Название | La transición española |
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Автор произведения | Eduardo Valencia Hernán |
Жанр | Социология |
Серия | |
Издательство | Социология |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9788418411953 |
En medio de una cada vez más acusada conflictividad laboral y estudiantil en todo el país, el 5 de marzo de 1975 se realizó un nuevo reajuste ministerial con nuevos responsables en las carteras de gobierno, poniendo de manifiesto la inestabilidad y diferencia de criterios dentro de él. Los nuevos responsables de las carteras afectadas fueron: José Luis Cerón (Comercio), Fernando Suárez González (Trabajo), José Mª Sánchez Ventura (Justicia), Fernando Herrero Tejedor (Secretaría General de Movimiento) y Alfonso Álvarez de Miranda (Industria).
El ministro de Información León Herrera, a preguntas sobre los motivos del cambio y en su línea de desinformación, insistía en que no se trataba de una crisis ministerial sino solamente de relevos440. Sin embargo, parece ser que no tuvo éxito en el empeño ya que la prensa nacional no opinaba lo mismo que el ministro, sobre todo, cuando todavía era reciente la noticia de que en 1974 el coste de la vida había aumentado un 17,9%, corroborando de esta manera las perspectivas más pesimistas del informe presentado por la Asamblea.
Sin duda, la crisis del petróleo, causa principal del reajuste económico en España, no fue coyuntural ni se remitía exclusivamente a nuestro país, ya que otros estados europeos también se vieron afectados por los reajustes forzados ante la situación económica, llevándose consigo a prestigiosos políticos que no supieron afrontar la crisis. Uno de los afectados fue el premier británico Edward Heath441, líder conservador, que salió derrotado como líder de su Partido por su compañera, Margaret Thatcher.
Pero en España, no todo fueron sobresaltos económicos, también los hubo de otro tipo, hallándose en plena transformación, «del destape al desplume», la tercera vía de la cinematografía. Por fin parecía que el mundo del espectáculo a nivel nacional tomaba la iniciativa reivindicativa, dando la bienvenida, no sin cierto sacrificio, y atrayendo hacia ellos los efectos represores de la maquinaria estatal. Se impusieron fuertes multas a conocidos actores detenidos en Madrid por haber participado en una huelga; actrices como Rocío Dúrcal y Tina Sainz fueron detenidas. Pronto, este rebrote de inconformismo cultural se recrudeció de nuevo transformado en un conflicto universitario en toda España. Esta vez fue protagonizado por los Profesores No Numerarios (PNN), que arrastraban graves problemas de sobrecarga en el trabajo, inestabilidad en el empleo y dependencia extrema ante los catedráticos, y que tuvo como consecuencia la dimisión del ministro de Trabajo, Licinio de la Fuente, por la deficiente regulación de la huelga.
Los factores que configuraron esta crisis de la enseñanza no se habían solucionado, ya que se seguía sin una auténtica representación estudiantil agravada por su masificación, sin una verdadera libertad de expresión cultural o académica y sin participación en los órganos universitarios, dejando definitivamente de ser la Universidad un centro de pensamiento elitista y minorista442. En el cuadro siguiente se puede apreciar la práctica congelación del profesorado numerario frente a la masificación del alumnado, compensada por la masiva contratación de PNN en una precaria situación laboral.
RELACION DE ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS POR PROFESOR
AÑO | PROFESORES NUMERARIOS | PROFESORES NO NUMERARIOS (PNN) | ALUMNOS |
1960-61 | 1.188 | 3.005 | 84.542 |
1965-66 | 1.416 | 6.431 | 132.012 |
1971-72 | 1.523 | 16.300 | 292.131 |
Fuente: A. de Miguel, «El boom universitario», en Blanco y Negro, 9 de febrero de 1974.
