que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan” (Mat. 7:13, 14). Isaías prometió: “Entonces tus oídos oirán a tus espaldas palabra que diga: Este es el camino, andad por él; y no echéis a la mano derecha, ni tampoco torzáis a la mano izquierda” (Isa. 30:21). David cantó ante Dios:Me mostrarás la senda de la vida; En tu presencia hay plenitud de gozo; Delicias a tu diestra para siempre (Sal. 16:11).Y el hombre sabio que escribió el libro de Proverbios nos aconsejó que tuviéramos cuidado con nuestra propia sabiduría, diciendo: “Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte” (Prov. 14:12). Evidentemente, si hay una voluntad, también debe haber un camino.El profeta Jeremías afirmó esto al decir:“Así dijo Jehová: Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma” (Jer. 6:16; énfasis añadido).Sin embargo, este versículo de Jeremías contiene una línea más: “Mas dijeron: No andaremos”. En última instancia, el camino por el que andamos es nuestra propia decisión.Hay muchos ejemplos de individuos cuyas vidas parecieran transcurrir por el paisaje sobre un sendero divino. Cuando considero la historia de vida de personas que han elegido seguir a Dios, me resulta cada vez más creíble que hay un Dios que tiene una voluntad y una manera de vivir en mente.Principio básico 2: Dios ha comunicado su voluntad de una manera que podamos entenderla y saber cómo seguirla.La comunicación con Dios es el punto de inflexión en nuestra relación con él. Tengo un amigo con el que me comunico periódicamente. Aunque nuestra interacción pueda ser frecuente, es cualquier cosa menos normal. Yo le envío correos electrónicos, y él me escribe con pluma, tinta y estampilla. No comprendo este fenómeno: ¡él tiene correo electrónico! (Es una de esas personas que se dedican a reenviar correos jocosos o generales a muchas personas). En una oportunidad recibí una nota colocada en una bolsa para el mareo del avión en el que se encontraba mi amigo. Él es raro y hasta un poco excéntrico, pero me responde; aunque nunca puedo estar seguro del método que utilizará para comunicarse. No sería raro que un día aparezca un pequeño avión sobrevolando mi casa dejando una estela de humo con las palabras: “Hola Troy, recibí tu correo electrónico. ¿Quieres jugar al golf mañana?”. El problema sería saber cuándo mirar el cielo.¿Qué esperas ver u oír cuando le pides a Dios que te muestre su voluntad? ¿Un sueño? ¿Un sentimiento? ¿Una señal? ¿Cómo interpretarás una aparente respuesta negativa? ¿En qué forma te parece que vendrá la respuesta? Nuestras expectativas acerca de la dirección de Dios se encuentran en estrecha relación con que nuestra comunicación con él se esté llevando a cabo. Si esperamos su dirección, la misma no escapará de nosotros.Dios no nos ha abandonado a juegos de adivinanza o enigmas misteriosos para abrirnos paso en la oscuridad. ¡Él es un comunicador por excelencia! Pero la comunicación solamente es efectiva si ambas partes prestan atención. Esto nos deja con la tarea de echar un vistazo a los procesos de comunicación elegidos por Dios; desde cómo se comunica hasta qué comunica. La promesa permanece igual para todos: “y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón” (Jeremías 29:13).Descubrirás la voluntad de Dios para tu vida como resultado de la búsqueda deliberada y una vida heroica. No sucede por casualidad. Debes valorar la voluntad de Dios por encima de cualquier otra cosa. De cierto modo, la travesía te costará todo. Pero si crees que los planes que Dios tiene para ti son mejores que los propios, busca a Dios con todo tu corazón. Y recuerda, Dios es más persistente y más creativo de lo que tú y yo alguna vez podríamos llegar a ser. Ray Pritchard dijo: “Dios quiere que conozcas su voluntad más de lo que tú lo deseas, y por lo tanto él toma responsabilidad personal en asegurarse de que la descubras”.2 La comunicación involucra una conversación en la que ambas partes están escuchando. Aunque Dios toma la iniciativa al iniciar el proceso de comunicación, habrá tareas que tú deberás realizar para descubrir y hacer su voluntad.Principio básico 3: Conocer la voluntad de Dios para nuestras vidas tiene que ver más con conocer a Dios que con conocer el futuro.Obtener la dirección de Dios rara vez implica una visión del futuro; tiene más que ver con tener una relación con Dios en el presente. En cierta ocasión, mientras buscaba un lugar llamado Chain Lakes en las afueras del Parque Nacional Yosemite, me perdí por los senderos de los leñadores. Detuve el vehículo en la banquina del camino polvoriento para pedir ayuda a un hombre que estaba atando los troncos a su camión. Le pregunté:–¿Me encuentro en el camino correcto para ir a Chain Lakes, o hay uno mejor?