incierta de sabiduría.En un experimento áulico, los maestros debían escribir varias palabras en el pizarrón. Luego debían señalar a una palabra y preguntar si estaba escrita correctamente, y los alumnos debían votar con sus dedos pulgares hacia arriba a favor o hacia abajo en contra. Sin embargo, antes de que iniciara la clase los maestros les habían pedido a todos los alumnos menos a uno que voten “No” a una palabra que estaba bien escrita en la última lista. En la mayoría de las aulas en las cuales se llevó a cabo este experimento los alumnos solitarios votaron con la mayoría a pesar de su intuición inicial.David no iba a ser influenciado de la misma manera. No estaba escuchando solamente la información desplegada en el campo de batalla. También estaba escuchando la Voz a la cual le otorgaba autoridad. David midió las palabras de Saúl, el rey, Goliat, el gigante, y todos los hombres de Israel por lo que sabía que era verdad acerca de Dios.Sin embargo, enfrentarse a Goliat no fue un salto irreflexivo de fe cuando consideras los encuentros que David había experimentado con leones y osos. Para algunos pudo haber parecido irreflexivo, pero imaginen cómo el Cielo habrá resonado de orgullo cuando David “corrió a la línea de batalla contra el filisteo” (1 Sam. 17:48). Al enfrentar a Goliat, David no tomó un comportamiento espiritual psicótico alocado. Más bien estaba escuchando una voz diferente: una voz que no puede ser oída con facilidad por la sabiduría convencional.En la vida de David y la de muchos otros a lo largo de la historia, Dios a veces convierte la sabiduría humana en una maraña de confusión y nos motiva a todos a dejar un poco de espacio para que suceda lo inimaginable. Si bien hay momentos en los cuales Dios ha llamado a los seres humanos a confiar en su Palabra más que la sabiduría convencional, estos momentos casi nunca requieren que se suspenda el sentido de discernimiento. Los dos nunca parecen ser mutuamente excluyentes. Quizá la presuposición de que Dios quiere que usemos nuestro cerebro y tomar decisiones correctas no sea tan errada. Pero conociendo lo que sabemos sobre la humanidad, ¿podemos confiar plenamente en la sabiduría humana por sí sola?Todo esto me recuerda una historia verídica, aunque trágica, de la Segunda Guerra Mundial. El Lady Be Good fue un bombardero tripulado por un equipo de aviadores veteranos y habilidosos en combate. Luego de su última misión exitosa, volvieron a casa durante la noche. Los instrumentos y otros dispositivos de navegación estuvieron a disposición de la tripulación para ayudarlos a llegar a destino. Pero habían volado por esta ruta tantas veces que apenas los consultaban.Mientras el bombardero avanzaba a través de la noche, la tripulación no se daba cuenta que un fuerte viento de cola los estaba propulsando más rápido que lo normal. Se sorprendieron cuando los instrumentos les señalaron que era tiempo de aterrizar. Rehusando hacerle caso a la precisión de los indicadores, continuaron en medio de la noche, confiados en que aun faltaban muchos kilómetros por recorrer. Comenzaron a preocuparse cuando no podían ver las luces y señales que normalmente utilizaban para guiarlos en su travesía. Para cuando se dieron cuenta de que se habían pasado significativamente de su destino, su suministro de combustible estaba tan agotado que no lograron volver a la base aérea. El Lady Be Good fue encontrado varios días después en el desierto, mucho más allá de su destino. La tripulación por completo pereció, porque confiaron plenamente en su propia sabiduría.Es posible estar seguro de algo que parece tan correcto pero termina siendo tan equivocado. Lo que sucedió en el aire a principios de la década de 1940 está sucediendo en principio cuando basamos nuestras decisiones enteramente en el poder del cerebro. Los cerebros pueden equivocarse.¿Has considerado la cantidad de historias y escenarios que ocurrieron en las Escrituras que simplemente no eran lógicos, razonables ni racionales de acuerdo a la sabiduría humana? Fíjate la perspicacia que proviene de Dios para un hombre sabio:“Bienaventurado el hombre que me escucha, Velando a mis puertas cada día, Aguardando a los postes de mis puertas” (Proverbios 8:34).Escuchar, velar, aguardar a la misma puerta de Dios. Esta podría ser la sabiduría más sobresaliente a disposición sobre cómo ser dirigido por Dios.¿Qué crees acerca de la forma en que Dios te comunicará su sabiduría? ¿Cuáles son tus expectativas? ¿Cuáles son los métodos que crees que utilizará? ¿En cuáles tiendes a confiar más? Comprender nuestras presuposiciones acerca de la voluntad de Dios y la manera en que él nos guía es un paso esencial para descubrir la voluntad de Dios y vivirla.Aunque la voluntad de Dios puede parecer un misterio para nosotros o un rompecabezas lleno de piezas faltantes, Dios no juega a las escondidas con sus hijos. Él tiene un sueño para cada persona, y asevera conocer el futuro, pero también se preocupa por las personas cuando cometen errores al igual que en sus momentos de grandeza, y él los dirige hacia una buena vida.¿Será que el plan perfecto de Dios se trata realmente de tomar la decisión correcta todo el tiempo? ¿Me descalifica del plan A una sola equivocación? ¿Es realmente su procedimiento normal de actuar el revelarse a sí mismo a través de señales y prodigios? Se me ocurren muchos momentos en los que estaba tan seguro de estar en lo correcto, pero mi sabiduría humana me falló. Por lo tanto, antes de avanzar mucho más, es hora de revisar nuestros presupuestos a sus puertas.Preguntas para reflexionar1. ¿Cuáles son algunos de los mitos o leyendas urbanas que suponías eran verdaderas?2. De los mitos acerca de la voluntad de Dios presentados en este capítulo, ¿cuál crees que es más generalizado?3. ¿De qué maneras la voluntad de Dios te ha parecido un rompecabezas?4. Piensa en un momento de tu vida en el que percibiste que una decisión podía establecerte o alejarte de la voluntad de Dios.5. ¿Hasta qué punto crees que Dios espera que las personas utilicen su cerebro para encontrar la voluntad de Dios para sus vidas? ¿Alguna vez has enfrentado el dilema en el que la “opción lógica” terminó no siendo la mejor opción?6. ¿Has experimentado alguna vez lo que pensabas era una señal de Dios? ¿Cómo respondiste?
1 J. I. Parker, God’s Plan for You (Wheaton, Ill.: Crossway Books, 2001), 91.
2 Jerry Sittser, Discovering God’s Will (Grand Rapids, Mich.: Zondervan, 2000), 17.
3 Bruce Waltke, Knowing the Will of God for the Decisions in Life (Eugene, Ore.: Harvest House Publishers, 1998), 31.
4 Daniel Schaeffer, The Bush Won’t Burn and I’m All Out of Matches: How to Find God’s Will When You Have Looked Everywhere (Grand Rapids, Mich.: Discovery House Publishers, 1995), 8.
5 Ibíd., 7, 8.
6 franjas resonantes: Hileras acanaladas en alto relieve puestas sobre tramos designados en las carreteras, para alertar al conductor con resonancia y vibración física cuando el vehículo pasa sobre ellas.
7 Robert Jeffress, Hearing the Master’s Voice: The Comfort and Confidence of Knowing God’s Will (Colorado Springs, Colo.: WaterBrook Press, 2001), 211.