En Cataluña, uno de los temas de actualidad cultural fue la financiación del catalán en las escuelas públicas. El 6 de marzo, siete ayuntamientos decidieron apoyar económicamente la enseñanza de la lengua autóctona en las escuelas, entre ellos el Ayuntamiento de Barcelona, que, sin embargo, recibió fuertes críticas por la ínfima subvención destinada al efecto. La Asamblea se incorporó a la polémica pronunciándose en contra de los 18 concejales que votaron negativamente a la propuesta, exigiendo su dimisión y proponiendo la libre elección democrática en todos los ayuntamientos, el uso oficial de la lengua catalana en escuelas catalanas democráticas y las libertades políticas y nacionales443. Esta campaña fue rápidamente apoyada por sectores catalanistas de la cultura y de la docencia; véase el artículo publicado por el profesor González Casanova al día siguiente en el Tele/eXpres, ampliando el informe sobre el catalán en las corporaciones locales o la campaña dirigida por la Asamblea con el lema «Catalá a l´escola», exigiendo que el Estado se hiciera cargo de la enseñanza de las lenguas maternas en preescolar y EGB.
Abril de 1975 fue un mes muy intenso en acontecimientos internacionales. El día 17 cayó Phnom Penh en manos de los Jemeres Rojos, finalizando así la guerra en Camboya, y el 30 del mismo mes se dio por concluida la guerra en Vietnam con la rendición de la ciudad de Saigón, capital de Vietnam del Sur, ante las tropas comunistas.
En España, con el asesinato de un policía en Bilbao el 8 de abril, y la continua inestabilidad social, el día 26 se volvió al estado de excepción en Guipúzcoa y Vizcaya, practicándose numerosas detenciones que llegaron a sumar cerca de doscientas personas.
Desde Cataluña se alzaron voces de protesta en contra del estado de excepción y contra las penas de muerte pedidas contra militantes de ETA, concretándose en su máxima expresión mediante una declaración titulada «Catalunya amb Euzkadi». Sin duda el malestar en la oposición democrática iba in crescendo cuanto más apretaba el régimen la cuerda, véase la respuesta del profesor y político Enrique Tierno Galván en visita a Barcelona por aquellas fechas, cuando expresaba su confianza en que la ruptura democrática no produjera desgarrones; sin embargo, la cuestión era saber quién cedería antes en su empeño, problema que tendría una pronta solución con la muerte del Generalísimo.
Siguiendo la tónica del mes anterior, mayo de 1975 también fue un mes de los denominados «caliente» para el gobierno. Los conatos de manifestaciones y huelgas se concentraron esta vez en Madrid y Alicante, además de incidentes en Vigo, donde falleció un trabajador en FENOSA.
Por aquellos días se habían convocado elecciones de la Asociación de la Prensa de Madrid, siendo favorable el resultado a las candidaturas de los periodistas madrileños no afines al régimen, comentando estos después de la votación que se había resquebrajado una de las fortalezas más ultraconservadoras de los gremios profesionales.
Como ya era costumbre, el Generalísimo Franco y el príncipe Juan Carlos presidieron la XVIII Demostración Sindical, especial esta entre otras porque sería la última para el dictador y para los sufridos televidentes. Esa jornada también fue la elegida por los obreros, a través del Consejo Provincial de Trabajadores de Barcelona, para reclamar la legalización de un sindicato independiente del gobierno. Este, como era de esperar, respondió de la forma habitual, secuestrando esta vez el número de la revista Posible correspondiente a la primera semana de mayo.
La conclusión del juicio por el caso Matesa fue otro de esos temas pendientes arrastrados por el régimen en sus últimos coletazos, solución que se zanjó con la condena del empresario y encausado Juan Vilá Reyes, que estaba en libertad condicional, a 222 años de cárcel, pena que evidentemente no cumpliría. Esta noticia pasó rápidamente a segundo plano, pues todo estaba preparado para la visita a Madrid del presidente estadounidense Gerald Ford444, acontecimiento que eclipsó momentáneamente los problemas domésticos del gobierno, centrado en su política atlantista y teniendo como eje las bases militares americanas en el trasfondo del viaje.
En Cataluña, no pudieron culminarse en su totalidad el ciclo de conferencias sobre «Les terceres vies a Europa», organizado por el ICESB en los meses de abril y mayo, debido a las constantes prohibiciones efectuadas a causa de la creciente sospecha de atentar sus conferenciantes contra el régimen. Sin embargo, a pesar del control recibido, en algunas de ellas el éxito fue total, contabilizándose asistencias