No esenciales. María Victoria Baratta

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Название No esenciales
Автор произведения María Victoria Baratta
Жанр Документальная литература
Серия
Издательство Документальная литература
Год выпуска 0
isbn 9789875997202



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en la transparencia de los datos y la demora en el conteo de fallecidos, por un trabajo voluntario de dos profesionales que no son funcionarios ni dedican su labor diaria a estos temas, el politólogo Federico Tiberti y el ingeniero Mauro Infantino. La base más completa de datos sobre el covid en Argentina es obra del tiempo libre de Infantino.7

      A pesar de esta manera inapropiada de informar, fue cada vez más evidente para gran parte de la población que los niños y adolescentes no tenían que estar encerrados ni temer por su vida ante el covid-19, o al menos no más que por otros riesgos o afecciones. O quizás, para muchos, fue simplemente una cuestión de hartazgo: no era viable sostener el encierro de los niños por tantos meses. Para principios de agosto, las salidas recreativas para niños en el conurbano bonaerense seguían sin habilitarse. En una encuesta realizada por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (unicef) en Argentina, el 71% de los padres del conurbano manifestó entonces que no había sacado a sus hijos a jugar al aire libre durante los últimos días. Un 14% dijo que fueron a caminar, y solo un 2%, que los llevaron a la plaza. Entre los que sacaron a sus hijos, un 96% consideró que esas salidas habían tenido un impacto positivo en los niños. Sin mediar ningún descubrimiento científico sobre el tema, e incluso con muchos más casos del virus circulando, semanas más tarde el gobierno nacional dejaría de demonizar el aire libre y a comenzar a recomendar salidas y reuniones reducidas en esos espacios. El mensaje “Quedate en casa” se había prolongado demasiado tiempo. Las personas se quedaron en su casa, pero empezaron a reunirse; un aislamiento tan estricto era insostenible. Las recomendaciones sobre ventilación y las ventajas del aire libre llegaron tarde. Se había llenado de mensajes de pánico, culpa y denuncia y había faltado información. Tiempo después, las salidas fueron permitidas de manera oficial, y el triunfalismo fue dejado de lado. El velo se corrió, aunque muchos continuaban sin aceptarlo. Argentina llegaba a los primeros puestos de muertos por millón de habitantes y a los de máxima caída del producto bruto interno (pbi) en el mundo.

      La política educativa

      Si el encierro se dejó paulatinamente de naturalizar, no pasó lo mismo con otro aspecto central para la vida de los niños y los adolescentes. El 15 de marzo, el gobierno nacional había resuelto la suspensión de las clases presenciales (en principio, por el plazo de catorce días), después de afirmar que no cerrarían escuelas, porque eran un lugar clave de contención social. Sin embargo, la incertidumbre mundial llevó a la mayoría de los gobiernos a tomar esa decisión. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (unesco), para abril de 2020, 191 países habían tomado la medida de cerrar sus escuelas. El problema fue que, mientras la evidencia iba llegando, no hubo intención de cambiar el rumbo o al menos diferenciar políticas según espacios regionales. En algunos puntos del país había escasa o nula circulación del virus, pero igual las escuelas estuvieron cerradas durante meses. La suspensión se había prorrogado sin ofrecer ninguna certeza ni diagramar un plan alternativo de clases presenciales.

      El gobierno nacional resolvió oportunamente otorgar subsidios a jardines maternales, los más afectados por el cierre de la presencialidad. Sin embargo, muchos jardines maternales o espacios de primera infancia quedaron fuera, y la diputada Carla Carrizo (ucr) impulsó y logró sacar una resolución de la Cámara para nominar a todos los espacios de primera infancia como jardines y así ampliar los subsidios. Cientos de ellos tuvieron que cerrar sus puertas de todas maneras. Los transportes escolares también se vieron afectados.

      En agosto de 2020, comenzaron a llegar datos oficiales sobre al menos un millón de alumnos con discontinuidad educativa. La diputada Brenda Austin (ucr) presentó un proyecto de ley de emergencia educativa con un plan de medidas concretas para redireccionar recursos, mejorar infraestructura, retomar nombramientos y reducir la brecha digital. Fue acompañado por otros diputados de su interbloque, y el proyecto tuvo versiones en doce provincias, entre ellas Córdoba, Santa Fe, Chubut, Mendoza, Chaco, San Luis y Tucumán. El oficialismo no dio quorum para tratar el proyecto en sesión especial. En reuniones de la Comisión de Educación, también se negaron a despacharlo. El oficialismo accedió a tratar dos iniciativas con el fin de paliar la brecha digital para garantizar la gratuidad de las plataformas edu.ar, pero no lo llevó al recinto. Algunas legisladoras del oficialismo, como Blanca Ossuna y Mara Brawer, sí se mostraron involucradas con el tema educativo, fundamentalmente con el seguimiento de las trayectorias discontinuas.