Helter Skelter: La verdadera historia de los crímenes de la Familia Manson. Vincent Bugliosi

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Название Helter Skelter: La verdadera historia de los crímenes de la Familia Manson
Автор произведения Vincent Bugliosi
Жанр Языкознание
Серия
Издательство Языкознание
Год выпуска 0
isbn 9788494968495



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vecino que se había perdido y había entrado en la propiedad; Sharon lo había estado alimentando con un cuentagotas. Cuando Terry Melcher se mudó, dejó varios gatos, porque Sharon prometió que los cuidaría. Desde entonces se multiplicaron, y Sharon cuidaba a los veintiséis, además de a dos perros, el suyo y el de Abigail.

      La mayor parte del día Sharon llevaba solo bragas y sujetador. Según la Sra. Chapman, cuando hacía calor era su atuendo habitual en casa.

      Poco antes del mediodía la Sra. Chapman, al observar que había huellas de patas y salpicaduras de perro en la puerta principal, lavó toda la parte exterior con agua y vinagre. Un pequeño detalle, que luego se volvería importantísimo.

      Steven Parent comió en casa, en El Monte. Antes de volver al trabajo del negocio de fontanería, le preguntó a su madre si podía prepararle ropa limpia para cambiarse rápido antes de ir al segundo trabajo después, en una tienda de equipos de música, aquella misma tarde.

      Hacia las doce y media, las dos amigas de Sharon, Joanna Pettet34 (esposa de Alex Cord) y Barbara Lewis, llegaron a Cielo para comer. Les sirvió la Sra. Chapman. Solo hablaron de temas triviales, tal y como recordarían después las mujeres, sobre todo del niño que esperaba Sharon.

      Hacia la una de la tarde Sandy Tennant telefoneó a Sharon. Como se ha apuntado más arriba, Sharon le dijo que no tenía planeada ninguna fiesta aquella noche, pero la invitó a que se pasara, una invitación que Sandy declinó.

      (De creer todo lo que se dijo después, medio Hollywood estaba invitado a una fiesta aquella noche en el 10050 de Cielo Drive, y, en el último momento, cambió de opinión. Según Winifred Chapman, Sandy Tennant, Debbie Tate y otras personas próximas a Sharon, aquella noche no hubo ninguna fiesta ni se planeó en ningún momento. Pero el LAPD empleó probablemente cien horas de trabajo de agentes intentando localizar a personas que supuestamente asistieron al fiasco.)

      Tras finalizar la primera capa de pintura, Guerrero se fue hacia la una y media. No volvió a colocar las telas mosquiteras, dado que tenía la intención de regresar el lunes para dar una última capa a la habitación. La policía concluyó después que la o las personas que cometieron los asesinatos o bien no se fijaron en que estaban quitadas o bien evitaron entrar en una habitación recién pintada.

      Sobre las dos de la tarde Abigail compró una bicicleta en una tienda de Santa Mónica Boulevard y arregló que se la enviaran aquella tarde. Alrededor de la misma hora David Martínez, uno de los dos jardineros de Altobelli, llegó al 10050 de Cielo Drive y se puso a trabajar. Voytek y Abigail se presentaron no mucho después y se apuntaron a comer tarde con Sharon y sus invitadas. En torno a la misma hora se presentó el segundo jardinero, Tom Vargas. Cuando cruzó la verja, Abigail estaba saliendo en su Camaro. Cinco minutos después también se marchó Voytek conduciendo el Firebird.

      Joanna Pettet y Barbara Lewis se fueron hacia las tres y media.

      Hacia la misma hora Amos Russell, el mayordomo de Sebring, sirvió a Jay y a la mujer con la que estaba en aquel momento un café en la cama35. Sobre las tres y cuarenta y cinco Jay telefoneó a Sharon y al parecer le dijo que se acercaría antes de lo previsto. Luego telefoneó a su secretaria para saber los mensajes que tenía y a John Madden para hablar de la visita a la peluquería de San Francisco al día siguiente. No comentó a ninguno de los dos los planes que tenía para aquella noche, pero sí que dijo a Madden que había pasado el día trabajando mucho en un logotipo para las nuevas franquicias.

      Justo después de que Sebring llamara a Sharon, la Sra. Chapman le dijo que había terminado el trabajo y que se iba. Como hacía tanto calor en la ciudad, Sharon le preguntó si quería quedarse a dormir. La Sra. Chapman rehusó la invitación. Sin duda alguna, era la decisión más importante que había tomado en su vida.

