Название | Chile 1984/1994 |
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Автор произведения | David Aceituno |
Жанр | Документальная литература |
Серия | |
Издательство | Документальная литература |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9789561709225 |
Teniendo en consideración lo anterior, la estabilidad del sistema democrático que se establezca exige el compromiso solemne que contraen todos los que firmen o adhieran a este documento, de realizar la acción política del futuro dentro de un espíritu de lealtad democrática, aplicación efectiva de la ley y respeto mutuo, compatibilizándola con los principios institucionales, económicos y sociales aquí señalados. Solo de esta manera se garantizará la gobernabilidad del país y la efectiva transición hacia una democracia plena
(…) El restablecimiento de la Democracia hace indispensable el que todos los chilenos tengan el derecho de expresar su pensamiento y asegurar sus libertades dentro de un régimen constitucional que contemple, al menos, los siguientes aspectos:
1. Elección por votación popular de la totalidad del Congreso Nacional, con claras facultades legislativas, fiscalizadoras y constituyentes.
2. Un procedimiento de Reforma Constitucional que, reconociendo la necesaria estabilidad que debe tener la Carta Fundamental, haga posible sus modificaciones y en caso de desacuerdo entre el Ejecutivo y el Congreso, someta la reforma a plebiscito33.
El marco entonces estaba establecido y la oposición inicia el proceso de organización para vencer al Dictador en las urnas.
3. Jarpa y las derechas.
Como hemos visto anteriormente, el necesario giro aperturista de la Dictadura, sumado a la reorganización de la oposición y la urgente necesidad de preparar la Transición propuesta por el Régimen, será el marco sobre el cual se comenzará a componer las nuevas derechas. Con Sergio Onofre Jarpa como un actor relevante y quien guiaría las negociaciones frente a un posible término del receso político, las diversas organizaciones de derecha, todas bastante fragmentadas y con poca capacidad de cohesión orgánica, iniciarán su proceso de conformación34. La división fundamental de la derecha en ese momento fue asumir la institucionalidad vigente y su desarrollo o la propuesta del plan Jarpa, aunque también se debe señalar que la experiencia de 1970 fue gravitante para los grupos de derecha más tradicional35.
Desde 1983, los partidos de derecha, en especial Nueva Democracia (gremialistas, que luego se sumarían a la Unión Demócrata Independente, UDI) y la derecha más tradicional, comenzaron a prepararse con acciones concretas. Así ocho ex parlamentarios del Partido Nacional, fundaron el Frente Constitucional para la Democracia, meses antes se formó otro pequeño partido denominado Juventud Republicana.
Las posiciones no eran de consenso y muy pronto el gremialismo comenzó a lanzar duras criticas a los adherentes al Régimen. De esta manera el 24 de Septiembre de1983 nace la Unión Demócrata independiente, fundada por Jaime Guzmán, Sergio Fernández, Javier Leturia, Guillermo Elton, Pablo Longueira y Luis Cordero, quienes se describían como independientes y gremialistas, además reconocen en la figura de Jarpa en el Régimen el catalizador para que su organización se convirtiera efectivamente en un partido una vez estos se legalizaran. En su declaración de principios dan cuenta de su apoyo al movimiento militar del 11 de septiembre de 197336 y la economía de mercado, declarando su resuelto anticomunismo. En términos concretos, valida la transición propuesta en la Constitución de 1980, aunque reconocen que el Régimen debe ser decidido impulsor de una vía pacífica y gradual para alcanzar la democracia. De esta manera, aunque se reconocen cercanos a la Dictadura, se declaran independientes de juicio, por ejemplo, proponen la necesidad de adelantar la instalación del Congreso Nacional con el fin de darle un mayor impulso a la transición, todo lo cual denotaba un cierto grado aperturista que no gustaba en las filas de la derecha más tradicional.
Por otra parte, el mismo año (1983) se crea el Movimiento de Unión Nacional (MUN), organización dirigida por Andrés Allamand, publicando su primer manifiesto el 27 de octubre, declarando que buscaban propiciar una democracia representativa estable y eficiente, libre de totalitarismos y ajena a los “vicios“ del pasado. La mayoría de los firmantes eran ex miembros del Partido Nacional (PN). De manera similar a la UDI, apoya de manera independiente a la Dictadura buscando en todo caso renovar la política. La diferencia sustancial con la UDI, es que en el caso del MUN se buscaba que esta nueva organización fuese el espacio natural para la derecha tradicional, en especial los miembros del PN, sin que esto significara un renacimiento del antiguo partido.
