Dragonomics: integración política y económica entre China y América Latina. Carol Wise

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Название Dragonomics: integración política y económica entre China y América Latina
Автор произведения Carol Wise
Жанр Зарубежная деловая литература
Серия
Издательство Зарубежная деловая литература
Год выпуска 0
isbn 9789972574801



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Al igual que muchos gestos de la diplomacia china, la designación de un país como SE está abierta a interpretaciones. Aunque la práctica de China de nombrar países como SE empezó en 1993, no existe una lista formal de SE de China, dado que los funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores temen que «ello podría llevar a confusión e innecesario descontento para países importantes que no están considerados como socios estratégicos de China» (Zhongping & Jing, 2014, p. 8)5. El uso que hago del término aquí sigue la línea del trabajo de Yanran Xu, quien extrae una definición a partir de los discursos del ex primer ministro Wen Jiabao: «estratégico» significa que la cooperación es de largo plazo y estable, y que transciende la ideología y los eventos particulares; «socio» sugiere que el vínculo entre China y un país determinado es mutuamente beneficioso, una relación en la que ambos lados ganan, y que se ha establecido en condiciones de igualdad (Xu, 2017). En el capítulo 1, defino claramente la naturaleza de la integración de China con estos SE y analizo los efectos de este involucramiento a través de la lente de diversas teorías y modelos de desarrollo económico. Pero, antes de ir al meollo del tema, permítaseme dar mi propia interpretación sobre los debates antes mencionados.

      ¿Es China simplemente un amigo oportunista?

      En este punto, se ha vuelto costumbre recitar de paporreta la información que confirma que la relación entre China y ALC es mucho más que un capricho pasajero. De hecho, en el prefacio recurrí a ese enfoque relámpago. Ahora, permítaseme replantear el argumento que recorre todo el libro. China, pese a proyectar la imagen de un inmenso Estado asiático desarrollista, enfrenta graves limitaciones en cuanto a recursos naturales. Lo más apremiante son sus urgentes necesidades de alimentar a la población doméstica más numerosa del planeta y de adquirir los recursos para impulsar la que pronto será la más grande economía a nivel mundial. Por necesidad, China ha internacionalizado su estrategia de desarrollo. Lo que empezó como la promoción de Deng Xiaoping de la estrategia de «reforma y apertura» del Partido Comunista de China (PCCh) a finales de la década de 1970, ha evolucionado gradualmente hacia un modelo de desarrollo que se basa en la incorporación de EE selectas, ricas en recursos y ubicadas en África, el Sudeste Asiático y, cada vez más, en América Latina. Esta estrategia internacionalizada de desarrollo ha sido posible gracias a la acumulación por parte de China del más alto nivel de reservas en divisas, que en marzo de 2019 se ubicaba en US$ 3,09 billones. El estatus singular de China como EE que a la vez ostenta abundancia de capitales refleja su tenaz búsqueda de un modelo de desarrollo impulsado por las exportaciones –muy parecido a las estrategias empleadas por Japón y Corea del Sur en el pasado–, basado en una enorme reserva de mano de obra barata, bajo consumo doméstico, una moneda subvaluada y, en el caso de China, enormes economías de escala. Sin embargo, al igual que en Japón y Corea del Sur, este enfoque ha llegado a su fin en China. Con los resultados variados y la saturación de la inversión doméstica en grandes proyectos industriales y de infraestructura, los gestores de políticas y empresarios en China actualmente se ven en apuros para encontrar un uso más productivo y eficiente para esos fondos. En momentos en que los bancos multilaterales de Occidente se enfocan en la reducción de la pobreza y en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, China ha entrado a financiar proyectos que llenan brechas cruciales de infraestructura en otras EE como parte de su propia estrategia internacionalizada de desarrollo (Gallagher, 2016).

