mejor a través del fuego, entonces utiliza el fuego. Pero la experiencia de Elías es una lección importante de que Dios no siempre elige comunicarse con los seres humanos de la misma manera. Por norma, él pone las cosas un poco complicadas. A una montaña a la que Elías subió, Dios habló a través de fuego. Por lo tanto, Elías esperó en otra montaña. Pero la voz de Dios no estaba en el fuego, el viento, o el terremoto. En vez de eso, Dios eligió hablar en lo que la Biblia llama “un silbo apacible y delicado” (ver 1 Rey. 19:9-14). La palabra hebrea puede ser traducida como “calmo” o incluso “silencioso”. De cualquier forma, la idea es que Dios habló profundamente de una manera no tan dramática.Algunas señalizaciones pueden distraer en vez de comunicar. Cuando visité Australia para dar una charla, observé un cartel que decía: “Iglesia Unida se reúne en Deception Bay [Bahía de la decepción]”. Pensé que era interesante. Pero aún más confuso era el cartel que vi colocado en la entrada de compra rápida para autos de un restaurante Taco Bell que decía: “Pase a través de la ventanilla”. No había considerado atravesar la ventanilla para conseguir una comida rápida y económica, pero podría ser una opción. A menudo me había preguntado por qué los obreros viales siempre parecen tan abatidos hasta que vi carteles que llenaban el costado de la carretera que decían: “Hombres trabajando despacio”. En otra ocasión me causó gracia un cartel que estaba fijado a una cerca en un parque industrial. El cartel decía: “No fumar residuos químicos peligrosos”.El punto es que los carteles pueden comunicar mensajes que no estaban previstos. Que las personas operen bajo la presuposición de que Dios nos dará una señal cuando tenemos que tomar una decisión importante o cuando no sabemos qué hacer puede ser una de esas ideas incorrectas a las cuales nos aferramos.Dirección de la intuiciónEl dicho: “lo que te diga tu corazón” no es solamente un dicho. Los antiguos consideraban que examinar los órganos internos de los seres vivos era un método aceptable de buscar una señal de los dioses. En el libro de Ezequiel tenemos un vistazo de los rituales paganos en busca de sabiduría: “Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Tú, hijo de hombre, traza dos caminos por donde venga la espada del rey de Babilonia [...] Porque el rey de Babilonia se ha detenido en una encrucijada, al principio de los dos caminos, para usar de adivinación; ha sacudido las saetas, consultó a sus ídolos, miró el hígado” (Eze. 21:18-21).Bueno, eso es asqueroso. Pero el mundo pagano convirtió el determinar la voluntad de los dioses en una ciencia. Disparar una flecha al aire para descubrir hacia dónde ir es un método llamado rabdomancia. Los ídolos a los cuales las personas ofrecían sacrificios con el propósito de obtener favores o buscar consejo eran llamados terafin. Pero en la época de Ezequiel, el método elegido para buscar sabiduría celestial era observar el hígado de las ovejas. Bruce Waltke comenta este fenómeno: “Los paganos elaboraron todo tipo de tareas especiales para ayudarles a determinar la mente de Dios. Cada una de esas tareas incluía buscar alguna señal especial dada por los dioses. La más popular era la hepatoscopia, el estudio del hígado. Los paganos creían que la memoria y la inteligencia residían en el hígado, no en el cerebro, y crearon una serie de técnicas de estudio para leer el hígado. El hígado era el órgano más pesado, por lo tanto si Dios iba a revelar sus pensamientos al hombre lo haría a través del órgano más pesado y supuestamente más importante”.3Muchas ovejas inocentes han sido sacrificadas en tiempo de guerra o incertidumbre con el propósito de descubrir el plan de Dios. Puedes reírte todo lo que quieras, pero se trataba de una práctica común.El antiguo presupuesto de que Dios debe hablar a través de una señal es un poderoso apuntalamiento para el proceso de pensamiento de creyentes y no creyentes por igual. Daniel Schaeffer reflexiona al respecto: “Las señales pueden ser difíciles de comprender de a ratos. Pensamos que sabemos lo que significan, pero ¿qué sucede cuando resultan no significar lo que se pensaba? Somos seres conscientes de las señales, constantemente buscándolas para determinar qué hacer a continuación”.4 Piensa en la cantidad de veces que te has preguntado si un evento era una señal de Dios. Una llamada telefónica inesperada. Una visita inesperada. Un cheque en el buzón de correo. Una carta de aceptación. Una oferta de trabajo. Un acto de bondad al azar. Un