Название | Volviendo al Caribe |
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Автор произведения | Mukien Adriana Sang Ben |
Жанр | Документальная литература |
Серия | |
Издательство | Документальная литература |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9789587463170 |
El tipo de actividad creó las condiciones bajo las cuales se sometían a los esclavos y en todas ellas reinó la más increíble crueldad, desarraigo e inhumanidad imaginable. No se puede decir, en honor a la verdad, que hubiera una esclavitud más benigna que otra, que se dieran casos de amos más humanitarios que otros, pues el solo hecho de estar privado de la libertad, de pertenecer a otro, es ya de por sí la mayor de las calamidades […]37.
Como puede verse, el sistema de plantaciones, ya en el Caribe inglés, ya en el Caribe francés, holandés o español, constituyó no solo un modelo económico, sino que tuvo un impacto grande en la conciencia, en el imaginario de las poblaciones de esas tierras, dominadas por asalto por señores pertenecientes a imperios europeos, que por haber nacido en la llamada civilización, se sentían los dueños del mundo para conquistar, apropiarse de lo que no era suyo e imponer uno de los modelos más cruentos e injustos que se haya conocido en la humanidad.
Retomamos el interesante ensayo del colega y muy querido amigo Wenceslao Vega38 titulado “El cimarronaje y la manumisión en el Santo Domingo colonial. Dos extremos de una misma búsqueda de libertad”. En este apartado hablaremos del paso de la economía de plantación azucarera a la economía del hato. Comienza su planteamiento indicando que en el siglo XVIII en el Santo Domingo colonial hubo un cierto aumento poblacional a partir de 1718, una vez se superó la crisis producida con las Devastaciones de Osorio un siglo antes. El ligero aumento fue el producto de la renovación de la producción azucarera, que siguió aumentando hasta que hubo una gran corriente migratoria hacia otras colonias cuando se firmó el Tratado de Basilea de 1795. La salida casi abrupta de los azucareros provocó la necesidad de buscar alternativas de subsistencia. Por esta razón se inició la economía del hato ganadero. Había grandes diferencias:
En la plantación existió un conglomerado poblacional central, donde estaba el ingenio propiamente dicho, con sus calderas, hornos y demás maquinarias, los almacenes, oficinas, casas de los capataces y técnicos, casa del amo […] los barracones de los esclavos, los corrales de los animales, las bodegas y otros almacenes para las piezas de las maquinarias y los de los productos terminados. Allende […] estaban los campos de caña sin un árbol […] Todo lo que había en la plantación tenía un uso, no había áreas ni terrenos baldíos, pues a todo había que sacársele provecho39.
El hato, a diferencia de la plantación azucarera, era una gran extensión de sabanas donde crecían libremente la hierba y los árboles, ofreciendo sombra a los hombres y las bestias. Los requerimientos eran mínimos:
Una casa, choza apenas, para el amo, algunos cobertizos para dormir los animales, y en derredor, dispersas chozas más rústicas aún para los peones y los esclavos. Cerca de la casa del amo, algún conuco u hortaliza para la manutención de todos. Lo demás eran extensos pastizales sin cercas ni empalizadas que los dividieran, donde vagaba suelto el ganado. A lo lejos […] las monterías que escondían el ganado escapado, llamado también cimarrón y donde solo muy de vez en cuando se penetraba para buscar esas reses […]40.
Vega también establece una gran diferencia en el régimen de propiedad entre el hato y las plantaciones. Afirma que el hacendado azucarero necesitaba un título específico y claro sobre el derecho de propiedad de la tierra, como también la especificación de la extensión de la tierra poseída. El título de la tierra provenía de cédulas reales dadas por la corona o sus representantes; mientras que el hatero ocupaba tierra marginal, de poca calidad, pero de mucha extensión, y donde primaba el sistema de los terrenos comuneros.
