Название | El padre en cuestión |
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Автор произведения | Juan Carlos Indart |
Жанр | Документальная литература |
Серия | |
Издательство | Документальная литература |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9789878372686 |
Esa es la pequeña frase de un texto lleno de problemas y desarrollos, y que da motivo central a esta charla.
La otra cita es posterior, y corresponde a un momento aún más difícil en la enseñanza de Lacan, sobre el que recién en estos últimos dos o tres años comienza a haber una tarea de comentario y de entendimiento paulatino y provisorio. La primera cita que he leído, que se refiere al estrago en la relación madre-hija, tampoco es una enseñanza inicial de Lacan; está ubicada en un texto en donde él resume un poco sus ya muchos años de enseñanza, un texto extremadamente difícil del año 1972.
A la otra cita se la encuentra en un Seminario que no está aún establecido; tenemos de él las desgrabaciones y una primera presentación que salió, vez por vez, en París, en una revista llamada Ornicar?, en la que Jacques-Alain Miller sacaba en cada número una lección del Seminario que en ese momento dictaba Lacan. Éste corresponde al Seminario que se llama El sinthome. Tenemos un problema aquí, porque a su vez Lacan escribe esta palabra de una manera especial, pero digamos por el momento que es el Seminario sobre la noción de síntoma.
En ese Seminario Lacan dijo una frase dos o tres veces, y es una frase que ha retumbado. Son de esas frases que primero retumban bajo la forma de un chiste. Las repetimos haciendo ji, ji, ji: el estrago de la relación madre-hija, ¡uh! ¡qué curioso!, ¿no?
Freud nos enseña que es poco dogmático y no tiene excesivas consecuencias extrañas el paso del Edipo en la mujer, a diferencia de las grandes conmociones en el varoncito. Es más, dice Freud: ella una vez instalada en el Edipo se la pasa muy bien ahí toda la vida. Eso quiere decir que está ahí como pez en el agua, ella no hereda una batalla de amor y de rivalidad contra el padre, de ganas de asesinarlo por no poder conquistar sus emblemas, ser aplastado por él, quejarse de su despotismo, no atreverse a enfrentarlo, etcétera, todo lo que retumba en los varones y se escucha en los análisis. Ellas, como pez en el agua y sin esa problemática que Freud acentuó tanto, la intervención castradora del padre. Pero ese pez en el agua –dice Lacan– se compensa por otro dato, y por algo él en su experiencia clínica lo señala y se atreve a decir que es así en la mayoría –no dice que lo sea para todas las mujeres, pero su experiencia ya desde psiquiatra y como analista, y con muchos años de trabajo al momento que escribe eso, me parece que le permite por una autoridad de experiencia personal, no porque tengamos estadísticas– que hay algo en la relación de la mujer con su madre, de la hija con la madre que tiene una característica de estrago.
En el Seminario El sinthome, la frase que retumbó, resonó, es una frase en la que Lacan dice de pronto: “Una mujer es un sinthome para todo hombre”. (3)
Son frases para el que está realmente en el tema. La idea de Lacan es decir que así es, ya se trate de la esposa, una novia, una amiguita, una amiguita con compromiso, una amante, lo que quieran. Vamos a simplificar: una esposa legítima, vengo con ella, se las presento y tengo que decirles: “mi sinthome. Les presento a mi sinthome”. Encantados, tienen que decir ustedes. La idea fuerte de Lacan da a pensar que uno podría decir: si la conocen a ella, van a ir sabiendo todo de mí, porque representa mi determinismo inconsciente, lo que en mí es sinthome. Es difícil entender eso y no está claro todavía, porque Lacan decía a veces cosas que eran como unas boutades, frases que son chistes pero que también sirven para conmover un tema, para producir al calor de una enseñanza un efecto de verdad, que después hay que matizarlas y ver qué quieren decir.
Comentando esto Lacan señala, a partir de sus demostraciones cada vez más concretas de la no relación sexual, de la no equivalencia entre los sexos, de la asimetría radical que hay entre la posición masculina y la femenina, que no se puede decir lo simétrico inverso. Si mi mujer viene no podría decirles al presentarme: les presento a mi sinthome. No es así, dice Lacan, no es lo mismo al revés.
