Hoy camino con Dios. Carolina Ramos

Читать онлайн.
Название Hoy camino con Dios
Автор произведения Carolina Ramos
Жанр Документальная литература
Серия Lecturas devocionales
Издательство Документальная литература
Год выпуска 0
isbn 9789877982909



Скачать книгу

escribió una reflexión basada en este texto y, aunque la leí sin mucho cuidado, vi esta historia bajo una nueva luz. El autor mencionaba que en ella podíamos encontrar el “evangelio de la segunda oportunidad”.

      Pedro había negado a Jesús, había visto su mirada en el patio, había llorado amargamente —arrepentido por su proceder—, y ahora probablemente extrañaba a su Maestro, quien ya descansaba. Seguramente, el nuevo día había amanecido sombrío sin su amigo tan querido.

      No sé cómo habrá amanecido tu primer día de este nuevo año. Quizá comenzó lleno de expectativas y entusiasmo. Quizá, como Pedro, acarreas culpas del pasado. Quizá pensar en el futuro te resulta abrumador. Quizá tus resoluciones no son tan claras aún. Quizá sientes que el año no ha terminado en realidad y que el peso de otro número es más de lo que puedes soportar por tu cuenta. O también puede ser que el cambio de fecha no represente mucho para ti y hoy haya comenzado como comienzan tantos otros días.

      Cada nuevo día, Dios nos recuerda que nos da una nueva oportunidad para vivir, llena de esperanza y alegría.

      Jesús, al resucitar, dejó una invitación para sus discípulos, y mencionó específicamente a Pedro. Le aseguró que seguía incluido en el grupo, pero sobre todo, le aseguró que seguía amándolo y que quería verlo otra vez.

      Al iniciar un año nuevo, tenemos la oportunidad de replantearnos ciertas cosas.

      Aprovechemos esta fecha para recordar que Jesús nos está haciendo una invitación similar. Quiere recordarnos que está vivo, que está dispuesto a perdonarnos, que quiere darnos otra oportunidad y vernos otra vez.

      Es que aún tiene muchos planes para nosotros y quiere usarnos de formas espectaculares cada día de este año para ser de bendición para otras personas. Quiere recordarnos que va delante de nosotros y que, así como cumplió tantas de sus promesas, también va a cumplir su promesa de volver. Escribamos nuestro nombre en lugar del de Pedro, propongámonos tener una relación íntima con él y aceptemos con gozo este “evangelio de la segunda oportunidad”.

      Una canción para el sábado

      “¡Cuán bueno, Señor, es darte gracias y entonar, oh Altísimo, salmos a tu nombre!” (Sal. 92:1).

      ¿Qué cosas son características del día sábado en tu hogar? Para muchos, es el aroma a alguna comida especial, la agradable sensación de limpieza o alguna actividad diferente realizada en esas horas sagradas. Para otros, tristemente, el sábado se ha convertido en un día en que las ideas de cosas para hacer se acaban; un día que se espera que pase rápido.

      Richard Davidson, autor del libro A Song For the Sabbath [Una canción para el sábado], menciona en su obra algunas de las características que hacen que este día sea un deleite para su familia. Incluye algunas hermosas tradiciones que tenía el pueblo judío para celebrarlo de forma especial. Habla detalladamente de este salmo que fue escrito para el día de reposo y también menciona algo muy interesante: las personas siempre buscaban a Jesús para que él obrara milagros, pero los milagros de sanidad que Jesús realizó en sábado fueron todos por su propia iniciativa.

      Jesús quería resaltar la dimensión redentora del día sábado ante un pueblo que la había ocultado bajo un cúmulo de restricciones. La sanidad de las dolencias de estas personas implicó no solo una mejora física, sino salvación, liberación y acción; lo opuesto a la indolencia ejercida por muchos en ese día (algo que vemos aún hoy). Las enfermedades de estas personas eran crónicas y, al curarlas, Jesús también buscaba resaltar el aspecto redentor involucrado en su accionar.

      Te invito a aprovechar el día de hoy para leer con más detenimiento y gratitud el Salmo 92. También te sugiero que estudies más profundamente las historias de estos milagros realizados en sábado y que las enriquezcas con la lectura de El Deseado de todas las gentes.

