Название | No me olviden |
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Автор произведения | Rodrigo Fica |
Жанр | Сделай Сам |
Серия | |
Издательство | Сделай Сам |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9789560950611 |
Lo que sí, agregarlas ocasiona subjetividades adicionales; especialmente cuando el accionar de sus víctimas se localiza en la imprecisa frontera que separa la acción Trail Running de la del Montañismo o Excursionismo. Una complicación que solo puede resolverse evaluando caso a caso y sin perder de vista el principio desarrollado en la sección anterior: que lo relevante para el estudio no es lo que las víctimas “son” o “dicen que son”, sino lo que “hacen”. Por lo tanto, más allá que uno de sus ejecutantes sea o se considere turista, cliente, corredor, policía, esquiador o militar, e independientemente a sus motivaciones, experiencia, certificaciones o entrenamiento... si este se adentra en un ambiente de montaña con un accionar que la mayoría de los expertos reconocería como propios del, digamos, Trail Running, entonces la actividad se catalogará como eso; Trail Running (ídem para Montañismo o Excursionismo).
Un ejemplo que ilustra bien este tipo de dificultades es el incidente de Joaquín Castillo y Vicente Charpentier en el cerro Provincia el año 2016. Quienes se movían, al menos inicialmente, según una estética que el grueso de la comunidad identificaría como propia del Trail Running. No obstante, en la medida que ellos ganaban altura, y las condiciones se hacían marginales, la problemática de su actividad se iba haciendo crecientemente similar a la que enfrentan quienes hacen montañismo. Lo que deriva en el dilema de decidir cuál de las dos acciones aquí es la prevalente, conformando un ejercicio que no es trivial y en donde cualquier respuesta alcanzada es válida e insatisfactoria al mismo tiempo (al final, se catalogó como Montañismo).
10. Causa
Dato coyuntural del caso que registra el motivo de muerte de una persona.
Estructurar esta información tampoco es expedito debido a que habitualmente el deceso de un individuo no se produce por una causa puntual, sino que es el resultado de un conjunto interrelacionado de variables que se van temporalmente desarrollando en serie y en paralelo. Por ejemplo, si una persona se desplaza en medio de una tormenta y pierde la vida “congelada” (como se diría coloquialmente), lo más probable es que su fallecimiento no se deba exclusivamente a las bajas temperaturas, sino que a la conjunción de varios factores que actúan simultáneamente (tales como el viento blanco, la vestimenta, el cansancio, la hidratación, etcétera).
A lo que se suma otro problema: que la mayoría de los modelamientos típicamente usados para registrar causales de accidentes tienen una deficiente aplicación en las situaciones que ocurren en los ambientes de montaña. Ya sea porque provienen de contextos donde no existe la interacción riesgosa (el mundo de la seguridad industrial), son específicas a las actividades que les dan origen (siendo que esta investigación aglutina heterogéneas expresiones), se centran en diferenciaciones excesivamente teóricas (al separarlas entre inmediatas y contributivas), utilizan marcos conceptuales incompatibles con esta investigación (como aquellos derivados de la idea de que las acciones en montaña pueden ser “seguras”), contienen elementos de elevada subjetividad (al incluir factores como “subir muy rápido”, “pérdida de control” o “excederse en las habilidades”), realizan calificaciones ex post de los hechos (buscando errores en decisiones que en su momento eran las mejores según la información disponible), etcétera.
Por lo tanto, ninguno de ellos es utilizado aquí. En cambio, se optó por crear uno cuya principal característica es la simplicidad y que consiste en clasificar las causas en una estructura de dos niveles: en el primero, denominado “Causas Generales”, se identifican los principales vectores de amenazas del ambiente de montaña (clima, derrumbe, salud o movimiento); en el segundo, llamado “Causas Específicas”, se desglosan las anteriores en derivadas que aporten con un nivel adicional de detalle. Luego, para cada accidente fatal se registra solo una “Causa Específica” por la cual una persona fallece; aquella que sea la más evidente, directa e importante.
Las causas específicas pertenecientes a la causa general “Clima” (factores desencadenados por las condiciones meteorológicas de corto, mediano y largo plazo), y que están presentes en al menos un caso del Listado Central, son:
La segunda causa genérica es “Derrumbe”, la cual comprende todas las caídas desde un punto alto de grandes masas de material de cualquier tipo (nieve, tierra, rocas, lodo, hielo, agua). Sus causas específicas (presentes en al menos un caso en la recopilación) son:
La tercera causa general, “Salud”, se refiere a los problemas físicos o sicológicos propios del ser humano. Sus causas específicas, presentes en al menos un caso del Listado Central, son:
La cuarta causa general es “Movimiento”, la cual reúne a los factores relacionados con el hecho de desplazarse por el terreno. Sus causas específicas, presentes en al menos un caso del Listado Central, son:
Por último, a las anteriores se les agrega una adicional denominada “Otras” que reúne a las opciones no comprendidas por las anteriores. Sus causas específicas, presentes en al menos un caso del Listado Central, son:
Según esta clasificación, y de nuevo remitiéndonos a ejemplos mencionados anteriormente, la causa específica del fallecimiento de José Álvarez (quebrada San Juan, 1941) es “Tormenta” (y, luego, su causa general es Clima), para Jean Claude Vinconneau (volcán Copiapó, 1992) es “Caída nieve/hielo” (y causa general Movimiento), para Atilio Cremaschi (EE.UU., 2006) es “Avalancha” (y causa general Derrumbe), para Juan Olmos (Aconcagua, 1952) es “PM otro” (y causa general Salud), etc.
Tal como está enunciado, la ventaja de esta clasificación es su sencillez. No obstante, tal importante beneficio es también su principal defecto, al no modelar correctamente algunas causales (un ahogado puede estar bajo “Asfixia” pero también en “Caída agua”), mal representar la influencia de otras amenazas relevantes del escenario (la altitud no está reconocida como una causa general), no registrar la participación de múltiples variables igualmente importantes en un accidente (en las caídas también tiende a estar presente el cansancio), no establecer adecuadamente el límite entre causales vinculadas (es difícil determinar cuánto de un fallecimiento es por la tormenta en sí y cuánto por la hipotermia que se deriva de ella), etc.
Finalmente, remarcar que este modelamiento distingue lo que desencadena el evento, de aquello que últimamente provoca la muerte de las personas; es decir, la causa del incidente versus la causa del caso. Una diferenciación que puede parecer superflua, pero que es necesaria ya que, uno, estas no siempre coinciden y, dos, porque solo así se pueden obtener resultados que son importantes para el estudio; tales como, por ejemplo, determinar la cantidad de personas que han fallecido por los derrumbes.
El motivo de esto último no es obvio y radica en que, de no estar presente esta separación entre “causa incidente” y “causa caso”, preguntas como la planteada no podrían responderse debido a que, en ocasiones, parte de la mortalidad sobre la cual se indaga se encontraría asociada a una causa más primaria.