Sujetos de reparación colectiva y construcción de territorios de paz - Libro 1. Varios autores

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Название Sujetos de reparación colectiva y construcción de territorios de paz - Libro 1
Автор произведения Varios autores
Жанр Социология
Серия
Издательство Социология
Год выпуска 0
isbn 9789587904505



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lo representa la creación del programa de Rehabilitación Nacional en 1959. Con este Programa se entregan créditos vía Caja Agraria, se distribuyen y titulan algunas tierras situadas en la ribera derecha del río Ariari, lo que da paso a la instalación de numerosas familias. Alfredo Molano (1989) sostiene que, en el marco de este mismo plan, se construyeron kilómetros de trocha, varios puestos de salud, comisariatos, escuelas, depósitos para las cosechas y locales administrativos. No obstante, este programa se desplomó a finales de 1961.

      Finalmente, la última etapa se podría denominar “la colonización jalonada por la Caja Agraria” y abarca el período entre 1962 y 1970. En esta etapa es el Estado, vía Caja Agraria, el que interviene e impulsa directamente la colonización en la región del Ariari. Busca aprovechar la buena calidad de las tierras para la agricultura y para ello pone en marcha un plan de ayuda a los colonos que incluía “la titulación de propiedades, la construcción de vías de instalaciones indispensables para el desarrollo de la zona; la organización de servicios asistenciales y técnicos; la financiación de cosechas, y el respeto a la Reserva Forestal de La Macarena” (Molano, 1989, p. 289). Esta iniciativa estatal se adelanta venciendo progresivamente la resistencia de zonas conservadoras que solo veían en su intervención unas prácticas comunistas y, de otro lado, sorteando la desconfianza de caudillos (de las guerrillas liberales) locales, como Giraldo, Murillo y Aljure, quienes veían en la acción del Estado una estrategia para desplazarlos.

      Molano (1989) afirma que no fue posible establecer con precisión los alcances de esta iniciativa, que luego de un tiempo empezó a tener quiebres financieros. Lo cierto fue que terminó beneficiando a grandes propietarios y no a los campesinos asentados; estos últimos terminaron siendo desplazados por los empresarios medianos y grandes, quienes finalmente fueron los beneficiados de las políticas oficiales (Molano, 1989).

      Según información de la Gobernación del Meta (2012), en este período se ubica la oleada migratoria que arriba propiamente al municipio de El Dorado, por ese entonces territorio perteneciente en parte a Cubarral.

      Las familias Betancourt, Chacón, Barragán y Velásquez abren terreno y se ubican en terrenos baldíos fundando las fincas agrícolas. Los nombres de Evangelista Rivera (quien dona el lote), Elías Forero, Plácido Velásquez, Victoriano Lozano (que apoyan la iniciativa) forman parte de quienes, provenientes de otras regiones, huyendo de la violencia gestada por las guerrillas liberales, organizan el nuevo asentamiento humano, inicialmente en el lugar que en la actualidad se conoce como el Parque Natural Principal Histórico y Cultural del Municipio, en diciembre de 1963. El nombre de El Dorado para el nuevo caserío se otorga por los yacimientos de minerales en esta región.

      Pasados unos años, el caserío fue clasificado como inspección del municipio de Cubarral, siendo nombrado como primer inspector el señor Gabriel Morales, y profesora la señora Carmen Esquivel. En 1964 llega el misionero y cofundador, el padre Waldino Castillo. En 1982 se fundó el Colegio Departamental El Dorado. En 1992, mediante ordenanza n.º 044 del 24 de noviembre, El Dorado fue elevado a la categoría de municipio, nombrándose como alcalde provisional al visitador de alcaldías, señor Delio Álvarez (Alcaldía de El Dorado, 2017, secc. Historia).

      Otra figura importante que aparece en las páginas que hablan del origen y desarrollo de El Dorado es la figura del sacerdote Ubaldino Castillo, quien desde 1964 se instala en el pueblo y contribuye a fundar la primera parroquia y la escuela de El Dorado (Alcaldía de El Dorado, 2017).

      De esta historia podemos concluir que existen razones, relacionadas con el proceso de colonización de la región del Ariari, que en el pasado operaron como estrategias que hicieron posible, e incluso funcional, el conflicto y la guerra para los intereses del capital. Pero encontramos también prácticas de resistencia.