      Bushra Bataineh y sus colegas estiman que los préstamos de China para proyectos de infraestructura se han incrementado «de una cuarta parte del sector de préstamos para el desarrollo en 2002 (medidos en activos totales) a más de tres cuartas partes de este monto en 2016» (Bataineh, Bennon, & Fukuyama, 2018). Estos mismos autores señalan que el enfoque de China hacia las inversiones en infraestructura en el exterior es una derivación del crecimiento del país a nivel doméstico durante los últimos 30 años y, contrariamente a los prestamistas occidentales, los proyectos de China «son evaluados más por su impacto que por la viabilidad específica del proyecto en cuestión». Como tales, estos proyectos de infraestructura están estrechamente vinculados a la producción de bienes y a la extracción de recursos que a continuación son enviados para estimular el desarrollo en China. El énfasis de China en el comercio, préstamos e IED relacionados con todos los aspectos de la extracción de recursos del exterior refleja su continua condición de EE.

      Según datos oficiales de China, el grueso del ingreso de IED proveniente de este país hacia América Latina es canalizado a través de las Islas Caimán y las Islas Vírgenes Británicas, principalmente para efectos tributarios, lo cual dificulta estimar el monto preciso que ha sido invertido realmente en cada país. En consecuencia, me baso en datos compilados por Enrique Dussel Peters en la Universidad Nacional Autónoma de México en Ciudad de México (Dussel Peters, 2018b). En cuanto al país de destino, los mayores beneficiarios han sido Brasil, Perú y Argentina, en ese orden (tabla I.2). En promedio, las materias primas representaban cerca del 60 por ciento de la IEDS de China hacia ALC en el período 2000-2017; la IEDS de China en manufactura fue menor hasta el año 2017, cuando se incrementó casi 14 veces por encima del nivel que ostentaba en 2010 (tabla I.3). La IEDS de China en servicios se intensificó en 2016, promediando un 33 por ciento del total entre 2000 y 2017. La asistencia de China hacia ALC fue de aproximadamente US$ 560 millones en 2013, fondos que fueron asignados en una combinación de subvenciones tradicionales y préstamos blandos o sin intereses (Stallings, 2016, p. 78).

      En el intervalo 2010-2019, varios países de ALC han recibido asimismo préstamos de dos grandes bancos de desarrollo chinos, el Banco de Desarrollo de China (China Development Bank, CDB) y el Banco de Importación y Exportación de China (Export-Import Bank of China), cuyos compromisos conjuntos hacia ALC desde el año 2005 ascienden a unos US$ 150.000 millones (Gallagher & Myers, 2019). Solo durante el año 2015, los préstamos a América Latina provenientes de estos bancos de desarrollo chinos fue casi el doble de los fondos combinados totales prestados a la región por bancos multilaterales de Occidente (Ray, Gallagher, & Sarmiento, 2016). La mayoría de los proyectos que China ha financiado en ALC tienden a hacer uso intensivo de capital, con enormes economías de escala y altas barreras de salida. Ejemplos de estos proyectos incluyen la construcción de ferrocarriles y represas en Argentina; una represa, carreteras, puentes y hospitales en Ecuador; y la modernización de importantes puertos en Brasil, México y Perú (Aisch, Keller, & Lai, 2015). Activos fijos, elevados costos indirectos y empresas mixtas son otros rasgos del rápido crecimiento de los vínculos entre China y ALC. Dado el caos político y económico en que ha sucumbido Venezuela, un proyecto auspiciado por China para la construcción de un ferrocarril de alta velocidad colapsó a mitad del proceso. Stephen Kaplan y Michael Penfold reportan que «los talleres del ferrocarril ubicados a los lados del corredor de la construcción fueron saqueados para llevarse los generadores de energía, computadoras, revestimientos metálicos y cables de cobre» (Kaplan, & Penfold, 2019, p. 27). No obstante, «elefantes rojos» chinos como este no desmerecen el hecho de que el compromiso de China con la región de ALC es de largo plazo y que ahora forma una parte integral de su propia estrategia internacionalizada de desarrollo (Kynge, Peel, & Bland, 2017).

      Tabla I.2

      Flujos de salida de la inversión extranjera directa de China hacia América Latina

2000-2005201020142015201620172000-2017
Argentina
Número