Camino al Armagedón. Marvin Moore

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Название Camino al Armagedón
Автор произведения Marvin Moore
Жанр Документальная литература
Серия
Издательство Документальная литература
Год выпуска 0
isbn 9789877019629



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que fueron arrojados del cielo a la tierra; Ezequiel dice que Dios arrojó al querubín protector “del monte de Dios”, “de entre las piedras de fuego”; e Isaías dice que Lucifer fue “arrojado al sepulcro, a las profundidades del abismo”.

      Sacaré una conclusión final de estos tres pasajes. Hoy entendemos lo que Isaías casi con certeza no entendió: que la Deidad consiste en tres Personas, no solo una. Así que, aquí hay una pregunta para reflexionar: Lucifer ¿aspiraba a hacerse cargo de la posición de los tres miembros de la Deidad o solo de uno de ellos? Y si fuera solo de uno, ¿de quién era? Propongo que Lucifer codició solo la posición de Cristo, no la del Padre o el Espíritu Santo. Explicaré por qué.

      Por lo tanto, cuando Isaías dice que Lucifer quería “hacerse [a sí mismo] como el Altísimo”, propongo que el papel de Cristo en la Deidad era a lo que aspiraba, no el del Padre o el Espíritu Santo. Por eso, cuando estalló la guerra en el cielo, fue Miguel, Cristo, contra quien Lucifer y sus ángeles lucharon. Esta conclusión será mucho más evidente en el próximo capítulo.

      13 Para leer las creencias fundamentales basadas en la Biblia, ver las doctrinas en la web de la Iglesia Adventista (disponible en https://www.adventistas.org/es/institucional/creencias/).

      14 Patriarcas y profetas, p. 342.

      15 Francis D. Nichol, ed., The Seventh-day Adventist Bible Commentary (Washington, DC: Review & Herald, 1955), t. 4, p. 675.

      16 Ezequiel no usó el nombre Lucifer. Ese nombre viene de Isaías, que examinaremos en un momento.

      17 Ibíd.

      18 La palabra Shekinah no aparece en la Biblia. La obtenemos de los escritos judíos después de la destrucción del Templo en el año 70 d.C. Elena de White usó esa palabra en la página 360 de Patriarcas y profetas, y tomó un párrafo para describirla.

      19 Acerca del “santo monte de Dios”, el Comentario bíblico adventista, t. 4, página 676 dice: “Monte Santo. Aquí se representa el lugar de gobierno de Dios, el cielo mismo, representado figurativamente como un monte”.

      20 Ibíd., p. 170.

      21 Ibíd.

      22 Ver, p. ej., las versiones inglesas KJV, NKJV, NASB, RSV; y las versiones españolas LBLA, DHH, NVI, RVR, etc.

      23 Ver, p. ej., Daniel 8:10 y 12:3 donde las estrellas representan al pueblo de Dios, y Apocalipsis 1:20 y 12:4 donde las estrellas representan a los ángeles.

      24 Ibíd., p. 171.

      25 Esta es una de las razones por las cuales Jesús vino a nuestro mundo como ser humano; para vivir el carácter de Dios entre nosotros. Por eso, cuando Felipe le pidió a Jesús “muéstranos el Padre”, Jesús le respondió: “¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” (Juan 14:8, 9).

      26 No sabemos si Miguel se convirtió en un ángel además de ser divino, o si solo apareció como ángel sin serlo. Sin embargo, cualquier forma sería teológicamente aceptable, dado el hecho de que Jesús fue completamente humano y completamente divino mientras estuvo en la Tierra.

      Capítulo 4

      Cómo comenzó el reino de las tinieblas – Parte 2

      A veces me pregunto cómo será el cielo. La Biblia nos da algunas vislumbres de la nueva tierra: no habrá dolor, sufrimiento o muerte (Apoc. 21:4); construiremos casas y plantaremos viñas (Isa. 65:21); y no habrá animales salvajes con los que tengamos que luchar (vers. 25). También sabemos que habrá un árbol de la vida y que disfrutaremos comiendo sus frutos al menos una vez al mes. ¡Apocalipsis incluso sugiere que nos comeremos las hojas! (Apoc. 22:2). Pero casi no tenemos información sobre el lugar donde pasaremos el Milenio. Sabemos que es el hogar de Dios (la Trinidad) y de los ángeles, y sabemos que está libre de pecado y maldad. Sin embargo, uno de los grandes rompecabezas de la teología cristiana es cómo y por qué el mal se originó en el cielo.

      En el capítulo 1 señalé que Dios dio a los ángeles y a los seres humanos inteligencia: la habilidad de razonar, reflexionar, debatir y hacer preguntas, incluyendo la habilidad de interrogarlo. También nos dio otra cualidad: las emociones, que hacen posible que experimentemos sentimientos como la alegría y la tristeza, el amor y la ira, la paz y el miedo. Además, nuestras emociones y nuestra inteligencia interactúan. Lo que sabemos puede influir en cómo nos sentimos, y lo que sentimos puede influir en lo que pensamos y creemos. Por ejemplo, si me informan que conseguí un trabajo que solicité (un hecho intelectual), me sentiré feliz (una respuesta emocional).

      Cómo se originó el mal

      He aquí un concepto crítico para entender el origen del mal: nuestras mentes; nuestros poderes intelectuales, se supone que están a cargo de nuestros sentimientos. Pero es posible que nuestros sentimientos anulen lo que nuestro intelecto nos dice que es cierto. Por lo tanto, si alguien más consigue el trabajo para el cual me entrevisté, mis sentimientos de desilusión pueden hacerme creer que el posible empleador tiene algo personal contra mí; pero si reflexionara por un momento, me daría cuenta de que esta conclusión carece de fundamento. Mis sentimientos están por encima de mi intelecto.

      También recordarás que en el capítulo 1 compartí cuatro características del Reino de la Luz: amor, ley, autoridad y libertad. El pecado surgió a través de la distorsión de Lucifer de cada una de estas características. Centrémonos en la libertad por un momento.