Mucho se ha escrito y leído sobre un periodo tan corto de nuestra historia reciente. La Transición Española. Con este trabajo de investigación pongo a juicio del lector una nueva perspectiva de cómo se entendió desde Cataluña esa etapa en sus diferentes perfiles políticos, ideológicos, económicos e identitarios. El papel de la sociedad civil catalana y su representación política tuvieron especial protagonismo en el cambio de régimen desarrollado en el último cuarto del siglo XX y principios del XXI, tanto en la evolución democrática que se dio desde entonces, como en la involución política e ideológica generada posteriormente que culminó con un intento de golpe de Estado en el año 2017.En ese sentido, cabe destacar con especial atención el rol que han marcado los partidos políticos de ámbito progresista en Cataluña. Su aceptación, dentro del marco estatutario, junto con su adaptación o pasividad ante el llamado hecho diferencial catalán, sigue poniendo en jaque la unidad socialista conseguida hace más de cuatro décadas y con ello, la irremediable vuelta a la confrontación y al conflicto identitario. Con la muerte del Dictador en 1975 concluye la primera parte de este trabajo, continuando la segunda con el pleno desarrollo transicional que finaliza con el Referéndum Constitucional en 1978.
Sinopsis de La Transición Española 2.Una visión desde Cataluña Esta segunda parte esta dedicada en exclusiva al periodo que conocemos como La Transición Española. Con ello intento dar respuesta al por qué de las causas que nos han llevado a las puertas de un conflicto social no deseado por nadie. Un trance que continua sin ligazón entre dos formas de entender el futuro de Cataluña y de España. Quizás una de esas decisiones equivocadas pudo ser esta: «Convoqué una reunión con los socialistas del PSOE. El salón, repleto de militantes, rezumaba espíritu patriótico de Partido. Todos protestaban porque consideraban que se relegaba a los socialistas de la Federación, en beneficio del grupo de „intelectuales“ cercanos a las tesis nacionalistas que ellos no compartían.Tuve que tragarme el corazón y con un discurso que no lograba dominar por completo intenté mostrarles la importancia que para la conexión de los ciudadanos de Cataluña y el socialismo tenía el presentarnos ante el pueblo como un sólo grupo socialista. Fue una intervención capciosa, pues yo mismo no estaba convencido plenamente de lo que decía. Se votó, y aceptaron mis argumentos. Muchos expresaron que lo hacían porque los defendía yo, no porque creyeran en ellos. Me sentí mal. Tenía la angustiosa sensación de estar equivocándolos, de engañarlos. Mucho tiempo después, y a tenor de la evolución de los hechos, un sabor salado me sube a los labios: es el gusto de la incertidumbre acerca de mis actos. ¿Debí negarme a un acuerdo que efectivamente ha ido de forma paulatina imponiendo unas tesis que la Federación Socialista del PSOE no aceptaba? Estas son las marcas que deja la responsabilidad. Tomar decisiones no es tan difícil; salvar tu conciencia de los efectos morales de las decisiones es un pago inevitable.» Alfonso Guerra.
Han pasado más de 83 años desde el comienzo de la Guerra Civil Española y todavía sigue de actualidad todo lo relacionado sobre ella. La huerta de La Paloma es una novela histórica que trata, a través de la narración de una etapa importante de la vida de nuestro protagonista, Eduardo, mostrar mediante sus experiencias personales, una visión particular del entorno que le tocó vivir, un conflicto civil provocado por unos pocos y que repercutió sobre toda una nación. Fueron años de zozobra y miedo en vísperas de una guerra mundial inminente donde, sin quererlo, toda una sociedad se vio inmersa en la vorágine de enfrentamiento de ideas, odios ancestrales y sentimientos contradictorios que provocó una lucha fratricida. Sus consecuencias todavía no se han curado y, de vez en cuando, resurgen recelos del pasado espontáneamente como el ave Fénix. La historia no se repite, pero en ella, al transcurrir el tiempo, siempre encontramos similitudes.