diagnóstico de salud positivo.Muchas preguntas surgen cuando se suscita una conversación acerca de los comunicados milagrosos del dedo de Dios. ¿Qué determina que una señal sea una señal? ¿Cómo puede una persona distinguir entre eventos sobrenaturales y coincidencias? Aún si Dios fuera a darte una señal de dirección, ¿cómo sabrías lo que significa? ¿Por qué Dios no te da una señal cada vez que estás confundido? ¿Acaso hay momentos en la vida que son más “dignos de una señal” que otros?La realidad es que las señales pueden ser imponentes, pero no siempre son lo que parecen ser. Schaeffer lo ilustra de la siguiente manera:“Durante la guerra, la logística de suministros en el escenario de la guerra del pacífico se vio complicada por el hecho de que los pilotos de los Estados Unidos tenían que viajar grandes distancias por encima del océano abierto. A menudo, los aviones de carga se veían obligados a realizar aterrizajes forzosos en islas remotas, algunas habitadas por nativos que nunca habían visto un avión de cerca, y mucho menos las cosas que los norteamericanos cargaban en los mismos: latas de comida, ropa, radios, medicamentos. Luego de la guerra, este fenómeno terminó. Pero la esperanza no. Surgió un tipo de religión llamado “culto al cargamento”. Los creyentes adoraban los grandes pájaros metálicos, aquellos que se estaban oxidando en la jungla, y aquellos que sobrevolaban por encima de ellos. Oraban pidiendo que los aviones se estrellaran y les confirieran su cargamento mágico sobre ellos. Nunca sucedió”.5Si bien la Biblia contiene ejemplos de Dios dirigiendo a su pueblo a través de señales, ¿se trata de la excepción o la regla? Observa el propósito de las señales y milagros que encontramos a lo largo de toda la Biblia y pregúntate: “¿Cuál es el propósito de Dios en este evento?” Pablo explicó: “Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación. Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado” (1 Cor. 1:21-23, énfasis añadido). Según Pablo, Dios se interesa mayormente en ser conocido.Algunos “creen” solamente cuando tiene sentido; otros “creen” porque se trata de un milagro. Pero no hay garantía alguna de que el conocimiento o inclusive una camionada de fuegos artificiales sobrenaturales hará que las personas respondan a Dios. Considera este principio aplicado en la parábola del rico y Lázaro. El hombre rico le ruega a Abraham que envíe a Lázaro a su familia para advertirles personalmente que eviten el aprieto en el que su estilo de vida egoísta lo ha metido. Pero Abraham le recuerda al rico que su familia tiene a “Moisés y los profetas” (la Palabra revelada de Dios) para considerar como guía en la vida. Insistiendo en el asunto aún más, el hombre rico le ruega a Abraham que envíe a alguien de entre los muertos, pues seguramente una forma representativa del más allá los convencería de vivir rectamente. Pero Abraham le recuerda sobriamente al hombre rico: “Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levantare de los muertos” (Lucas 16:31).Sin duda la lección es que la señal ya había sido dada en las páginas de la Palabra de Dios. Ni siquiera un fantasma de la ultratumba hará que cambien las personas. Steven Curtis Chapman escribió esta verdad en el canto “Waiting for Lightning” [Esperando al relámpago]. La canción dice:La señal y la palabraDadas han sidoY es por fe ahoraQue debemos ver, y prestar oído.Luego el canto advierte: “Estás esperando oír truenos / Mientras él susurra suavemente tu nombre”.Las señales y milagros son lugares peligrosos en los cuales colocar tu confianza por dos razones: En primer lugar, porque podemos sencillamente estar buscando “señales” que justifican lo que queremos. Y en segundo lugar, porque las agencias de Satanás pueden fabricar milagros que nos alejen de la Palabra revelada de Dios. Jesús les advirtió a sus discípulos: “Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos” (Mat. 24:24). Y refiriéndose a las agencias satánicas que engañarán al mundo durante los eventos finales de la historia de la tierra, Juan el revelador dijo que en su visión el representante de Satanás hace “grandes señales, de tal manera que aun hace descender fuego del cielo a la tierra delante de los hombres. Y engaña a los moradores de la tierra con las señales que se le ha permitido hacer en presencia de la bestia” (Apoc. 13:13, 14).Buscar una señal es agotador. ¿Cuándo buscas? ¿Dónde y por cuánto tiempo? ¿En qué consiste un mensaje sobrenatural? Algunos dicen: “Sabrás cuando suceda”. Sinceramente, esa es la respuesta