Название | Sujetos de reparación colectiva y construcción de territorios de paz - Libro 1 |
---|---|
Автор произведения | Varios autores |
Жанр | Социология |
Серия | |
Издательство | Социология |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9789587904505 |
En cuanto a la educación básica y media, el municipio cuenta con el colegio, un internado y diversas escuelas en varias de las veredas del municipio. Como lo encontramos en el trabajo de campo, al colegio acuden no solo chicos y chicas del municipio, sino también estudiantes de otros municipios. En los últimos años, la administración municipal estableció un convenio con la Universidad de los Llanos, Unillanos, y ahora se ofertan en el municipio algunos programas de educación superior (Alcaldía de El Dorado, 2017). En medio de abundantes bosques naturales y vías de comunicación interveredales, El Dorado cuenta con diversas escuelas rurales, pero también con un importante sistema de acueducto y electrificación rural (UARIV & Corporación Escuela Galán, 2014; Gutiérrez, 2011).
En términos de equipamiento municipal, encontramos en El Dorado una plaza de toros, una casa de la cultura, un matadero, una plaza de mercado, un polideportivo y canchas de fútbol, así como ocho parques infantiles y diversos sitios turísticos, entre ellos el Parque Principal Waldino, construido en honor al párroco fundador. En la vereda Alto Cumaral podemos encontrar el caño La Cristalina, un hermoso entrecruce de ríos en el que se puede apreciar el nacimiento de aguas en las rocas, y en el noroccidente del municipio se puede adelantar turismo ecológico en un sector de la Reserva Natural del Parque Natural de Sumapaz (Alcaldía de El Dorado, 2017).
Sobre el balance de la dimensión sociodemográfica podemos señalar que El Dorado es un municipio con necesidades básicas satisfechas, pues cuenta con un adecuado equipamiento institucional y de servicios públicos domiciliarios. Su población joven e infantil es numerosa, aunque con expectativas de salir del municipio.
EL DORADO, LA GRAN DESPENSA ECONÓMICA
El territorio es considerado como una gran despensa agrícola. Efectivamente, las condiciones geográficas hacen del municipio una zona económica (y militarmente) estratégica: alberga el Páramo de Sumapaz, que como ya lo hemos afirmado, constituye una enorme fuente hídrica para la región y el país. Las extensas llanuras permiten la producción agropecuaria y la explotación de recursos maderables, que dan sustento a su economía. Tal como se registra por la UARIV, la vocación agrícola del municipio se sustenta en gran medida en cultivos transitorios, entre otros, el cacao, la yuca y el café, y en menor escala el cultivo de plátano, maíz, tomate, aguacate y maracuyá (UARIV & Corporación Escuela Galán, 2014).
La base económica […] se concentra en las actividades agrícolas, pecuarias y mineras. Se destacan los cultivos [pero también] el sector pecuario […] el [ganado] bovino es el renglón de mayor importancia, siendo la producción de leche la explotación más representativa. Se ha incrementado la producción piscícola, que se ha convertido en un sistema de producción alternativo. Existen en el municipio unas zonas de producción ganadera que en términos generales es el uso más extendido en el municipio (página oficial de la Alcaldía de El Dorado, Meta, consultada en enero de 2011, citada por Gutiérrez, 2011, p. 10).
La “tierra es fértil y esto facilita el éxito de diversos proyectos productivos, las distancias son cortas adecuadas para la implementación de servicios públicos y carreteras interveredales y los nexos políticos con el gobierno central son evidentes” (Gutiérrez, 2011, p. 15). El Dorado también cuenta con grandes extensiones de llanuras en la vereda La Meseta, las que recientemente son utilizadas para la adecuación de potreros para la producción bovina (UARIV & Corporación Escuela Galán, 2014).
De otro lado, no menos importante para esta gran despensa agrícola y polo de desarrollo son los enormes progresos de la malla vial del municipio, que son óptimos para la comercialización de productos y su conexión con el departamento y el país. Esta malla vial no solo está conformada por vías intermunicipales secundarias que comunican con los municipios de Cubarral y El Castillo, y desde estos con el Departamento y la Nación, sino que cuenta a la vez con vías veredales terciarias, algunas de ellas pavimentadas, algo poco usual a este nivel. Son vías que comunican al centro urbano con las veredas Santa Rosa Alta, La Cumbre, La Esmeralda, Mina de Calizas, La Meseta y Caño Amarillo (UARIV & Corporación Escuela Galán, 2014).