El surgimiento de estas nuevas organizaciones de derecha, también agregaron una nueva tensión a la Dictadura, ya que debía aprender a relacionarse con ellas. Las dinámicas que a partir de 1984, como hemos visto, se instalarán en el país, agregarán además otros desafíos, en especial en lo referido a su actuación con la oposición y el camino a la transición, que fueron iniciados de manera irreversible con la llegada de Jarpa al Régimen.
Tanto la UDI como el MUN no se sumaron de manera irrestricta al Plan Jarpa y demostraran su vitalidad propia, generando fuertes disensos, aunque también se alcanzaron relevantes consensos. Por ejemplo, mientras la UDI apoyaba de manera irrestricta —no sin críticas obviamente— el camino aperturista emprendido por el Régimen y sus transición, colocándose taxativamente contra la oposición que no quería una transición con Pinochet. Por su parte, el MUN comenzó a acercarse a posturas más moderadas y de centro y por lo tanto, cercanas a la oposición.
Otro ejemplo de esta compleja reorganización de las derechas, será la creación del denominado “Grupo de los ocho“ formado a comienzos de l984 por grupos de centro-derecha. En este grupo participó también el MUN y la UDI (aunque en postura de defensa de Pinochet). Entre sus acciones más relevantes estuvo la reunión con Sergio Onofre Jarpa, a quien entregaron una “propuesta democrática“ que incluía adelantar las leyes políticas.
Hacia 1986, el contexto y la cercanía a las elecciones hicieron cambiar la estrategia de la fragmentada derecha, donde el plebiscito se abría paso como un objetivo central. 1987 será también un año clave, ya que entra en vigencia la ley de partidos políticos, con lo cual se comienza a hacer un llamado imperativo a la Unidad, al menos así lo consideraba el MUN y en menor medida la UDI. Tras una conversación con Jarpa, el MUN apostó por la Unidad desestimando la “tercera vía“ en la derecha y apostando por crear un programa conjunto con las otras organizaciones de derecha, donde esta la UDI. Esta nueva postura tendrá como resultado el nuevo referente, Renovación Nacional (RN), considerada como la verdadera síntesis de la derecha política del Régimen, alcanzando así la anhelada unidad. Obviamente las diferencias de las “derechas“ no tardarán en resurgir, lo que habla de una reunión coyuntural, que luego del Plebiscito y el retorno a la democracia no tardarán en deshacer nuevamente, planteando nuevos desafíos a la derecha37.
4. El Triunfo de la oposición.
Si es que existe un hito reconocido internacionalmente que describa el retorno a la democracia en Chile, este es con toda seguridad el plebiscito de 1988. En él se conjugó la “mística“ de la oposición a Pinochet que reunida en la Concertación de Partidos por la Democracia, bajo una bandera multicolor, proyectaron comunicacionalmente que la “alegría vendría“38. Sin embargo, como hemos visto, si bien este es un hito de suma relevancia, forma parte de un proceso histórico más largo y complejo.
Se debe señalar que incluso en los estudios que precedieron al plebiscito, como el realizado por Manuel Antonio Garretón, importante intelectual de oposición, no se desbordaba el optimismo. El planteaba que la lucha en las urnas era el resultado de una derrota al no haber podido conseguir la transición “desde arriba, ni desde abajo“ debido en parte a que la oposición no había sido capaz de transformar su fuerza social en una propuesta de transición, por lo que el plebiscito representaba la mejor oportunidad para salir del régimen, incluso ganando el Sí a Pinochet. Según él, si ganaba la oposición o el propio régimen, se desencadenarían “dinámicas de transición“ y enfatizaba, que esto era positivo aunque no se pudiese asegurar ningún resultado39. En definitiva lo más positivo del plebiscito era la “oportunidad“ para enfrentarse electoralmente en un espacio regulado institucionalmente.
Frente a esta “fragilidad“ de la lucha en las urnas contra el dictador, el mejor mecanismo para