Finaliza esta parte de su intervención diciendo que existió una gran diferencia entre el trato al esclavo de plantación y del hato ganadero en la colonia española de Santo Domingo durante los siglos XVII y XVIII, sin que esto signifique que hubo caridad o benevolencia, sino que fue el fruto obligado de diferentes modos de producción y estilos de vida.
Wenceslao Vega llega a la misma conclusión de los demás historiadores: en el Caribe hispano el modelo de plantación no tuvo las mismas características que en los demás caribes. En el caso dominicano, la plantación fue mucho más corta que en Puerto Rico y Cuba. Nació, creció, se desarrolló y pronto desapareció, dejando espacio para el nacimiento de una nueva forma de economía: el hato ganadero; modelo económico que fue a todas luces, dentro de la perspectiva estrictamente económica, un retroceso.
La verdad es que el tema de las plantaciones ha permitido indagar, husmear, buscar explicaciones. Este Caribe nuestro, muy nuestro, es definitivamente fascinante y rico.
Plantaciones en el Gran Caribe
Aunque las reflexiones de Frank Moya Pons son recientes (2008), completas y exhaustivas, quise seguir indagando, incluso a reflexiones anteriores a las suyas. Era mi forma de aprender y entender cómo se analizaba el fenómeno de las plantaciones al calor de su propio desarrollo. Quise también conocer la perspectiva analítica de investigadores del Caribe continental, porque su perspectiva es distinta a la nuestra desde las islas. Así, buscando nuevas explicaciones y nuevos estudios localicé un interesantísimo ensayo del profesor Manuel Uc Sánchez, de la Universidad Autónoma de Yucatán, titulado “La plantación caribeña como modelo de análisis” que terminó de escribir en 1994.41 Lo interesante de este trabajo es que se presenta desde la perspectiva continental del Caribe, específicamente desde la península de Yucatán:
Este trabajo, propone un aparato teórico metodológico que intentará analizar, en el ámbito caribeño, la inserción de la península yucateca, que por su proximidad geográfica ha estado, desde épocas remotas, en constante interacción con el acontecer político, social y cultural de la región y en mayor proporción con la isla de Cuba, que por su cercanía geográfica propició constantes intercambios en diversos renglones de nuestras relaciones. Por ello, y con el concurso de los factores geográficos, económicos y políticos e históricos, la península de Yucatán, cuya predominancia étnica maya guarda aún vigencia, localizó a manera de ámbito propio de su explanación, a la región Caribe42.
El autor defiende la tesis de que el Caribe no debe analizarse como una unidad que solo abarca a las islas grandes, pequeñas y minúsculas que están situadas en el centro del mar Caribe, sino también a los territorios continentales que están bañados por sus aguas, pues esta peculiar situación geográfica ha marcado también las identidades de esos países, como México, Colombia, Venezuela, Nicaragua, Honduras, Costa Rica, Guatemala y Panamá:
El concepto de región en sí, ha tenido una gran variedad de acepciones que aunque han enriquecido su significado, también la han saturado de ambigüedades […] para los fines de este trabajo sugerimos que el concepto de región se entienda como una categoría de análisis, pues aunque pudiera existir el riesgo de constreñir la compleja realidad que nos proponemos analizar a los límites de una definición […] porque entendemos que la aproximación objetiva a la realidad es un problema práctico en el sentido que adquiera como actividad humana y que lleva implícitamente la transformación del objeto, que puede ser físico, social, cultural [….]43.
Visto así, la región caribeña para este autor es el llamado Gran Caribe. Fundamenta sus argumentos en obras esenciales. Se auxilia del libro de Juan Bosch De Cristóbal Colón a Fidel Castro para plantear que el concepto Caribe tiene que analizarse como una noción en la que intervienen factores de tipo económico, político, por lo que esa gran región ha vivido en constantes disputas de las grandes potencias occidentales, principalmente europeas, hecho que, sin duda, repercute en los perfiles sociales, económicos y políticos del área. De este planteamiento, dice el profesor Uc Sánchez, se desprende