      David Martínez estaba a punto de marcharse y llevó en coche a la Sra. Chapman hasta la parada de autobús. Vargas se quedó a terminar el trabajo. Mientras estaba en el jardín, cerca de la casa, observó que Sharon se había quedado dormida en la cama de su habitación. Cuando llegó un repartidor de Air Dispatch con los dos baúles de camarote, Vargas, no queriendo despertar a la Sra. Polanski, firmó la entrega. La hora, las cuatro y media de la tarde, se anotó en el recibo. Los baúles contenían la ropa de Sharon, que había enviado Roman por barco desde Londres.

      Abigail acudió a su cita de las cuatro y media con el Dr. Flicker.

      Antes de partir, hacia las cuatro y cuarenta y cinco, Vargas volvió a la casa de los invitados y pidió a Garretson que regara por favor un poco el fin de semana, porque el tiempo era muy caluroso y seco.

      Al otro lado de la ciudad, en El Monte, Steven Parent fue corriendo a casa, se cambió de ropa, le dijo adiós a su madre y se marchó al segundo trabajo.

      Entre las cinco y media y las seis de la tarde, Kay, la esposa de Terry, salía marcha atrás por la entrada de su casa, en el 9845 de Easton Drive, cuando vio a Jay Sebring en el Porsche por la calle, le pareció que con prisa. A lo mejor porque el coche de ella le bloqueaba el paso, él no saludó con la mano amablemente, como acostumbraba.

      En algún momento entre las seis y las seis y media de la tarde Debbie, la hermana de trece años de Sharon, la telefoneó y le preguntó si podía acercarse aquella noche con algunas amigas. Sharon, que se cansaba con facilidad debido a lo avanzado del embarazo, propuso que vinieran otro día.

      Entre las siete y media y las ocho de la tarde llegó Dennis Hurst a la dirección de Cielo para entregar la bicicleta que había comprado Abigail en la tienda de su padre aquel mismo día. Sebring (a quien Hurst identificó después gracias a unas fotografías) abrió la puerta. Hurst no vio a nadie más ni observó nada sospechoso.

      Entre las nueve y cuarenta y cinco y las diez de la noche John Del Gaudio, encargado del restaurante El Coyote de Beverly Boulevard, anotó el nombre de Jay Sebring en la lista de espera para cenar: cuatro personas. En realidad Del Gaudio no vio a Sebring ni a los demás, y probablemente se equivocó de hora, porque Kathy Palmer, camarera, que sirvió a los cuatro, recordó que esperaron en la barra entre quince y veinte minutos una mesa libre, y que luego, después de cenar, se fueron hacia las nueve y cuarenta y cinco o diez. Cuando le mostraron fotografías, fue incapaz de identificar con seguridad a Sebring, Tate, Frykowski o Folger.

      Si Abigail estaba con ellos, debieron de abandonar el restaurante antes de las diez, porque fue en torno a esa hora cuando la Sra. Folger marcó el número de Cielo y habló con ella para confirmarle que tenía planeado coger el vuelo de las diez de la mañana de United a San Francisco, el día siguiente. La Sra. Folger dijo a la policía que «Abigail no expresó ningún tipo de preocupación o inquietud relacionada con su seguridad personal o la situación en casa de Polanski».

      Varias personas afirmaron haber visto a Sharon y/o Jay en Candy Store, The Factory, The Daisy u otros clubs aquella noche. Ninguna de estas informaciones encajaba. Una serie de personas aseguró haber hablado por teléfono con una u otra de las víctimas entre las diez de la noche y la medianoche. Cuando se les preguntó, cambiaron de repente las versiones o las relataron de tal forma que la policía concluyó que o bien se confundían o bien mentían.

      Sobre las once de la noche Steve Parent se detuvo en Dales Market, en El Monte, y le preguntó a su amigo John LeFebure si quería dar una vuelta. Parent había salido con Jean, la hermana pequeña de John. John propuso dejarlo para otro día.

      Unos cuarenta y cinco minutos después, Steve Parent llegó a la dirección de Cielo, con la esperanza de vender a William Garretson un radiodespertador. Parent abandonó la casa de los invitados alrededor de las doce y cuarto de la noche. Se quedó en el Rambler.

      La policía también habló con varias chicas más de las que se rumoreaba que estuvieron con Sebring la noche del 8 de agosto.

      «Antigua novia de Sebring, iba a estar con él el 8-8-69 —no estuvo—, se acostó con él la última vez el 5-7-69. Dispuesta a cooperar, sabía que él tomaba C, ella no (…)»

      «(…) Salió con él de forma continuada durante tres meses (…) No sabía nada de sus extrañas aficiones en la cama (…)»

      «(…) Iba a ir