Más allá de la escuela. Группа авторов

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Название Más allá de la escuela
Автор произведения Группа авторов
Жанр Учебная литература
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Издательство Учебная литература
Год выпуска 0
isbn 9789878661773



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hacerlo, del mismo modo que quiso hablar.

      Las matemáticas también son otra herramienta muy útil para medir, comparar, añadir (sumar-multiplicar), repartir (dividir). Las matemáticas vivenciales, usando materiales concretos en vez de simplemente fichas, siempre serán mucho más divertidas.

      En definitiva, simplemente viviendo conscientemente se aprenden montones de cosas. No hay un lugar específico donde se aprende y otro donde se vive. Aprendemos viviendo y vivimos aprendiendo de todo lo que nos rodea aunque no nos demos cuenta de ello. No es posible no aprender. Dejemos que surja la necesidad o el interés y lo demás, viene solo.

      ¿Cómo sé que los niños aprenderán todo lo que necesitarán en un futuro? Si pensamos que lo que aprendemos y su utilidad no van de la mano, entonces esa preocupación es legítima. La escuela nos hace tener la impresión de que hay muchos conocimientos desconectados de su utilidad. Los contenidos se enseñan fuera de contexto, no viviendo la vida sino por fuera de ella. Parece que solo se puede aprender matemáticas haciendo problemas sobre papel, los cuales no nos sirven para nada ya que no teníamos ninguna inquietud, necesidad ni interés por saber el resultado. Los hicimos porque nos lo mandaron. Debíamos hacerlos. Su utilidad no es visible de esta forma. Pero si vivimos como si la escuela no existiera, iremos aprendiendo mucho de todo aquello en lo que realmente estamos interesados. Si un día los niños quieren ser veterinarios, escritores, agricultores, cantantes, bailarines, nadadores, biólogos, artistas, carpinteros, arquitectos, cocineros, malabaristas, doctores, etc., ya aprenderán lo que les haga falta con tal de llegar a hacer y a ser lo que desean. Estarán preparados para entender y saber que para ser arquitecto, por ejemplo, hay que estudiar y saber mucho de números. Lo harán y buscarán la forma de conseguir aprender eso que necesitan. ¿Cómo podemos saber hoy lo que realmente van a necesitar dentro de cinco, diez o quince años? La información va cambiando de año en año. Mucho de lo que yo estudié en la escuela ya no lo dan o lo explican de otro modo. En cinco años seguro habrá muchas más carreras universitarias para escoger. Y quizás un niño no necesite ir nunca al instituto o a la universidad porque monta su propio negocio; se hace músico; tenista; atleta; carpintero; albañil; pintor; informático; escultor; voluntario de una ONG; quizás vive en el monte de una forma autosuficiente (poco de lo que se aprende en la escuela le serviría para eso); político; modelo; comerciante; coach; profesor de yoga o de taichí; empresario; limpiador; diseñador; monitor de aerobic; taxista; portero; DJ; profesor (yo fui profesora de inglés durante quince años sin haber ido nunca a la universidad más que para rendir exámenes libres). La lista de profesiones que no necesitan de titulación académica podría seguir.

      Otra opción podría ser The Open University: solo se necesita tener dieciséis años (en casos excepcionales, doce) y hacer un examen de ingreso para la carrera que se desee. No piden nada más. Según la carrera, los conocimientos para el examen de ingreso serán distintos, lógicamente. Cualquiera que esté interesado en estudiar una carrera podrá prepararse para ese examen. Conozco adolescentes y adultos que en seis meses o un año han podido tener los conocimientos necesarios para ingresar.

      La forma en que mejor funciona el unschooling es mostrándoles a los niños el mundo tal y como es de verdad, no solo una parte de él: llevándolos con nosotros; viviendo las experiencias en primera persona y no explicadas por terceros; haciendo cosas interesantes con ellos; yendo a sitios interesantes; intentando ser nosotros personas interesantes; conociendo a personas, también, interesantes; viendo que hay muchas formas de vivir una misma vida; conociendo gente que vive, come, piensa, viste, habla, educa, enseña, cría de una forma totalmente diferente a la nuestra; aceptar que esas diferencias existen y darles la libertad para que puedan ver todo lo que a uno le puede llegar a interesar. En definitiva, se trata de permitir, de dar el espacio a los niños para ser quienes han venido a ser.