      El hombre de la mano seca (Mat. 12:9-14; Mar. 3:1-6; Luc. 6:6-11), la mujer lisiada (Luc. 13:10-17), el hombre con hidropesía (Luc. 14:1-6), el paralítico de Betesda (Juan 5:1-18) y el hombre nacido ciego (Juan 9) fueron los beneficiados en sábado hace miles de años.

      Hoy, el beneficiado puedes ser tú. La esencia sanadora del sábado se aplica a nosotros hoy y, al elevar nuestras voces en adoración durante este día, podemos hacerlo no solo por la gratitud de una verdad teológica en la que creemos, sino por la experiencia de sanidad que también vivimos de primera mano.

      La honda, el pato y el perdón

      “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia...” (Heb. 4:16).

      Richard Hoefler narra la historia de un niño que estaba de visita en la casa de sus abuelos y había recibido su primera honda. Muy entusiasmado, salió al bosque a practicar, pero no pudo pegarle a nada. Después de un rato, se dio por vencido y emprendió el camino de regreso a la casa. Cuando llegó al patio, vio al pato que su abuela tenía de mascota y, sin pensarlo demasiado, le lanzó una piedra. Después de sus frustrados intentos con la honda en el bosque, lo último que se imaginó fue que este golpe sí daría en el blanco. El pato cayó muerto.

      El niño entró en pánico. Rápidamente, lleno de desesperación, escondió el pato muerto entre un montón de leña pero, apenas levantó la mirada, vio que su hermana lo estaba observando. Sally había visto todo. Sin embargo, se quedó callada.

      Ese mismo día, al terminar el almuerzo, la abuela le pidió a Sally que lavara los platos. Pero Sally contestó: “Johnny me dijo que él quería ayudar en la cocina hoy” y, de forma comprometedora, mientras miraba a Johnny, continuó: “¿No, Johnny?” Se le acercó y en un susurro le dijo: “Acuérdate del pato”. Así que Johnny se levantó y lavó los platos.

      Más tarde, el abuelo les preguntó si querían acompañarlo a pescar, a lo que la abuela respondió: “Lo lamento, pero necesito que Sally me ayude a preparar la cena”.

      Sally, con una sonrisa triunfante y confiada, dijo: “No hay problema, Johnny me dijo que él quiere ayudarte”. Nuevamente se acercó a Johnny y le susurró: “Acuérdate del pato”. Así que Johnny se quedó en la casa mientras Sally iba a pescar con el abuelo.

      Pasaron varios días en los que Johnny tuvo que cumplir con sus tareas y también con las de su hermana, hasta que no aguantó más y le confesó a su abuela la verdad acerca de cómo había matado al pato.

      “Ya lo sabía, Johnny”, le dijo mientras lo abrazaba. “Ese día estaba parada al lado de la ventana y vi todo. Como te amo, te perdoné. Pero me preguntaba hasta cuándo dejarías que Sally te tuviera esclavizado...”

      Hoy, no nos dejemos esclavizar por el enemigo. Vayamos a Dios. Él sabe todo y está listo para ofrecernos su perdón.

      ¿En qué dormirá?

      “Si tomares en prenda el vestido de tu prójimo, a la puesta del sol se lo devolverás. Porque sólo eso es su cubierta, es su vestido para cubrir su cuerpo. ¿En qué dormirá? Y cuando él clamare a mí, yo le oiré, porque soy misericordioso” (Éxo. 22:26, 27).

      ¿Cuánta ropa habrá llevado el pueblo de Israel en su larga travesía por el desierto? Dios cuidó sus vestimentas y calzados para que no se estropeasen. En un momento dictó sus leyes de amor y cuidado para el prójimo e hizo esta pregunta: “¿En qué dormirá?”

      Había instrucciones claras acerca del jubileo, de las ciudades de refugio, de la responsabilidad social y de muchas cosas más. (¡Con razón Balaam quedó impresionado al mirar el campamento y ver tanto orden, disciplina y prosperidad!) Pero en ese momento, ¡Dios se preocupó por cómo iban a dormir!

      Recuerdo vívidamente dos imágenes. En primer lugar, recuerdo