’. Yo le respondí: ‘Ya me ha ganado a mí’. El segundo día vino la gente a mi casa. Había 60 presentes. La primera persona que gané fue mi esposa. Luego tuvimos reuniones todas las noches. Dimos estudios bíblicos y predicamos por todas partes. Al llegar el pastor Francisco Westphal empezó a trabajar y pronto ganamos 120 miembros y nos dividimos en dos iglesias, a saber, Diamante y Ramírez”.24
Hetze se sentía feliz de observar el cuarto mandamiento a pesar de la renuencia inicial de su esposa. No por ello dejaba María de acompañar a su esposo en sus momentos de oración bajo un árbol cercano. Se cuenta que en una ocasión María preparó la masa para el pan en sábado y Reinhardt volcó decididamente la masa cruda para que la comieran los cerdos. No es posible saber cuándo y dónde fueron bautizados, pero es bien probable que Reinhardt y María hayan sido bautizados juntos por el hermano Jorge Riffel.
Instrumento de bendición
Hetze había demorado su decisión hasta la venida de Riffel, pero una vez tomada comenzó a compartir su fe con todo aquel que quisiera escucharlo. Muchos lo vieron como un mensajero del cielo y aceptaron gustosamente sus palabras, otros lo ridiculizaron y menospreciaron. Fue tratado como loco, incluso fue atacado por perros, pero su ánimo nunca decayó por ello. Algunas veces sus opositores fanáticos le tendieron trampas en el camino para hacerlo caer. Otras veces tiraron piedras sobre los techos de las casas para interrumpir las reuniones. No faltaron quienes soltaron los cerdos de los chiqueros para producir escándalos en los patios de las casas donde daba sus estudios bíblicos.
El hermano Hetze no era un pastor reconocido o un conferenciante ilustrado. Como lo había hecho en Rusia, nunca dejó de trabajar la tierra para sostener a su esposa y a sus ocho hijos.25 Su trabajo le permitió ser generoso con la iglesia, sus instituciones y la comunidad. Fue de invalorable apoyo para la iglesia y su misión. Cuando terminaba la cosecha, el agricultor se transformaba en predicador y salía con su carro a hacer visitas en el vecindario y en las poblaciones cercanas a fin de compartir el evangelio. Creía que Cristo vendría muy pronto y sentía la urgencia de proclamar el advenimiento de su reino. Al tiempo se unió a los creyentes radicados en Aldea Jacobi para formar con ellos la primera iglesia de la División Sudamericana.
Los Hetze abrieron primero su casa para las reuniones de la iglesia, luego donaron tierras donde los