      Nos referimos a la gran violencia bipartidista desatada en el país a mediados del siglo XX, al levantamiento del movimiento comunista, a la recurrente historia de ambigüedad y precariedad de las acciones y respuestas efectivas del Estado con la población campesina asentada en la región y, por el contrario, su beneplácito con medianos y grandes empresarios y multinacionales.

      La tercera dimensión es sociodemográfica. De acuerdo con el censo de 2005, el departamento del Meta tiene 29 municipios y cerca de 835.461 habitantes. De los cuales el 74 % habita los cascos urbanos y el 26 % restante las zonas rurales (PNUD, 2015). De acuerdo con esta misma fuente, el 24,8 % de la población son hogares con Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI).

      Con respecto al municipio, El Dorado cuenta con una población de 3.409 habitantes, según proyecciones del Dane (citado en el Acta del diagnóstico del daño, UARIV & Corporación Escuela Galán, 2014), de los cuales 1.448 se ubican en la cabecera municipal y 1.961 en el área rural. Su densidad poblacional es de 30,4 hab/km2 (Dane, 2005, citado por UARIV & Corporación Escuela Galán, 2014). Según la UARIV, respecto a la pirámide poblacional, el grueso de la población se ubica en la base y por tanto tiende a ser una población joven. No obstante, la misma UARIV advierte que “el grupo etario entre 25 a 39 años registra un quiebre de tendencia respecto al resto de grupos poblacionales, entre lo que podría interpretarse como uno de los efectos directos del conflicto armado sobre el comportamiento poblacional (asesinatos selectivos, masacres, reclutamiento forzado y/o desplazamiento)” (UARIV & Corporación Escuela Galán, 2014).

      Encontramos que los jóvenes que aún se encuentran en el municipio tienen sus expectativas de futuro fuera de El Dorado y al margen de la vocación agrícola. En algunos talleres de pedagogía de la memoria, que adelantamos hacia finales de octubre de 2017 en el colegio del municipio, se reiteraba el deseo de terminar el bachillerato y salir de la región: al parecer los estrategos de la guerra y la pérdida de la vocación agrícola transformaron las expectativas de los chicos y los jóvenes.

      Según las proyecciones del Dane, para 2016 el 43,4 % de la población es menor de edad y el 8,9 % son adultos mayores, y la población restante del 47,7 % se encuentra en edad productiva (Dane, citado por UARIV & Corporación Escuela Galán, 2014). Los hombres representan el 53,2 % y, de ellos, el 23,1 % son menores de edad. Por otro lado, las mujeres representan el 46,8 % de la población; de ellas, el 20,3 % son menores de edad (UARIV & OIM, s. f., p. 12).

      El municipio de El Dorado –como la región del Ariari– históricamente ha sido afectada por las disputas entre los actores armados. La presencia y el accionar de las Farc, los paramilitares (con diversas estructuras), el narcotráfico y las fuerzas militares han hecho de estos territorios objeto de hostigamiento, señalamiento, persecución y exterminio.

      Sobre los servicios públicos domiciliarios, se observan porcentajes de cobertura relativamente altos en la información que presenta la Alcaldía, siendo mayor en la parte urbana que en el área rural. Por ejemplo, hay 82 % de cobertura en acueducto y alcantarillado a nivel urbano, frente a 58 % de cobertura a nivel rural.

      La siguiente tabla registra información sobre el acueducto y el alcantarillado, el servicio telefónico, la energía eléctrica y el gas natural:

      COBERTURA (%) DE SERVICIOS PÚBLICOS

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      Fuente: Alcaldía de El Dorado (2017).

      De otro lado, encontramos que El Dorado cuenta con un hospital que presta servicio de salud de primer nivel de atención. Así mismo, en materia de cobertura de afiliación en salud se reporta una mayoría de población afiliada al régimen subsidiado: 2.959 (atendidos por ARS), frente a 426 habitantes afiliados al régimen contributivo (atendidos por EPS), y apenas 29 personas que están sin ningún tipo de vinculación. En cuanto al índice de enfermedad o mortalidad infantil, las cifras son alentadoras respecto a lo que acontece en el departamento o en el país. Se reporta que el 100 % de los niños del municipio