      Finalmente, lo más importante no es si los niños van a una escuela convencional, alternativa o libre, si son educados en casa académicamente o autónomamente respetando sus ritmos e intereses. No hay una mejor manera. Cada niño tiene necesidades diferentes. Lo importante es que cada niño pueda conectar con quién es y desplegar su ser. ¿Y si no podemos desescolarizarlo o llevarlo a una escuela alternativa? Lo más importante para el niño es que su madre lo sienta y lo entienda. Si mamá puede sentir el malestar o la desconexión del hijo y se la nombra y empieza a validar sus emociones, el niño se sentirá tenido en cuenta, escuchado, seguro y comprendido aunque tenga que seguir yendo a la escuela. Ese niño verá que su mamá sí se interesa por él y por lo que le pasa. La única verdad es aquello que el niño manifiesta. Tenemos que sentir lo que le pasa, ponerle palabras y hacer algo al respecto.

      Como dijo el profesor estadounidense John Taylor Gatto: “Los niños no aprenden obedeciendo órdenes y respondiendo a preguntas, sino que aprenden haciendo ellos las preguntas”. Las respuestas no son lo importante, a mi entender. Lo importante es hacer las preguntas. Cualquier persona es capaz de buscar y encontrar una respuesta. Pero si no somos nosotros los que hacemos la pregunta, poco nos interesará la respuesta; por consiguiente, por poco tiempo la recordaremos. Unschooling es permitir que los niños elijan, tomen, pidan lo que necesitan y quieren saber sobre cómo funciona este mundo y la gente que vive en él. Los adultos que estamos alrededor podemos acompañar amorosamente sus procesos, poniendo atención en sus intereses, pasiones, talentos y emociones. Acompañar a los niños de esta manera requiere de madurez emocional. Siempre he pensado que, una vez que hemos conectado con aquello que realmente nos apasiona, el siguiente paso es poner ese talento, nuestro don, al servicio de la humanidad.

      1 Yvonne Laborda es madre, esposa, terapeuta humanista-holística, mentora y autora del libro Dar voz al niño. Ha creado el curso online de indagación personal más potente y transformador de habla hispana: Sanar la herida primaria de nuestra infancia (SHP). Ofrece también la formación profesional certificada online en Crianza Consciente y Educación Emocional (CCEE) más completa del mercado actual. También he creado el curso más revelador y revolucionario sobre cómo superar y comprender la influencia y la importancia de la relación con nuestra propia madre: La hija que fui, La madre que soy. Imparte conferencias, charlas y talleres súper inspiradores, motivacionales y muy transformadores sobre crianza consciente, educación emocional, aprendizaje no dirigido, sanación del niño interior, comunicación emocional, empática y conectiva, gestión de las emociones y crecimiento personal en general. Su trabajo se centra en qué nos imposibilita llegar a ser quienes realmente vinimos a ser para poder convertirnos en el padre o madre que nuestros hijos necesitan que seamos.

      Con fe

      todavía sabemos besarnos las mejillas

      aún se nos enchina la piel

      todavía temblamos como la primera vez

      aún tenemos fe

      en

      la niñez,

      los encuentros,

      las historias,

      las comunidades,

      el arte,

      la poesía

      todavía sabemos besarnos las mejillas

      ¿Dos años de vacaciones? Un relato autobiográfico sobre la experiencia de educación casera

      Un día, mi marido y yo tomamos la decisión de desescolarizar a nuestros hijos. Este relato podría comenzar así, abruptamente, dando la impresión de que todo partió de aquella conversación en la que nos preguntábamos por alternativas educativas.

      Otro día, dos años después, ambos niños preparaban sus mochilas y cuadernos para ir a clases con sus compañeros de curso en un colegio tradicional. Este relato podría terminar así, con mis hijos re-escolarizados en el sistema, pero las cosas rara vez comienzan por el principio, o quedan