Desde las últimas décadas el territorio es objeto de un proceso de reconfiguración. Son por lo menos seis cuestiones las que caracterizan dichas transformaciones, como se observa en el siguiente gráfico:
Indudablemente, una mirada a la historia de poblamiento nos vuelve a señalar, en primer lugar, que la dinamización económica en la región está relacionada con la llegada, hacia la década de 1960, de colonos y comerciantes, quienes arribaron huyendo, algunos, de la violencia presente en otros departamentos del país; otros pobladores llegaron a la región del Ariari animados por los crecientes cultivos de marihuana y coca en toda la región de los llanos (ACNUR, s. f.).
Hoy algunos de los doradinos niegan la existencia directa de cultivos ilícitos en el municipio. Fuentes oficiales lo confirman señalando que, desde el año 2012, no se reportan cultivos de uso ilícito en El Dorado (UARIV & Corporación Escuela Galán, 2014). Lo cierto es que el auge de estos cultivos dinamizó las estrategias políticas y económicas de dominio de los actores armados, siendo el motor de su incremento y expansión en la región y en el departamento.
De igual modo, la región está en la mira de la inversión extranjera. Lo refiere otro doradino: “La región del Ariari la tenían en la mira los japoneses para cultivos agrícolas [...] Los japoneses querían que aquí se fomentaran los cítricos, y una serie de cosas, lo mismo, lo mismo Estados Unidos para exportar” (Gutiérrez, 2011, p. 31).
Como si lo anterior fuera poco, los doradinos refieren otros dos problemas que aquejan la actividad económica en el municipio. Por un lado, señalan la ausencia de mecanismos de comercialización que “fortalezcan y dinamicen la cadena productiva a través de canales de distribución eficientes en donde los campesinos y los pequeños productores puedan vender sus productos a precios mejores”, y, por otro lado, mencionan “la ausencia de una infraestructura necesaria para lograr la tecnificación de sus procesos productivos” (UARIV & Corporación Escuela Galán, 2014, p. 11).
En el ejercicio del diagnóstico del daño, adelantado por la UARIV (UARIV & Corporación Escuela Galán, 2014), los pobladores de El Dorado señalaron que estos problemas han llevado a que cultivos de cítricos, plátano, yuca y aguacate se vean afectados en época de verano por la imposibilidad de mantener la humedad o las cadenas de frío necesarias para conservar adecuadamente los productos.
Más allá de todo esto, entendemos que se trata de una reconfiguración territorial ocasionada por las múltiples violencias de los actores legales e ilegales (CNMH-UARIV, 2015), que convirtieron la región en un espacio de disputa, transformando no solo las actividades económicas sino también el modo predominante de vida de las comunidades campesinas. Más aún, los doradinos fueron víctimas durante mucho tiempo de prácticas de extorsión o de pago de cuotas a los actores armados; junto a esto, también vivieron el robo de sus ganados, que era justificado por el grupo armado como un mecanismo para alcanzar el supuesto debilitamiento del grupo armado al que se enfrentaba, tal como ocurría en las veredas estigmatizadas como guerrilleras (UARIV & Corporación Escuela Galán, 2014).
Los informes consultados, junto con la información recolectada en el campo, muestran la manera como el conflicto armado desestabilizó y frenó la dinámica económica, agrícola y –en menor medida– pecuaria del municipio (Gutiérrez, 2011; UARIV & Corporación Escuela Galán, 2014; CNMH-UARIV, 2015; Universidad Nacional de Colombia–De Justicia, 2016; y ACNUR, s. f.). El terror ocasionado por las atrocidades de la guerra, junto a la ausencia del Estado y los constantes enfrentamientos entre los grupos armados, hicieron del territorio un no lugar.
Hablemos ahora de otra problemática, la transformación de la tenencia de la tierra. En medio de la política de