Название | Guía práctica para descubrir la voluntad de Dios |
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Автор произведения | Troy Fitzgerald |
Жанр | Документальная литература |
Серия | |
Издательство | Документальная литература |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9789875678545 |
1 Robert Jeffress, Hearing the Master’s Voice: The Comfort and Confidence of Knowing God’s Will (Colorado Springs, Colo.: WaterBrook Press, 2001), 17.
2 Ray Pritchard, The Road Best Traveled: Knowing God’s Will for Your Life (Wheaton, Ill.: Crossway Books, 1995), 18.
Parte I
La búsqueda de la voluntad de Dios
1: Cuestionando los mitos
Las presuposiciones son peligrosas. Moldean la manera en que vemos el mundo a nuestro alrededor.
Una vez que te salteas el primer ojal nunca logras terminar de abotonar correctamente.
Durante mi infancia, no solía usar camisas que debían ser abotonadas porque me frustraba cuando descubría que había abotonado chueca mi camisa. Había comenzado por colocar el botón equivocado en el primer ojal. Por eso prefiero las camisetas. Pero el principio de comenzar por los pequeños ajustes es uno que deberíamos aplicar al buscar la voluntad de Dios. Haremos uno de esos “ajustes” al revisar nuestras presuposiciones acerca de la forma en que Dios revela su voluntad a las personas.
Las presuposiciones son peligrosas. Moldean la manera en que vemos el mundo a nuestro alrededor. A veces, si nuestras presuposiciones son defectuosas, desequilibradas o desinformadas, pensamos cosas que simplemente no funcionan. E inclusive podemos llegar a defender ideas completamente irracionales.
Piensa en el programa de televisión Cámara oculta. El propósito del programa es lograr que cualquier persona al azar haga cosas absolutamente ridículas, capturadas por una cámara oculta para nuestro deleite. El programa es divertidísimo porque los actores consiguen que los participantes hagan las cosas más ridículas pero consideran el comportamiento de tal modo que los participantes son compelidos a realizar sus acciones de una forma natural y mecánica.
Por ejemplo, le podrían pedir a alguien que está caminando por una calle transitada que toque una bocina antigua de bicicleta (como las que usan los payasos) cada vez que alguien pasa a su lado sin mirar al participante. Sorprendentemente, el personal del programa encuentra que hay personas que están dispuestas a hacerlo. Y cada vez que un transeúnte inocente no hace contacto visual con la persona encargada de tocar la bocina el ruido molesto los asusta y obliga a hacer contacto visual, e incluso a veces los lleva a desarrollar una conversación animada. Aún más sorprendente es que cuanto más irracional el comportamiento de la víctima ingenua, más intenta defenderse. Esencialmente, lo anormal se vuelve normal simplemente por la repetición mecánica. Esto ilustra que siempre hay presuposiciones tácitas que orientan (o mal orientan) nuestro comportamiento.
Ya sea que nos guste o no, nuestras presuposiciones acerca de lo que es normal y esperado encuadran nuestra percepción de la forma en que Dios comunica su voluntad a los seres humanos. Y, tal como las personas de Cámara oculta, cuando la vida se complica, encontramos todo tipo de formas de defender nuestras presuposiciones acerca de la forma en que Dios obra. Por lo tanto, el primer paso para entender mejor la voluntad de Dios es ser claros en cuanto a nuestras presuposiciones sobre este tema. Sin una revisión meditada de nuestras propias presuposiciones corremos el riesgo de basar nuestras creencias acerca de la orientación de Dios en la casualidad, tal como el cachorro mencionado en la siguiente historia:
Una pareja trajo un cachorro a su hogar y le permitieron jugar en el patio. El cachorro encontró una ardilla bebé en un árbol, corrió a la base del mismo, se sentó, y comenzó a ladrar. Los ladridos asustaron a la pequeña ardilla, así que intentó saltar a una rama más alejada. Pero la pobre ardilla falló en su salto y cayó justo en la boca abierta del cachorro. Entonces, durante los siguientes quince años, el perro permaneció sentado en la base de aquel árbol y ladró, esperando que otra ardilla cayera del cielo en sus mandíbulas abiertas.
Al echar un vistazo a los mitos que surgen de nuestras presuposiciones acerca de la voluntad de Dios, es importante notar que cada mito tiene al menos una semilla de verdad. Si fuéramos a basar todas nuestras expectativas de descubrir el plan de Dios para nuestras vidas en un solo enfoque, seríamos como el perro sentado bajo el árbol esperando que una ardilla cayera milagrosamente en su boca. Examina los siguientes mitos, y considera lo que conoces acerca de la dirección de Dios, dejando lugar para lo que no conoces.
Mito 1: La voluntad de Dios es un misterio que necesitamos resolver
Cuando yo estaba estudiando en la universidad, un miembro de iglesia metió cien dolares en un sobre y me los envió por correo de forma anónima. Bueno, casi anónimamente. Durante el servicio religioso en la iglesia, preguntó desde el púlpito si había algo que queríamos agradecerle a Dios esa semana, y me miró fijamente. Al principio me sentí agradecido, pero cuanto más me miraba, más incómodamente sospechoso me volví. Continuó incentivando los agradecimientos de la congregación, pero siempre mirándome como si fuera a explotar de alegría en cualquier momento. Me sentí tan avergonzado que quería meterme gateando debajo del banco. Parecía como si estuviera intentando desesperadamente guardar un secreto pero al mismo tiempo gritarlo a todo el mundo.
Algunos argumentan que Dios conoce el secreto acerca de su plan para nuestra vida, pero que no puede decírnoslo. Piensan que depende de nosotros descubrir su plan a partir de algunas pistas misteriosas enviadas desde el cielo. Yo no lo creo así. Dios no deja dudas de lo que él sabe y lo que elige decirle al ser humano:
“Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis” (Jer. 29:11).
“Que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero” (Isa. 46:10).
“Porque ciertamente hay fin, y tu esperanza no será cortada” (Proverbios 23:18).
“Esperanza hay también para tu porvenir, dice Jehová, y los hijos volverán a su propia tierra” (Jeremías 31:17).
“El consejo de Jehová permanecerá para siempre; los pensamientos de su corazón por todas las generaciones” (Salmos 33:11).
Yo no veo el plan de Dios como un rompecabezas. Él tiene un plan, y será puesto en marcha. Él tiene una voluntad para tu vida, y la declara, comunica, ordena y revela libremente a aquellos que están deseosos de conocerla.
Me da mucho trabajo ver las figuras en tres dimensiones. Otras