–No puedes llegar hasta allí desde aquí –contestó con un resoplido y una sonrisa de satisfacción.No podía creer lo que me había dicho. Evidentemente este individuo miraba demasiada televisión. En mi mente una persona debería poder llegar a cualquier lugar desde cualquier parte. Después de todo, estábamos en los Estados Unidos.Esperé unos momentos hasta que quedó claro que él no tenía ninguna intención de compartir su sentencia profética. Entonces lo presioné para que ampliara su respuesta:–¿Por qué? ¿Cómo puede decir eso?–Muchacho, sólo puedes llegar a Chain Lakes a pie o a caballo –respondió.Tenía razón. Ni el camino en el que yo me encontraba ni ningún otro camino de esa montaña me llevaría al lugar llamado Chain Lakes. Iba a tener que hacer una caminata, una caminata de ocho kilómetros a través de las montañas, para llegar hasta allí.Este principio se aplica a muchos aspectos de la vida. Los matrimonios fuertes no suceden por accidente. Las buenas calificaciones no encuentran su camino a un analítico a menos que estudies y hagas tu parte. No puedes llegar a ser bueno en los deportes sin entrenamiento, no importa cuán atlético seas. Ejecutar el violoncelo requiere práctica. Ahorrar dinero sucede cuando eliges privarte de algo que deseas. Los atajos y el camino fácil no existen en esta travesía. Tal como lo dijo el hombre, “no puedes llegar hasta allí desde aquí”. El camino angosto mencionado anteriormente es una caminata, una excursión a pie, un peregrinaje mano en mano con el mismo Jesús. No hay otra manera. Desear orientación sin el Guía es como buscar la sabiduría que te espera en el centro de una galleta de la fortuna. Conocer la voluntad de Dios tiene más que ver con conocer a Dios que con saber exactamente qué hacer en cada encrucijada de tu vida.¿Pensando en desistir?No solamente la Biblia nos comunica que hay una voluntad para nuestras vidas, sino que también siento la verdad de esta idea en forma intuitiva. Creo que una de las paradojas más alocadas del mundo posmoderno es que supuestamente nuestra experiencia debería ser la fuente de autoridad para decidir qué es real y correcto. Pero hemos aprendido que confiar únicamente en nuestra experiencia puede no ser sabio. Quizá nuestra experiencia nos ha defraudado cuando se trata de creer que Dios es bueno. Oraciones no contestadas. Tragedias. Silencio. Obstáculos. Personas malas. Cáncer. Abuso. Alienación. Si solamente nuestra experiencia determinara lo que creemos que es verdad, entonces no puedo imaginar cómo algunos pueden balbucear siquiera una oración a Dios.Aquí nos encontramos con algo que es solamente teórico, pero me hace pensar: creo que mucha gente lucha más con preguntas acerca de quién es Dios y cómo es él que con la duda de si realmente Dios existe o no. Si Dios es tan bueno, ¿por qué ocurren tantas cosas malas? Si Dios está en el control, ¿por qué reina la maldad? Si Dios está tan cerca y es tan amante, ¿por qué siento como si hubiera un Gran Cañón entre nosotros? En momentos de desastre, los incrédulos a menudo sacuden sus puños hacia un Dios en el que no creen. Son carcomidos por el enojo hacia algo o alguien que debería haber evitado el desastre.A veces, el silencio de Dios puede robarle la esperanza al buscador más insistente. Una relación personal con Dios puede echarse a perder fácilmente cuando buscamos pero no encontramos. La experiencia de intimidad con Dios en su totalidad pareciera ser demasiado irreal e inalcanzable. Desafortunadamente, nos resulta normal recibir una señal ocupada cuando buscamos la dirección de Dios en nuestras vidas. Para algunos, la falta de una respuesta inmediatamente suscita un rotundo “no me importa” o “no me interesa” o “no tengo tiempo para esto”, y dejamos de lado a Dios en la ecuación de nuestras vidas porque “evidentemente” él nos ha dejado a nosotros de lado.A las personas les disgusta ser ignoradas más de lo que les disgusta ser odiadas. Odiar requiere un compromiso emocional hacia la otra persona. Ser indiferente administra la última cachetada en el rostro, prácticamente como diciendo: “no tienes importancia”. Supongo que algunos sienten como si no le importaran a Dios porque el Todopoderoso no les devuelve las llamadas. No hay orientación alguna. No hay dirección de su parte. Pero yo testifico que Dios no ha permanecido en silencio. Él es todo menos indiferente. Dios ha estado intentando llegar hasta nosotros con más insistencia de la que cualquiera de nosotros lo ha buscado a él. Lo más probable es que él está más interesado en nuestro futuro de lo que lo