En esa lección de febrero del ‘75, del Seminario El sinthome dice que una mujer es para todo hombre un sinthome. Es ahí donde dice:
Si una mujer es un sinthome para todo hombre, es completamente claro que hay necesidad de encontrar otro nombre para lo que es el hombre para una mujer, puesto que el sinthome se caracteriza justamente por la no equivalencia.
Puede decirse que el hombre es para la mujer todo lo que les guste, a saber, una aflicción peor que un sinthome. Pueden articularlo como les convenga. Incluso es un estrago. (4)
Aquí tenemos entonces la segunda cita que no entendemos muy bien, ni en París, ni en Barcelona, ni en Buenos Aires, ni en Caracas, ni en Río de Janeiro, pero que en San Luis ya ha llegado. La resonancia de este tema ha llegado aquí y el punto común de las dos citas es lo que se puede traducir con el término estrago. Si no fuese por ese término uno no articularía dos frases tan distintas, porque una es una referencia a la relación madre-hija, y la otra es una elucubración sobre la diferencia de los sexos y la posición asimétrica de ella y él en sus relaciones, y nadie hubiese juntado nunca esas dos citas. No sé si se pueden juntar o si tienen algo en común, si tocan algún tema parecido o no, pero si hay algún nexo es el empleo de ese término, el único término común a las dos frases.
El término en francés es ravage, y en principio estrago es una buena traducción. Si uno busca sus acepciones en un diccionario se refiere a una acción de destrucción extensa, intencional o no, porque puede ser producida o por un movimiento de saqueo y de guerra, o también por fenómenos meteorológicos. En francés se puede decir que una granizada ha causado un ravage en una cosecha, pero nosotros también tenemos ese empleo del término estrago, y el granizo puede haber causado un estrago –espero que no– en Mendoza, en la producción vitivinícola.
Nos va a servir como tema buscar un poco más en la etimología del término ravage. Es algo que ha hecho muy recientemente Jacques-Alain Miller en el anteúltimo de sus cursos, que se llama justamente El partenaire síntoma, (5) que fue un curso dedicado a seguir la idea de qué quiere decir que para un hombre su compañera, su partenaire, es su sinthome. Eso lo llevó seguramente al comentario de este mismo párrafo que les he dicho, en el que la cosa no es simétrica, y repasa que acá hay un término evidentemente elegido por Lacan, elegido para indicar algo diferente, y su origen latino que es el término rapire, y de ahí se transforma en francés y da lugar por un lado a ravage, al que traducimos por estrago, y por otro también evoluciona hacia la palabra rapto, que es originalmente capturar algo con violencia. Esa captura violenta, el rapto, era también una expresión para indicar una suerte de éxtasis o de estado subjetivo muy especial. Un místico podría tener un rapto, algo lo capturaba como violentamente, pero para llevarlo –como dice Miller en el comentario– a un paraíso, a los cielos. Y un hombre puede causarle a una mujer un rapto.
Entonces la oscilación de las dos acepciones es importante, porque esto puede ir en la dirección en la cual hay algo ahí que puede ser un rapto –en el sentido descriptivo de un goce muy especial, extático, un deslumbramiento, una captura, enamorada, que no se sabe qué le pasó–, y eso mismo es por otro lado un estrago.
La otra traducción posible que se está generalizando ahora, a partir de este comentario de Miller, es el término devastación. Por supuesto devastación tampoco nos da la equivocidad de lo que quiere decir también del lado ravage hacia el rapto, la captura como les decía, el transporte, el ser repentinamente ella transportada.
La ventaja del término devastación es que incluye cierta lógica, más allá de los distintos sentidos de las palabras. Hay que entender por estrago, por esa acción de devastación, algo que no tiene límites.
Si se pierde ese matiz de sentido se pierde el porqué Lacan buscó este término para referirse a dos problemas de la mujer: con la madre, con los hombres.
Digamos que, si ustedes tienen un territorio bien definido, no importa la